Thursday, March 9, 2017

UNA CAUSA NOBLE SE DEFIENDE CON DIGNIDAD: Algo sobre los derechos de la mujer



En Uruguay, --de lo que puedo hablar pues he pasado allí Enero y Febrero--  una manifestación de mujeres vestidas de negro, --y también de hombres que se solidarizaron con su causa— tenía como motivo fundamental crear conciencia respecto a una serie de homicidios de mujeres (llamados “femicidios” o "feminicidios", neologismo no necesario) ocurridos recientemente.

Así planteadas las cosas, muchas mujeres de distintas procedencias sociales y de distintos puntos de vista políticos o religiosos, se dieron cita por igual.

Pero…una proclama leída a voz en cuello en la explanada que se extiende frente al edificio de la Intendencia, dijo cosas absurdas por demás, y mostró la cara verdadera de un movimiento que un grupo militante espera hacer suyo copándolo, y distorsionando su misma razón de ser.
Dicha proclama expresaba lo siguiente:
"Queremos seguir construyendo un movimiento que haga sentir su voz, un movimiento que cuestiona la sociedad y que sabe que el patriarcado junto al capitalismo, el racismo y la guerra imperialista de los poderosos, nos mata y empobrece porque queremos un mundo donde nuestra existencia y la de las y los que amamos sea digna".

“Patriarcado…capitalismo…racismo…guerra imperialista”...
¿Es acaso por esto y para esto que manifestaron las mujeres uruguayas en su gran mayoría?

¡Qué lejos todo ello de los hechos de sangre deplorables ocurridos con las muertes de mujeres a manos de individuos brutos que eran sus maridos!

Es evidente que la tal proclama claramente apunta a “querer seguir construyendo un movimiento”. Como que recién empieza, pero quieren llegar a algo mucho más grande. 

Desconocen esas mujeres de la proclama, que nada más duro que el dominio del hombre sobre la mujer en países musulmanes, donde a las féminas no se les permite estudiar o conducir un vehículo.

Es también en esos países donde hasta hace poco se practicaba le circuncisión femenina, porque se entendía que la mujer no tenía derecho a gozar del sexo. Y también es en esa cultura donde se permite el asesinato para limpiar el “honor” de la familia, cuando una joven decide tener un trabajo o su novio, y no el que la familia le impone como futuro marido.

También en India se practica el matrimonio convenido entre padres de los futuros contrayentes, y no hay posibilidad de elección.

¿De qué capitalismo se está hablando allí, y de qué imperialismo?

Vayamos a la China comunista, donde las mujeres están atrapadas por tradiciones y donde más se reflejan los problemas de las tradiciones es en los matrimonios. El matrimonio se lleva a cabo mediante la compra de la futura esposa por los padres del novio y a partir de entonces ella lo deja todo y tiene que intentar ser aceptada por todos….La situación de tener que casarse obligatoriamente y tener que juntarse con gente desconocida lleva a las mujeres chinas a grandes depresiones desembocando muchas de las veces en el suicidio. Cada año mueren 150.000 mujeres.” (tomado de http://proyectosubiendoalsur.blogspot.com/2010/05/).

Y en 2016 se habla en China de las mujeres sobrantes.

“Una mujer china de más de 25 años y soltera es para muchos en su país una Sheng Nu: una “mujer sobrante”. Y es que en China, que se transforma a gran velocidad de sociedad rural a sociedad mayoritariamente urbana, se producen escenas que chocarían en muchos países del mundo, entre ellas la de los “mercados del matrimonio” presentes en numerosas ciudades. Allí, los padres exponen unos particulares currículos de sus hijas para intentar encontrarles un hombre con el que casarlas.”(tomado de “La Vanguardia” - Vida).

Como puede verificarse, la proclama –fruto de una ideología perimida que se pretende aún imponer en las sociedades latinoamericanas—  no tiene asidero fáctico ninguno. Es una vez más, querer agregar agua al molino del marxismo en su forma más descarnada, el ataque a la sociedad pretendiendo dividirla y enfrentarla en una guerra de sexos (calificados de “géneros”).

Es como esa mujer que dijo: “Si voy a tener un hijo, aborto”, en un desprecio esencial a la vida humana, y al hombre, en particular.

Pero además es un movimiento que se da de golpe en múltiples países, y ello no ocurre por casualidad. Quien piense que es algo espontáneo, no se da cuenta de la realidad.

Y mezclado con el repudio a los homicidios de mujeres, están las lesbianas queriendo afirmar su homosexualidad, y especialmente las abortistas. 

Y aquí se cae en una incongruencia total: porque si la protesta contra el “feminicidio”, tiene como elemento fundamental defender la vida humana y afirmar su valor como tal, ¿cómo se compatibiliza eso con la búsqueda del aborto como “derecho”, sin discernir que la mujer puede decidir sobre su cuerpo, pero no sobre la vida humana que está gestando, que es otro ser, para aniquilarla?

Un asesinato no se repudia si se le agrega otro asesinato.
En ambos casos se está segando la vida de un ser humano.
 
Pienso que el aborto sólo puede tener cabida en casos clínicamente determinados en que la opción está entre salvar la vida de la madre, o perderla por la vida del ser en gestación.  O bien en casos en que una mujer ha sido violada. Pero, salvo esas excepciones, la decisión libre de abortar cuando y cuanto se quiera, eximiendo de total responsabilidad a la mujer como ente pensante, es realmente –desde mi punto de vista— un agravio a la mujer genéricamente considerada, y denota una carencia de valores éticos fundamentales.

No serán pues las abortistas, las que se desnudan en público, las que hacen escarnio de la Virgen María y atentan contra catedrales, las que escriben “Dios ha Muerto” o “Ni Dios, ni Iglesia, ni Marido”, o reclaman la “Supresión del delito de adulterio”, las que están defendiendo una causa noble, con dignidad, respetándose a sí mismas, y respetando a la sociedad que tiene sus normas de convivencia civilizada, dentro de las cuales el atentado al pudor, es un delito.
No es con violencia, verbal o física, no es con consignas ideológicamente impulsadas, no es con actos reñidos con la moral y las buenas costumbres, que se hace progresar una causa que en sí es justa y que puede resumirse en un cartel llevado por unas mujeres en  una de sus movilizaciones, que dice: “No me gusta el sexismo, no me gusta el machismo,  no me gusta la violencia, no me gusta la desigualdad”, conceptos a los cuales adhiero totalmente.

enigma
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En YouTube les invito a ver: "La Atracción del Misterio"
https://www.youtube.com/watch?v=ze4G0bx9gFw&feature=youtu.be
 
   



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