Saturday, May 23, 2009

DEL ESTAR ENAMORADO


Les confieso mis amigos, a veces tengo un extraño miedo.

El miedo a estar enamorado.

Y la razón es muy simple. Cuando amo, amo con todo, amo profundamente, amo a toda máquina.

Ese sentimiento es capaz de sacudir todo mi ser como una vara al viento.

Es capaz de arrancar lágrimas de felicidad de mis ojos.

Pero también de sacar lágrimas de pena, cuando el amor no es correspondido, o cuando la correspondencia de ese amor se torna difícil de viabilizar en términos concretos. O sea, en pasar de la expresión de los sentimientos, al encuentro personal, al tomarse de la mano, mirarse a los ojos, besarse, acariciarse.

No que yo tenga problemas en mi ser, para no llevar a la práctica esas expresiones del amor. Tengo problemas situacionales, que no me permiten actuar con total libertad. Y eso termina por ser horrendamente frustrante.

Y alguien me dirá, pues búscate esa libertad que necesitas.

Es cierto, y aunque no es facil se puede obtener finalmente. Pero ¿y en el mientras tanto, qué? Esperar, esperar, y desesperar.

Y ¿qué pasa si las circunstancias de la otra parte de la pareja también son de carencia de libertad, de dificultades prácticas?

Imposible no es una palabra de mi agrado. Especialmente cuando se trata de decisiones, siempre hay una posibilidad, aunque no sea perfecta o la mejor.

Buscarla afanosamente, es algo que nos puede confortar en el camino.

Pero realmente me da miedo enamorarme, porque presiento culminar frustrado por impedimentos prácticos. Y eso en el fondo, no me gusta.

Y alguien podría decirme, pero ¿por qué no te buscas a alguien que no tenga impedimentos en tanto tú te liberas de los tuyos?

La pregunta tiene sentido y es de recibo. Pero…el amor no es una búsqueda racional. El amor surge espontáneamente, se da o no. Y si se da de mi hacia alguien y de ese alguien hacia mi, y ambos tenemos situaciones comprometidas, ¿qué hacemos?, ¿elegir el desconocimiento mutuo luego de habernos dicho cuánto sentimos el uno por el otro? No parece la opción mejor.

¿Seguir como simples amigos?, vamos, sería mentirnos a nosotros mismos. Uno no puede hacerse trampas al solitario.

Seguir amándonos pero sin vernos, sin encontrarnos, sin viabilizar la forma de que ese amor se exprese en presencia humana, en hechos concretos, es alentar una ficción sin propósito. Ese amor requiere manifestarse en carne y hueso, y no cibernéticamente, o fantasmagóricamente.

Por eso amigos, me he propuesto buscar la forma de que eso tan elemental como lo es que dos seres que se aman, se encuentren, se haga realidad. Aún no sé cómo, ni cuándo, ni dónde, pero sé que tiene que suceder.

La más elementalísima lógica humana indica que así tiene que ser.

Y la más maravillosa sinrazón que es amar, me dice que debo esforzarme con todo mi ser para lograrlo.

Acaso ¿puedo hacer menos?

Sí. No es sólo estar enamorado de alguien. Yo estoy enamorado del hecho de amar, que es lo más extraordinario que nos puede ocurrir. Que es el signo distintivo de lo humano por excelencia.

Tal vez porque nos acerca como ninguna otra experiencia, al Ser Divino.



enigma

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