Amor es entrega, es sacrificio si así lo demanda, es paciencia, es respeto, es confianza, es lealtad, es honestidad, es coherencia, es responsabilidad, hacia el otro o la otra.
Pero especialmente es una atracción inconmensurable, que excede la mera atracción física, aunque ésta es parte inseparable de la misma. Es esa fuerza cohesiva que nos lleva a la unión de la pareja, a ser de los dos, uno, totalmente integrados, totalmente intercambiados --si así puede decirse.
Es cuando la comunicación telepática se hace real.
Es cuando lo que piensa y siente una parte, de igual forma ocurre en la otra.
Es lo que en física cuántica se llama "entanglement", un entrelazamiento maravilloso, y que realmente funciona.
Todo esto es el amor.
Ahora, de pronto tenemos un ideal de lo qué es amor, y amar. Que muchas veces puede ser un estereotipo que hemos asumido como propio, y lo transformamos en pautas de conducta; convencidos de que ese es el amor y de que el mismo discurre según ciertos carriles y cánones supuestamente aceptados en sociedad.
Sin embargo, los hechos pueden convencernos de que de pronto nuestra idea de cómo se vive el amor, de cómo ese sentimiento magnífico y sublime se concreta en realidad, discurre por una vía diferente a la imaginada o pretendida.
Y ahí es cuando de pronto tenemos un conflicto con nosotros mismos, que creemos que amar presupone ciertas cosas, ciertas formas de proceder, y si las mismas varían de pronto descubrimos que tenemos que cambiar el modelo de amor con el que hemos estado viviendo.
Ahí es cuando nos damos cuenta que el amor es uno, pero que hay muchas formas de amar, muchas vías a través de las cuales ese sentimiento se hace real y presente. Y es posible que ese darnos cuenta nos obligue a romper esquemas que han estado con nosotros por tiempo.
Cuando el paradigma del amor ha sido el amor de pareja, entendiendo por ésta el compuesto por un hombre y una mujer, resulta que nos es necesario romper ese esquema, darnos cuenta que ese paradigma pertenece al pasado, y que la pareja actual es de un hombre y una mujer, pero también de dos hombres o de dos mujeres, o de un hombre y una chica transexual.
Y de pronto la pareja de un hombre y una mujer, tampoco sigue pasados cánones en su relación, sino que puede llegar a haber una adaptación y modificación de roles tradicionales, donde lo más importante es que vehiculen el amor.
Inclusive, --aunque sobre esto no estoy convencido-- más de una persona me ha dicho que es posible amar a dos personas a la vez, entendiendo que con cada una el amor se manifiesta y expresa de una manera diferente. Que lo que ocurre entonces es una complementación entre ambos amores.
Lo que afirmo indubitabelemente es que si hay amor, hay vida, hay gozo, alegría, felicidad, paz.
Los conflictos comienzan cuando no hay amor, cuando el mismo es sustituido por obligaciones contraídas, rutina, un soportarse de las partes, pero sentir que salvo estar bajo un mismo techo, nada prácticamente les une.
Por eso, el valor fundamental a gestar, a fomentar y a mantener, es el del amor.
Acto seguido, admitir que hay diversas formas de amar.
Y finalmente, que nada hay superior al amor.
¡Felices los que aman!
enigma
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