En Uruguay, --de lo
que puedo hablar pues he pasado allí Enero y Febrero-- una manifestación de mujeres vestidas de
negro, --y también de hombres que se solidarizaron con su causa— tenía como
motivo fundamental crear conciencia respecto a una serie de homicidios de
mujeres (llamados “femicidios” o "feminicidios", neologismo no necesario) ocurridos recientemente.
Así planteadas las
cosas, muchas mujeres de distintas procedencias sociales y de distintos puntos
de vista políticos o religiosos, se dieron cita por igual.
Pero…una proclama
leída a voz en cuello en la explanada que se extiende frente al edificio de la
Intendencia, dijo cosas absurdas por demás, y mostró la cara verdadera de un
movimiento que un grupo militante espera hacer suyo copándolo, y distorsionando
su misma razón de ser.
Dicha proclama
expresaba lo siguiente:
"Queremos seguir construyendo un movimiento que
haga sentir su voz, un movimiento que cuestiona la sociedad y que sabe que el
patriarcado junto al capitalismo, el racismo y la guerra imperialista de los
poderosos, nos mata y empobrece porque queremos un mundo donde nuestra
existencia y la de las y los que amamos sea digna".
“Patriarcado…capitalismo…racismo…guerra imperialista”...
¿Es acaso por esto y para esto que manifestaron las mujeres uruguayas en su gran mayoría?
¡Qué lejos todo ello de los hechos de sangre
deplorables ocurridos con las muertes de mujeres a manos de individuos brutos
que eran sus maridos!
Es evidente que la tal proclama claramente apunta a
“querer seguir construyendo un movimiento”. Como que recién empieza, pero
quieren llegar a algo mucho más grande.
Desconocen esas mujeres de la proclama, que nada más
duro que el dominio del hombre sobre la mujer en países musulmanes, donde a las
féminas no se les permite estudiar o conducir un vehículo.
Es también en esos países donde hasta hace poco se
practicaba le circuncisión femenina, porque se entendía que la mujer no tenía
derecho a gozar del sexo. Y también es en esa cultura donde se permite el
asesinato para limpiar el “honor” de la familia, cuando una joven decide tener
un trabajo o su novio, y no el que la familia le impone como futuro marido.
También en India se practica el matrimonio convenido
entre padres de los futuros contrayentes, y no hay posibilidad de elección.
¿De qué capitalismo se está hablando allí, y de qué
imperialismo?
Vayamos a la China comunista, donde “las mujeres están atrapadas por
tradiciones y donde más se reflejan los problemas de las tradiciones es en los
matrimonios. El matrimonio se lleva a cabo mediante la compra de la futura esposa
por los padres del novio y a partir de entonces ella lo deja todo y tiene que
intentar ser aceptada por todos….La situación de tener que casarse
obligatoriamente y tener que juntarse con gente desconocida lleva a las mujeres
chinas a grandes depresiones desembocando muchas de las veces en el suicidio.
Cada año mueren 150.000 mujeres.” (tomado de http://proyectosubiendoalsur.blogspot.com/2010/05/).
Y en 2016 se habla en
China de las mujeres sobrantes.
“Una mujer china de más de 25 años y soltera es para
muchos en su país una Sheng Nu: una “mujer sobrante”. Y es que en China,
que se transforma a gran velocidad de sociedad rural a sociedad
mayoritariamente urbana, se producen escenas que chocarían en muchos países del
mundo, entre ellas la de los “mercados del matrimonio” presentes en numerosas
ciudades. Allí, los padres exponen unos particulares currículos de sus hijas
para intentar encontrarles un hombre con el que casarlas.”(tomado de “La Vanguardia” - Vida).
Como puede
verificarse, la proclama –fruto de una ideología perimida que se pretende aún
imponer en las sociedades latinoamericanas—
no tiene asidero fáctico ninguno. Es una vez más, querer agregar agua al
molino del marxismo en su forma más descarnada, el ataque a la sociedad
pretendiendo dividirla y enfrentarla en una guerra de sexos (calificados de
“géneros”).
Es como esa mujer que
dijo: “Si voy a tener un hijo, aborto”, en un desprecio esencial a la vida
humana, y al hombre, en particular.
Pero además es un movimiento que se da de golpe en múltiples países, y ello no
ocurre por casualidad. Quien piense que es algo espontáneo, no se da cuenta de
la realidad.
Y mezclado con el
repudio a los homicidios de mujeres, están las lesbianas queriendo afirmar su
homosexualidad, y especialmente las abortistas.
Y aquí se cae en una
incongruencia total: porque si la protesta contra el “feminicidio”, tiene como
elemento fundamental defender la vida humana y afirmar su valor como tal, ¿cómo
se compatibiliza eso con la búsqueda del aborto como “derecho”, sin discernir
que la mujer puede decidir sobre su cuerpo, pero no sobre la vida humana que
está gestando, que es otro ser, para aniquilarla?
Un asesinato no se
repudia si se le agrega otro asesinato.
En ambos casos se
está segando la vida de un ser humano.
Pienso que el aborto
sólo puede tener cabida en casos clínicamente determinados en que la opción
está entre salvar la vida de la madre, o perderla por la vida del ser en
gestación. O bien en casos en que una
mujer ha sido violada. Pero, salvo esas excepciones, la decisión libre de
abortar cuando y cuanto se quiera, eximiendo de total responsabilidad a la
mujer como ente pensante, es realmente –desde mi punto de vista— un agravio a
la mujer genéricamente considerada, y denota una carencia de valores éticos
fundamentales.
No serán pues las
abortistas, las que se desnudan en público, las que hacen escarnio de la Virgen
María y atentan contra catedrales, las que escriben “Dios ha Muerto” o “Ni Dios, ni Iglesia,
ni Marido”, o reclaman la “Supresión del delito de adulterio”, las que están
defendiendo una causa noble, con dignidad, respetándose a sí mismas, y
respetando a la sociedad que tiene sus normas de convivencia civilizada, dentro
de las cuales el atentado al pudor, es un delito.
No es con violencia,
verbal o física, no es con consignas ideológicamente impulsadas, no es con
actos reñidos con la moral y las buenas costumbres, que se hace progresar una
causa que en sí es justa y que puede resumirse en un cartel llevado por unas
mujeres en una de sus movilizaciones,
que dice: “No me gusta el sexismo, no me gusta el machismo, no me gusta la violencia, no me gusta la desigualdad”, conceptos a los cuales adhiero
totalmente.
enigma
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En YouTube les invito a ver: "La Atracción del Misterio"
https://www.youtube.com/watch?v=ze4G0bx9gFw&feature=youtu.be
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