Preocupa sobre todo la juventud, los conductores de vehículos novicios, las mujeres de toda edad, y los hombres que están trabajando y van con sus vehículos entregando mercadería, o atendiendo a diversos servicios que tienen que realizar.
Las estadísticas no mienten, y son tremendamente dolorosas.
El Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos de América ha informado que el uso de teléfonos celulares mientras se conduce, ha provocado un millón 600 mil choques anuales. Cerca de 330 mil heridos hay cada año como resultado del "texting" mientras se conduce. Y uno de cada 4 accidentes de tránsito en EE.UU. está causado por "texting" y conducir al mismo tiempo.
Según un estudio del Instituto de Transporte de Virginia Tech, recibir o enviar un mensaje, quita los ojos del conductor en un promedio de 4,6 segundos, el equivalente a conducir ciego, a casi 90 kilómetros por hora, una distancia de 109 metros.
Debido a que recibir y enviar mensajes requiere atención visual, manual y cognitiva del conductor, resulta por lejos una de las más graves distracciones.
Por cierto que nos acongoja la muerte de 3 o 4 mil personas, o de decenas o cientos en un atentado terrorista.
Pero hay un terror en las calles que es mucho peor aún, que cobra más víctimas cada día, y ante el cual, hay autoridades displicentes y usuarios totalmente inconscientes.
Lo peor es que los usuarios se creen avispados, se creen mejores que los otros, o tan experientes que nada les va a pasar, y de pronto: un chirrido prolongado, un tremendo golpe, y un vehículo que poco menos queda hecho un acordeón, de donde con herramientas especiales se tiene que extraer al conductor o conductora, y llevarle de inmediato en una ambulancia con probabilidades de que fallezca en el camino, o luego en el hospital.
No es sólo la vida del conductor la que está en riesgo. Es la vida de los transeúntes, la de todos, de toda edad.
Y no es posible admitir semejante situación sin realizar campañas masivas de concientización, establecer la prohibición de conducir y estar con el celular en la mano al mismo tiempo, leyendo o escribiendo un mensaje. Y hay que aplicar multas severas para quienes sean vistos haciéndolo.
Son medidas drásticas, pero son necesarias porque la vida es preciosa, y nadie tiene derecho a cercenarla tontamente.
Si este tipo de prohibición no se adopta, y si no se hacen intensas campañas publicitarias en contra, las autoridades se vuelven cómplices de las muertes y minusvalideces creadas por los accidentes.
La cuestión no es escuchar a quien dice: "no me arruinen el negocio, déjenme vender celulares". La cuestión es decirle al que vende celulares que eduque a sus compradores, porque si la tendencia actual sigue sin revertirse, va a llegar un momento en que sus potenciales compradores, no van a estar.
Como en tantos otros órdenes de la vida, se requiere que el celular sea utilizado responsablemente.
No estamos solos. Vivimos en sociedad, vivimos en ciudades, nos necesitamos mutuamente, ¡no nos matemos!
https://youtu.be/e_kuuyBmESQ
enigma
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