Tuesday, May 4, 2010

COMPRENSIÓN

Puesto en términos teológicos tradicionales, dícese que todos somos pecadores.

Puesto en términos laicos, está el viejo aforismo latín “Errare humanum est”, y dicho en términos actuales: por cuanto humanos, imperfectos.

Nadie, nadie es perfecto. Nadie puede finalmente erigirse en juez de nadie.
Se pueden tener afinidades, o no. Acuerdos o discrepancias, pero en el juicio esencial, todos perdemos.

O finalmente, todos tenemos que tolerarnos y tratar de comprendernos.

A menos que alguien esté fuera de sus cabales, nadie piensa, y especialmente siente intensamente en las profundidades de su alma, si no hay un corazón capaz de latir, de experimentar la amistad, el amor, la fraternidad, el cariño, el perdón, la comprensión.

La comprensión del otro o de la otra, implica asumirle como ser humano que es.

Hay que saberse aceptar y perdonar a uno mismo. Hay que aprender a amarse para amar a los demás.

Pero siempre hay que conceder el beneficio de la duda. Y no declarar a nadie culpable antes de tener todas las evidencias a disposición, y escuchar todas las campanas.

Solemos tener una sociedad y un mundo parcializados, en que des-humanizamos al otro o la otra, para luego despreciarle, dejarle de lado, echarle, confinarle al ostracismo, u odiarle. Y así es como va la sociedad, ahí está la madre de las violencias. Ahí está la raíz de la mismísima descompsición social.

¡Ah! de los que se proclaman eruditos en artes espirituales, pero olvidan estas cosas elementales.

¡Ah! de quienes afinan su intelecto en lecturas selectas, pero luego erran al actuar en las cosas sencillas y cotidianas, arrebatándole a la razón su función de colegir adecuadamente, y arrebatándole al espíritu la generosidad de amar a pesar de, o por sobre, las fallas o errores del otro u otra.. Buscando no aplastar al otro u otra, sino ayudarle, elevarle, redimirle.

Y eso requiere no colocarse por encima de los demás, sino a la misma altura.

Eso requiere humildad.

Eso reclama una actitud de escucha, de reflexión, de búsqueda sincera de comprender al otro u otra, y de juntos edificar una relación positiva.

Eso es totalmente posible. Es realizable. Requiere tan sólo la voluntad de llevarlo a cabo.



enigma

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