Por eso, continúo compartiendo poemas, de famosos y de alguien que no es famosa todavía, pero que podría serlo ya.
Ocurre que la fama depende de muchas cosas. De los círculos que se frecuentan, de las personas influyentes que podemos conocer, del momento, el lugar, el país o las circunstancias que nos rodean. Y sobre todo de que satisfagamos o no determinados intereses de grupos u organizaciones.
Pero cuando se escribe con libertad, cuando se dice lo que se siente, cuando no se tiene espíritu de amanuense, entonces, la fama tal vez llegue póstumamente. Suele suceder.
Pocos/as son los que gozan del privilegio de quienes les buscan no más sea para fotografiarse a su lado, pedir un autógrafo, o grabar su voz.
Pero el valor está en la persona y su decir. Por eso, aquí, dos inspirados espíritus mexicanos. Uno, el de Jaime Sabines, ya consagrado como gran poeta, con su decir intenso.
El otro, el de "Claudia Lara Orozco", quien en su momento me dedicó hermosísimos poemas que reproduzco haciendo justicia a su autora, porque tienen un valor literario intrínseco que considero merece reconocérsele.
AMOR MÍO, MI AMOR...
Amor mío, mi amor, amor
hallado
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.
Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.
Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.
Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.
Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.
Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.
Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.
Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.
Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.
Jaime
Sabines
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VÍVEME
¡Víveme!
Las puertas están abiertas
al interior, un jardín con olor a frutas
silvestres,
y la brisa sabor a yerbabuena
aquí, el amarillo y el verde son más intensos
y se mezclan con el azul infinito del cielo
No!... no cualquiera puede acceder a este
mundo...
Sólo, los que disfrutan de esas cosas sencillas
de esta vida: un helado, el perfume de una
flor... ver a una catarina...
o una caminata a la orilla del mar...
en esta tierra, es imprescindible vivir con una
sonrisa, y la nostalgia
el nudo en la garganta, y la lágrima que no se
puede contener...
es lugar, sólo para los que entristecen cuando
llueve
y se conmueven con la poesía, y una canción
dedicada...
es la alegría de sabernos aquí...
de habernos encontrado por fin, en este
espacio, en este tiempo...
solo tú y yo, que conocemos de la impotencia...
y la imaginación...
de la crueldad de la realidad
del anhelo, y la esperanza...
aquí.. tierra del unicornio y la sirena
justo al centro de los hongos venenosos que
critícan...
del eterno arcoiris que se instala en nuestro
corazón...
aquí justo aquí... donde sólo cabe uno, y ¡estamos los dos!
"Claudia Lara Orozco" (17 de Agosto de 2009)
Milton W. Horcade
Textos protegidos por derechos de autor
https://www.youtube.com/watch?v=fXCME0tVDzg&feature=youtu.be
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