Confieso que quedé impactado y a la vez asqueado.
Pero primero comparto algunos párrafos fundamentales de la noticia, según la publicó en su edición de este viernes 7 de Julio, el diario El País de Montevideo.
Beba de 11 meses intoxicada
con cocaína, éxtasis y anfetaminas
Internada en
sanatorio de Punta del Este; padres son turistas argentinos.
El juez
penal de feria de Maldonado,xxxxxxx, procesó sin prisión a una pareja de turistas de
Argentina cuya bebé de once meses sufrió una intoxicación por ingesta de
cocaína, éxtasis, anfetaminas y metanfetanimas.
Interrogados
por los médicos del sanatorio, los padres reconocieron que en la noche del
sábado anterior, del 24 al 25 de junio, agasajaron con una fiesta a varios
amigos que se encontraban en la zona. Durante el convite, los padres informaron
a los médicos que se produjo una ingesta masiva de drogas de todo tipo por
parte de los participantes.
La madre de
la pequeña reconoció que consumía drogas desde los tres meses posteriores al
parto, aunque dijo desconocer el hecho de que los narcóticos pasan a la leche
materna. La madre, angustiada, aseguró haber consumido éxtasis y cocaína en la
fiesta. Asimismo, reveló que tanto ella como el padre tienen una historia de
consumo de drogas.
La médica
actuante sostuvo en el juzgado, a partir de los resultados de laboratorio, que
eventualmente la cocaína pasó al organismo de la niña por vía del
amamantamiento. [subrayados míos].
La información nos pone de cara a una realidad abominable y aborrecible: el narcotráfico, y los narcoadictos. Las dos caras de una sola moneda, que se necesitan mutuamente.
De modo que ambas partes deberían ser igualmente responsables ante la ley por cometer el delito de traficar unos y consumir otros, drogas ilícitas.
Pero, una sociedad que ha bajado hace rato los brazos a los valores que la sostuvieron digna y decente hace años, permite y tolera que haya lo que eufemísticamente o hipócritamente --diría mejor-- le llaman "consumo". Y pretende que los consumidores son poco menos que víctimas inocentes. No hay tal inocencia en absoluto, hay connivencia total.
Pero vamos paso a paso a los hechos. Los protagonistas de este terrible drama son dos turistas argentinos. ¡Como se le cuela a Uruguay lo peor que los argentinos pueden exportar como turistas! Y el país les permite su entrada. Seguramente traían cocaína consigo, pero ¿nadie la detectó?
Si no la traían consigo, significa que cuando la pareja llega a Punta del Este, sabe dónde ir a adquirirla. Y hay de todo en el mercado: cocaína, éxtasis, anfetaminas, metanfetaminas...
Segundo paso: las autoridades de Maldonado ¿no saben quiénes son los narcotraficantes, quienes negocian con esas drogas? Porque si lo saben y permiten su operación, es que están corruptas.
Tercer paso: los protagonistas, un hombre de 48 años y su esposa de 25. Ella, declarada drogadicta. Tan perdida en su adicción, que consume cocaína "desde los 3 meses posteriores al parto", e --ignorante-- ¡no sabía que a través del amamantamiento estaba drogando a su pequeña beba!.
Para peor, --y esto es ya truculento-- esta veinteañera es ¡maestra de prescolares!.¿Puede alguna institución que se precie de responsable y seria, tener prescolares en la Argentina, a cargo de semejante "maestra"?
Para peor, --y esto es ya truculento-- esta veinteañera es ¡maestra de prescolares!.¿Puede alguna institución que se precie de responsable y seria, tener prescolares en la Argentina, a cargo de semejante "maestra"?
Cuarto paso: estos turistas argentinos van a dar una fiesta y el concepto de divertirse con amigos, implica que haya toda una gama de de drogas ilícitas para consumir a discreción. ¡Vaya fiesta! ¡Pobres
piltrafas humanas, no son capaces de festejar y divertirse sin
drogarse! Dan lástima por un lado, pero repugnan por el otro.
Pero por lo visto debieron adquirir drogas en cantidades considerables. Otra vez, ¿las autoridades no lo notaron, o como son turistas no lo impiden para no estropear el negocio del "turismo"?
No es la primera vez que turistas argentinos, y algunos a veces muy notorios, se ven envueltos en problemas por el uso de drogas.
Uruguay les permite entrar, les abre de par en par sus puertas, y permite que en su suelo hagan cualquier cosa....como para que la Ministra de Turismo uruguaya, Lilián Kechichián salga a decir luego que "la temporada turística es un éxito".
¡Preferiría no tener esa clase de turistas, a ensuciar el suelo de la Patria con su podredumbre!.
Y lo último: la pareja es procesada pero...sin prisión. Lenidad del sistema judicial y del funcionario que tuvo que ver específicamente con el gravísimo caso. ¿qué le costó meterlos presos como se merecen? O mejor, deportarlos e impedir que nunca más entren a Uruguay. Pero no...mano suave. Sin prisión, tienen que presentarse ante el juzgado durante un tiempo en forma regular, y la beba quedó en custodia de una abuela.
De paso, cabe la pregunta: siendo que los dos son drogadictos, ¿se ha dispuesto un tratamiento de rehabilitación para ambos, o se van a seguir drogando en su casa?
De paso, cabe la pregunta: siendo que los dos son drogadictos, ¿se ha dispuesto un tratamiento de rehabilitación para ambos, o se van a seguir drogando en su casa?
¡Linda manera de arreglar las cosas!
Es harto evidente a esta altura, que la corrupcion, la delincuencia, el narcotráfico, pululan en Argentina y en Uruguay.
Dos países moralmente quebrados, donde poco les queda para afianzar auténticos valores, y atacar de frente sus lacras.
Lamento haber tenido que escribir esto, pero no podía soslayarlo.
enigma
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