Wednesday, May 18, 2016

UN MENSAJE POST-MORTEM

Mensaje puesto en Instagram por una asistende de vuelo de un avión que finalmente cayó, muriendo todos.

Vivir entre otras cosas, implica asegurarse seguir viviendo.
Por eso no vamos de noche por ciertos lugares.
Por eso aún de día no nos internaríamos en ciertos barrios.

Por eso evitamos las aglomeraciones, o dejamos de ir a ver un juego deportivo donde verdaderas patotas de individuos drogados cometen hasta asesinatos.

Por eso somos muy juiciosos cuando conducimos, aceptamos y aplicamos las reglas de tránsito, el mantenimiento de distancias, la señalización adecuada, todo en aras de evitar un accidente que puede costarnos nuestra existencia.

Todo eso se da en el plano muy tangible y tridimensional de las situaciones y hechos.

Pero hay otras cosas que también implican cuidar nuestra existencia: no revelar un secreto, o más de uno. Callar nuestra opinión sobre muchas cosas, porque sabemos los efectos nocivos que puede tener sobre nosotros; cómo puede verse dificultada o complicada nuestra vida por haber afectado estructuras de poder, intereses muy grandes, o habernos osado a decir una verdad inmensa pero que no es conveniente expresar porque hay represalias.

Eso nos lleva a una situación de incorformidad con nosotros mismos. Al menos a mi me pasa.

Quisiera decir muchas cosas que otros se animan a decir o dicen parcialmente, pero que no sé  si a ellos no les ocurre nada. En mi caso, creo que sería vulnerable a enormes críticas, a represalias sordas pero reales, y a estropearme la vida que tengo y quiero vivir en paz. Entonces elijo callar.

Sin embargo, muchas de ellas son cosas que importan a la generalidad de la gente.

Pero, hay una forma en que puedo quedar en paz conmigo mismo, en que puedo sentir que he dicho lo que consideré necesario que tenía que decir. Y esa forma es grabar o redactar algo para que se dé a conocer post-mortem.

Tal vez un video fuese la mejor forma. Puesto en You-Tube lo vería todo quien quisiera, y sólo me costaría el esfuerzo final de oprimir una tecla.

Las reacciones que eso cause después, no podrán ya afectarme, pero me sentiré satisfecho y feliz.

Por supuesto, que no querría jamás ser una carga para mi familia, para quienes me sucedieran. Lo que dijera sería de mi única, entera y total responsabilidad, y no involucraría absolutamente a nadie más. 

La idea la dejo aquí para la consideración de mis lectores. Porque tal vez más de uno la halle interesante de llevar a cabo, ¿por qué no? Yo les exhorto a hacerlo. Creo que vale la pena, y mucho más aún, que es justo.


enigma
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