Tuesday, February 3, 2009

MOMENTOS

 
Una playa….tal vez desierta. Mejor desierta….

Sólo el sol acaricia nuestra piel y el rumor de las olas acompaña el momento.

Tu cabello vuela con la brisa, y tus ojos están clavados en los míos, como los míos en los tuyos.

Hay un silencio extático, maravilloso, cuasi infinito.

El mundo parece haber detenido su andar.

Allí sólo estamos tú y yo.  Sólo importamos tú y yo.

En tus labios se dibuja una ténue sonrisa que transmite felicidad, y en los míos también.

Extiendo mi mano y tomo la tuya y el éxtasis sigue.

No hay palabras. Sobran. No son necesarias.

Nuestros ojos son los que lo dicen todo.

En ese momento, lo imposible se torna en realidad.

En la inmensidad del universo, en este pequeño planeta azul, no hay nada más hermoso y más grande que ese momento que estamos viviendo juntos.

Extraordinariamente juntos, tú y yo.

Somos nada en medio de lo inconmensaruable de la creación, pero allí, somos todo.

Acercamos lentamente nuestros rostros, casi como midiendo el movimiento, como haciéndolo eterno, y de pronto muy suavemente, delicadamente, nuestros labios se encuentran….

No hay movimiento alguno, quedamos así juntos, suspendidos en el tiempo….

Lentamente, nuestros labios se separan, nuestras frentes se tocan, nuestros ojos casi se horadan unos a los otros, y comprendemos…comprendemos…

Tú y yo, allí.  Sólo los dos.  Solos los dos.  

La felicidad más auténtica hecha realidad. Amor…eso es, amor.
De pronto, respirando hondo, sintiendo por dentro una tremenda resignación, los dos nos incorporamos.  

Aquel momento fue tremendamente intenso, trascendente.

Estuvo tan lleno de ternura, de dulzura, que fue como si nos hubiese de pronto envuelto la magia de un maravilloso hechizo.

Teníamos que volver a la realidad. A la de cada uno, a la de todos los días.

¿Acaso no fue por eso que al separarnos, rodaron lágrimas por nuestros rostros?

Este ya era otro momento.

Pero aquel, aquel está inscrito en el libro de la eternidad.

enigma

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