Friday, July 30, 2010

LA FELICIDAD NUNCA ES COMPLETA

La existencia amigos, tiene momentos plácidos, de disfrute, de paz interior, de tranquilidad, pero nos provee otros, de amargura, de desolación, de angustia por inseguridad.

Un fallecimiento, un accidente grave, la pérdida de un empleo, la enfermedad seria de un ser querido, son todos motivos de preocupación, de estrés, y pegan un revés a la tranquilidad diaria, al saber que aparentemente la vida está encaminada, todo está seguro y continuará tal cual.


La mala noticia surge de repente, de golpe, nos toma muchas veces desprevenidos, y no la esperábamos.

Y de pronto se abre entre nosotros como un abismo.


Nos puede llegar a afectar la depresión, y sentimos una desolación especial. ¿A quién acudir?, ¿quién –sin ningún interés espurio— nos extenderá una mano fraterna de ayuda?, ¿quién tendrá la sensibilidad de comprender nuestra situación, y al menos paliar la misma para que no nos sea tan gravosa?


En una sociedad donde cada quien mira a lo suyo y no a cómo le va al prójimo que está a su lado, donde el egoísmo campea por doquier, es difícil encontrar a alguien solidario, pero afortunadamente existen muchas almas buenas que son y saben ser solidarias.

Existen organizaciones sin fines de lucro que son solidarias.


Existen caridades y ayudas organizadas que son solidarias.


Y esas instituciones y organizaciones no son entelequias fantasmales, están compuestas de personas con sensibilidad, y motivadas a ayudar a quien lo necesita.


Pero así como hay personas con esa disposición anímica, también hay individuos capaces de ser solidarios, y estar allí cuando se les necesita.


Y a veces, la mano de Dios, como me gusta llamarla, aquel Ser en Sí al que no debemos olvidar de invocar y de rogarle con nuestras oraciones, nos ama y no nos olvida ni nos deja de lado.

Y a veces, desde mucho tiempo atrás, increíblemente, impredeciblemente, Él prepara en otros planos, en los planos divinos y trascendentes, los hechos inmanentes que luego se pueden llevar a cabo y se dan en la cotidianidad de nuestras vidas terrestres.


¿Cómo llega a conocerse una persona con otra?. ¿por qué ese conocimiento se da entre esas dos personas en particular, y no entre dos otras?, ¿por qué ocurre en determinado tiempo de la vida de esas personas y nunca ocurrió antes?, ¿qué se extrae del vínculo o relación entablada entre esas personas?, ¿qué papel puede jugar una de ellas en asistir a la otra en un momento difícil?


Estamos apenas descubriendo el velo de los misterios con que la voluntad de Ser en Sí dispone las cosas, y de pronto, somos capaces de intuir que hay un hilo conductor, y que las cosas no ocurren porque sí, por pura “casualidad”, al azar, sino que hay un plan, hay un propósito, hay una inteligencia detrás.

Darse cuenta de ese plan, es descubrir el papel que se espera que uno desempeñe, llegado el caso.


Esto he reflexionado, al enterarme de la situación preocupante, que puede irse tornando crecientemente difícil, de una persona amiga.


Personalmente, me siento imbuido de un sentido de misión.

Me siento como tripulante de un helicóptero que sobrevuela un mar embravecido, y lanza salvavidas y desciende en una cuerda para rescatar a quien está con el agua al cuello, a punto de ahogarse.


¡Ojalá el salvataje pueda realizarse y tenga un final feliz.! Les aseguro que lo deseo de corazón.


enigma

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