Wednesday, June 17, 2015

Feminización del Hombre, Masculinización de la Mujer: ¿Está ocurriendo? Parte 3

Un cambio de roles

A comienzos del siglo pasado, el hombre salía del hogar a trabajar, y la mujer cuidaba de los hijos, de la casa, preparaba la comida, lavaba y planchaba la ropa, iba de compras al almacén (luego supermercado), y tenía todo pronto para cuando su marido llegara del trabajo, y los niños de la escuela o colegio.

Ella era ama de casa. En casos de mejor posición social, podían contar con una mucama o personal de servicio que cumpliría varias de las tareas asignadas a la mujer. Especialmente la limpieza del hogar, hacer las camas, etc.

Eso fue cambiando paulatinamente desde la segunda mitad del Siglo XX, y es una realidad totalmente distinta en este Siglo XXI.

La mujer no es más el ama de casa. La mujer ha salido a conquistar el mercado laboral. Se ha capacitado, tiene título universitario, o suficientes conocimientos para desempeñarse bien en una industria, una empresa, una tienda, un restaurante, y hasta un pornoshop.

Esta mujer actual, gana su salario, no está por casi 10 o más horas en su casa, y recién cuando retorna a la misma se vé con su marido y sus hijos. O bien retorna a su apartamento, donde vive sola. Es autosuficiente. Sabe manejarse en sociedad. En cierta manera ha ido perdiendo algo de femineidad. Se ha vuelto más dura ante los reveses de la vida. Tiende mucho menos a llorar, y más a ser agresiva, a ponerse fuerte ante situaciones difíciles, y a luchar por lo que entiende sus derechos. 

Está acostumbrada a competir, y busca ganar terreno y posiciones, no todas las veces muy honorablemente. Reyertas, disputas, traiciones, pueden ser parte de su bagaje.

Esta mujer actual, en expresiones extremas de la misma, llega a masculinizarse tanto para competir en el mundo del hombre, que busca tener una musculatura similar, vestir varonilmente, y hasta llega a cambiar su gusto por el otro sexo. No es sorpresa que el lesbianismo esté en alza.

El hombre se ha tenido que avenir a este universo de relaciones totalmente diferentes a las tradicionales. Él ya no es el jefe de familia, ya su esposa no le debe obediencia y él proteccion (como dicen aún algunas libretas de matrimonio). Sus responsabilidades son otras. Su rol en la sociedad y particularmente en la familia, es otro.

Ahora el hombre ha tenido que asumir tareas y preocupaciones que antes eran propias y únicas de la mujer.
Pensar en la comida a preparar, y cocinar. Ir de compras para proveerse de bebidas y alimentos. Poner a lavar la ropa. Estar atento a la hora de regreso de los chicos al hogar. Atender aspectos de su educación (deberes hogareños, etc.), estar pendiente del regreso del trabajo de su esposa. Tenerle comida pronta para cuando llega.

Pero antes de eso, alimentar al bebé, cambiarle pañales, y tantas otras cosas que demanda una criatura pequeña.

En el extremo de esta feminización del hombre
--determinada por un cambio en la relación laboral, la estructura social y la cultura-- hay hombres que comienzan a adquirir hábitos del otro sexo, y terminan siendo atraídos o queriendo atraer a otros hombres. De ahí el incremento de los "gays", pero también de la transexualidad.

Este es el mundo que nos toca vivir hoy. 
No abro juicio de valores sobre estos cambios de personalidades, ni sobre cómo las personas adecuan o adaptan sus vidas a una realidad nueva y distinta.

Para mi es un hecho incontrastable que la mujer de hoy está más hecha al mundo, sabe por sí sola desenvolverse con calidad y aplomo en el medio social, y muchas logran grandes éxitos como ejecutivas, empresarias, abogadas, médicas, o políticas. Tengo varias amigas así. 

Asimismo, crecientemente, hay mujeres jóvenes que eligen trabajar desde sus casas, especialmente cuando tienen bebés, y el telecommuting, se ha vuelto cada vez una nueva forma de desempeñar eficientemente una tarea.

Y es también un hecho incontrastable, que el hombre de hoy ha aceptado las tareas antes imposibles de imaginar para su género, y las vive no sólo con naturalidad sino con gusto. Pasear a un niño en cochecito, o llevar un bebé colgado sobre el pecho, son ya imágenes comunes en la sociedad.

El "macho man" va quedando cada vez más atrás. Como un
ejemplar desubicado en la realidad actual. Y quienes quieren perpetuar esa imagen física, o ese concepto y vivencia interiores, terminan por frustrarse tanto, que en apariencia son muy masculinos, y en la realidad son "gay" (que lo diga cierto sector de individuos que frecuenta gimnasios); o bien se tornan agresores, y ahí surge todo el drama de la violencia doméstica; porque no aceptan que ya no pueden ser más aquel tipo de hombre que conocieron  en su padre o en sus abuelos.

Justamente, un reciente estudio científico por los psicólogos Jennifer K. Bosson y Joseph A.Vandello de la Universidad del Sur de la Florida indica que "el hecho de que los hombres perciben que su masculinidad es tan precaria tiene repercusiones para la conducta en todos los aspectos de la vida  --en el trabajo, las relaciones, en su salud."  Los autores dicen que esta investigación comienza a iluminar los efectos negativos del género en los hombres --depresión, ansiedad, baja auto-estima y violencia.

El  hombre actual, a su vez,  se sensibiliza mucho más. Es capaz de llorar sin avergonzarse por ello. Y es capaz de sentir y vivir el amor de pareja, de manera también diferente. De una manera igualitaria, que busca consensos, que comparte abiertamente gustos, que no tiene tabúes ni secretos, donde el goce y la felicidad se comparten por igual, sin preponderancia de ninguna de las partes, sino en verdadera armonía y consenso.

Este hombre actual está más abierto a comprender los gustos de la mujer, y a cumplimentarla de manera especial, a tratarla con delicadeza y respeto.

La mujer actual valora al hombre que se da entero, que la respeta, y con quien ella se siente libre para decir cuanto quiere y le gusta, para tener iniciativa y para disfrutar del mutuo entendimiento y la total confianza, factor fundamental de la mejor relación.

Una profesora amiga me lo decía recientemente de manera elocuente refiriéndose a la intimidad: "la cuestion no es separar tanto lo que corresponde al hombre y lo que corresponde a la mujer. Pienso que con los dos se forma una unidad, y en esa unidad todo vale, todo se mezcla, todo es un ovillo, todo es permitido, no hay límite, porque todo corresponde al sexo. Ya no se discrimina hombre y mujer."

En otras palabras, en el mundo actual, el cambio en la mujer y el hombre, posibilita que se entiendan más mutuamente, que encuentren más factores comunes o afines,  y menos diferencias que pongan distancia, y que se complementen de tal manera que se sientan más una unidad. Al menos, esta debería ser la meta. 
enigma
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