Monday, August 2, 2010

A veces la felicidad asusta


Yo no sé si a ustedes les ha pasado alguna vez. Quizás nunca, y es sólo algo muy personal. No sé.

Pero de cualquier manera, principio por decirles que ahora me siento muy feliz. Tengo dentro de mi una felicidad que no me cabe en mi pecho.

Después de un período de intensísimo estrés y profundo dolor, me ha llegado este remanso y esta compensación, por la cual doy gracias al Ser en Sí.

Es tiempo de cambiar, es tiempo de imaginar, es tiempo de proyectarse hacia el futuro. Es tiempo de ir reconstruyendo paso a paso la vida personal, porque quedarse atado al pasado, es morir. Mas en cambio hacer planes, rogar y apostar al futuro, es la esencia de la vida misma.

Hoy me siento gozoso, feliz, por cosas que se han ido dando y que vendrán en próximos meses. Por cosas que se harán realidad en mi vida, algunas de las cuales han debido esperar casi dos años, y ahora están en vías de concretarse.

Y en medio de esta felicidad no estruendosa, sino sobria, discreta, pero vivida intensamente al interior de mi alma, es cuando a veces –y no en esta particular ocasión sino también en otras—me sobrecoge un cierto temor.

El temor de qué será lo que me tocará sufrir luego, para compensar la felicidad que ahora disfruto y la que disfrutaré.

Pero en cierta medida, si bien es una calibración de la vida misma, que alterna momentos felices y otros tristes, sin embargo esa especie de “temor” o de aprensión, no quita un ápice a la dicha que hoy tengo.

Es un algo simplemente inexplicable, que me da por pensar.

Pero finalmente lo que cuenta es el presente, y el futuro.

Después de todo, como me dijera un amigo, “ya pasaste por una etapa muy dolorosa, ahora te toca disfrutar”.

Miguel Bosé y Noa cantan "La Vida es Bella"



enigma

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