Tuesday, August 4, 2015

¿QUIÉN Y CÓMO ES CADA PERSONA?

Si alguien me preguntara si soy el mismo que quince o veinte años atrás, le diría que no.

Hay cosas importantes que han cambiado en mi vida, desde acontecimientos imprevisibles, hasta otros, positivos y negativos que fueron haciéndome reflexionar cada vez más, sopesar situaciones, lugares, actividades, y verificar de paso, cuánta falsía e hipocresía le rodean a uno.

Creo que todos podemos afirmar que no somos los mismos que varios años atrás.

Las alternativas de la vida, --no importa la edad que tengamos-- nos modifican, nos cambian. Tal vez hemos ido domando nuestra impaciencia, tal vez hemos aprendido a ser menos impetuosos, quizás tuvimos un par de tragos muy amargos que soportar, y también hayamos conocido momentos culminantes de una dicha sin par.

Se ha modificado nuestra escala de valores, somos capaces de aceptar hoy lo que tiempo atrás rechazábamos con vehemencia. Para decirlo brevemente: hemos madurado.

Con el correr de los años se procesan cambios importantes en el ser humano. Y obviamente --aunque algo tengan que ver-- no me refiero a los cambios físicos, sino a cambios del alma, cambios en la forma de pensar y de obrar.

Sin embargo, también considero que hay que reconocer que --a pesar de esos cambios-- hay factores que hacen a la esencia de quienes somos cada uno de nosotros. Y esos factores, continúan siendo los mismos, intocables, no modificados, tal vez incluso, más intensos que nunca.

Por ejemplo: rechazar la violencia y buscar la armonia. Querer la paz y repudiar la guerra. Cuidar el medio ambiente y tener un sentido holístico de la vida toda.Sentirnos parte de un todo inmensamente mayor que sin embargo nos abarca, del cual formamos parte, pero que a la vez nos trasciende. Creer en el amor, como el más excelso sentimiento que podemos experimentar.

Pero además, ser sinceros, honestos, no dejarnos manipular, tener nuestras propias convicciones. Ser coherentes y lógicos, no variables como rosa de los vientos, e impredecibles. 

Ser responsables en todo cuanto decimos y hacemos. Darnos cuenta que al expresarnos o al hacer algo, eso nos compromete.

Cumplir la palabra empeñada. Si prometemos algo, tenemos que hacerlo. Y no echar todo al olvido, o hacerlo a un lado como si no importara nada o no valiera nada. Porque el incumplimiento de esa palabra, afecta cómo los demás nos consideran, quiénes somos y cómo somos para los demás.

Alguien muy egocéntrico podría decir: "los demás no me importan, no cuentan en mi vida". Pero la realidad sabemos bien que es diferente. ¡Vaya si importan y cuentan! 

Porque del concepto que otros se formen de nosotros, va a depender el éxito o fracaso social que tengamos.  Pero sobre todo, por una cuestión de respetarse a uno mismo. 

Por una cuestión de ser auténticos, verdaderos. Y no especie de fantoches, sin sentido y sin metas.

Es necesario ser honesto con uno mismo. No sobrevalorarse, y conocer los propios defectos o puntos débiles. Pero sobre todo, tener en cuenta que la imagen que proyectamos es muy importante.

De modo que la coherencia, la responsabilidad, y el cumplimeinto de la palabra empeñada, son factores básicos y fundamentales que conforman una personalidad. 

¿Cómo está la tuya, amiga, amigo? ¿Eres coherente, lo que dices o haces hoy, lo ratificas mañana, o cambias totalmente de actitud?  

¿Te haces verdaderamente responsable de tus dichos y hechos, o son como hojas que se las lleva el viento?

¿Cumples la palabra empeñada, o buscas excusas permanentes para incumplirla, o por último creas historias o situaciones para seguir dilatando lo que tendrías que haber hecho ya, en función del compromiso que asumiste?

De eso se trata esencialmente.
Muchas situaciones, personas, lugares, pueden cambiarnos, pero los elementos sustanciales que componen nuestra personalidad, que responden a quiénes y cómo somos, esos permanecen incambiados. 

Son esos elementos sustanciales los que nos permiten cuidar nuestro nombre y nuestra reputación.  Los que hacen que seamos respetables para otros. Los que hacen que se nos trate con dignidad, porque precisamente, no la hemos perdido.

Sinceros, leales, honestos, coherentes, cumplidores, responsables, sensibles, solidarios, ¡qué hermoso que así nos vean los demás!, ¡cuánto vale ser así!

 enigma
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