Wednesday, March 7, 2012

Recordada frase de Quique...

En el Sur de América, principando por Uruguay país al cual perteneció, pasando por Argentina y llegando hasta Chile, el señor Enrique Almada (a) Quique, fue un humorista de categoría y calidad como pocos.

Todos lo recordamos de programas como Hiperumor y Jaujarana.

"Quique" Almada era actor y libretista. Y por cierto que en cada programa, sabía agregar al momento el gesto o la frase con que nos hacía estallar de risa.

Cuando falleció, todos nos entristecimos, porque se hacía querer.

Hombre sencillo, afable, abierto a acceder a una entrevista, o a un imprevisto encuentro, fue para mi un privilegio haber tratado personalmente a Almada.

Entre sus personajes, estaba aquel del economista, que le consultaba al "Chicho", que estaba preso por delitos económicos, sobre ciertos temas, y siempre de la visita al "Chicho" salía con un plan... Pero el "Chicho" era un personaje que ni aparecía tras su celda. Todo lo hacía y decía Almada.

Había otro personaje, el de un profesor de urbanidad y buenas costumbres, que había sido contratado por un individuo sin roce social --interpretado por otro grande de la pantalla chica, y del mejor humor, Ricardo Espalter, también fallecido.

Allí, el profesor, asistido por su secretaria, pretendía enseñarle modales a ese palurdo: cómo hablar, cómo comer, cómo comportarse en la mesa, cómo vestirse... pero no había caso, por más que el profesor se esforzara, al bruto no le entraban las lecciones. No era capaz de asimilar lo que se le ofrecía. Más bien llegaba a rechazarlo, ¡creyendo tener razones para ello!

Como corolario de esas situaciones, el profesor había acuñado una frase que comentaba con su secretaria, y decía "No hay caso, el que nació para pito nunca llega a corneta".

La frase --si bien podría decirse que tiene un trasfondo fatalista-- no deja de patentar una gran realidad.

Lamentablemente hay personas que por más que se les hable, exhorte, aliente, inspire, desafíe, no van a dar un paso hacia lo mejor, no van a ser capaces de modificar sus vidas, y con increíble testarudez, se van a quedar empacados como mulas en la situación en que están, aunque delante tengan un pozo en el cual muy posiblemente vayan a caer.

A mi esas situaciones me provocan una profunda tirsteza. Porque veo al ser humano que se pierde...
Veo el potencial inutilizado. Veo el futuro posible, talado como por una sierra.

Si cada vida es peciosa, y lo es, ver perderse a un ser humano, es quizás de las situaciones más dolorosas que en vida se pueden conocer.

Pero es obvio, que para que todo lo que uno pueda hacer por una persona para mejorar su calidad de vida, surja efecto, tiene que haber de parte de la persona confianza y sobre todo, receptividad.

Si no la hay, se termina reflexionando amargamente, como el profesor: "El que nació para pito nunca llega a corneta".



enigma
Textos protegidos por derechos de autor



No comments:

Post a Comment