Friday, August 7, 2015

LA IGNORANCIA: UN MAL CRECIENTE

Los medios de comunicación social, --especialmente Facebook-- son un reflejo de la gente, de cómo es cada quien, de lo que piensa, de lo que cree, de lo que acepta acríticamente y sin análisis racional alguno, y...de la ignorancia.

Y esta situación de ignorancia, --en mi experiencia con FB-- es el aspecto que más me ha chocado y más me preocupa respecto de mis congéneres.

Por un lado, se verifica en mucha gente una reacción cuasi que visceral --diría-- a la ciencia, su método, y lo que ésta aporta en bien de la humanidad. 
Porque una gran masa de población es ajena por completo a la ciencia, no entiende su método, no entiende las bases que fundamentan un trabajo científico, y rechaza los resultados.

Es una reacción torpe desde la ignorancia, ante lo que implica sabiduría, dedicación, responsabilidad, y calidad en los resultados o descubrimientos.

Y por supuesto, no hay peor cosa que un igorante enfatuado. Aquel que está convencido de que sabe acerca de algo, y así lo difunde y se reúne con otros con la misma postura mental para entre todos regocijarse en compartir.....¡su ignorancia supina!

No se separa ciencia de ficcion, conocimiento de superchería, realidad de mito. 

Esto abre el ámbito de par en par para que charlatanes, sagaces embaucadores, individuos que ven la veta de credulidad a explotar haciendo su gran negocio, aprovechen para infundir y difundir especulaciones rayanas en lo absurdo, la creación de grupos, movimientos y hasta sectas, que comparten ciertos "conocimientos", y hasta el uso de un lenguaje seudo-científico, que confunde a los desprevenidos.

La Internet, por su facilidad de acceso y ductilidad, se ha convertido en el medio más a mano para difundir toda clase de "teorías", y especulaciones absurdas, de mitos y de sospechas de conspiraciones.

Esa misma ignorancia, es la que descree de todo lo que informa una agencia como la NASA por sólo citar un ejemplo.

Estas personas, en su postura cerrada a todo lo que contradice las creencias que se han formado abrevando de fuentes espurias, genera una permanente actitud de desconfianza y/o hasta rechazo, a instituciones y personas que afirman lo que es real, frente a lo ficticio.

El rechazo obviamente se ahonda cuando estas personas se ven confrontadas a la realidad y la verdad, que se resisten por todos los medios a aceptar y admitir. 

Allí es cuando muestran un síndrome lindante con la paranoia. Se sienten víctimas, se quejan de ser maltatadas, y se excluyen de toda posibilidad de sostener un diálogo inteligente, en el que sus posturas anti-científicas corran peligro de ser demolidas.

Esto se aprecia en todos los órdenes de la vida.
 También en el político,  con tremendas intransigencias, con ideologías que crean "enemigos" porque los necesitan para auto-justificarse, con gobiernos que se benefician de manipular la ignorancia de los pueblos, llevados al fanatismo, a la adhesión irracional, a la idolatría.

La ignorancia es pues un verdadero peligro para la humanidad y es un mal creciente. 

Esto resulta muy claro en el área de la salud, cuando la gente ignora los consejos médicos y las pautas que se dan para evitar un contagio.  

Se nota en la confianza que muchos otorgan a curanderos, y seudo "sanadores", en lugar de respetar a la ciencia médica. 

Se nota cuando las personas son informadas de los tremendos males a la salud que causa fumar, y sin embargo continúan con el letal vicio.

Genera serios problemas de salud cuando las personas confundidas y mal orientadas, adquieren medicamentos falsos, que son vendidos en sustitución de los auténticos, con nombres parecidos, o directamente en una falsificacion total hasta en el etiquetado.  Los resultados son que el mal que la persona pretendía curar, sigue avanzando, y que hasta la persona termina envenenada por sustancias nocivas. 

¡Vaya si la ignorancia de distintas formas y de diferentes maneras hace estrago de la humanidad!

Sólo una educación formal de calidad, sólo docentes con sólida formación y verdadera vocación, sólo planes educacionales que despierten interés y adhesión, pueden combatir el mal de la ignorancia.

Las discusiones por las redes sociales, no tienen efecto prácticamente. Porque no hay un diálogo cara a cara, porque no es posible allí argumentar, demostrar y documentar todo cuanto realmente se sabe sobre un tema, para convencer a los ignorantes, que están equivocados, o que fueron mal informados, o que están buscando información en lugares inadecuados.

Siempre advierto que al usar una página web para obtener información sobre un tema, no se acuda a quienes "se van por las ramas", a los profesionales de la mentira y la especulación, sino a fuentes seguras y confiables: universidades, académicos, organizaciones y profesionales que gozan de buena reputación. 

Gente que transmite conocimiento, no fábulas.

Gente que no gana nada con mentir, con difundir historias absurdas ni sugerir ideas reñidas con la realidad.

Eso es lo que hay que buscar. De esas fuentes y no de otras hay que abrevar.

Pero...cuesta convencer a los ignorantes, que pueden dejar de serlo.

Esta es mi experiencia. La comparto porque estoy seguro que muchos de mis lectores me darán la razón.

 enigma
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