LA REALIDAD TIRANA

Es Alejandro Lerner, quien en su canción “Todo a Pulmón” se refiere a la “realidad tirana”.

Amigos, podemos imaginar, soñar, vivir intensamente un amor, anhelar estar juntos, planificar un futuro, y de pronto….nos internamos en un ámbito en el que nunca pensamos antes, porque primero que nada, están los sentimientos, nuestros corazones, quiénes somos.

Pero finalmente, si vamos a asumir compromisos en serio y responsablemente, tenemos que caer en hacer números, y cuando los hacemos, se nos impone una realidad tirana, implacable, que parece decirnos desde la frialdad de un papel, o del texto en la pantalla de nuestra computadora: “no puedes amar”, “no puedes soñar”, “no puede planificar”, “no tienes futuro!”.

Y eso es como si delante nuestro se abriese un abismo insondable en el cual no dejáramos de caer.

Se revisan los números, se estudian diversas posibilidades, distintos escenarios, se ajustan diferentes variables, para verificar entonces si aún es posible, cómo y dónde.

No es fácil, se nos crean situaciones que no habíamos pensado, y no encontramos la solución ideal, adecuada, o mejor. Encontramos tal vez una posible solución, que no termina por satisfacernos del todo. Tiene la ventaja de que es viable, es realizable. Pero nos demanda un costo –no en términos económicos sino personales— que no nos resulta el mejor, que no se acomoda a nuestro deseo más íntimo.

Entonces quedamos como rascándonos la cabeza, pensando si será o no será posible, finalmente.

Es muy desagradable que lo económico interfiera con los sentimientos más genuinos y honestos.

Pero lamentablemente hay que vivir, y vivir implica tener que sostener gastos indispensables, y esos gastos tienen un valor, y hay que pagar por ellos.

De modo que porque hay una unión fundamental, básica, fuerte, perdurable, entonces, no hay otra alternativa que vérsela con los números.

¡Claro! No es uno solo quien tiene que observar y analizar esos números. Lo tiene finalmente que hacer la pareja. Porque no es la vida de uno, sino la vida en pareja la que está en juego.

¿No les parece?



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