Wednesday, September 1, 2010

MIRANDO AL FUTURO CERCANO

Sí, amigas y amigos, el planeta se debate entre la vida y la muerte.

Entre la guerra y la paz.

Entre la extinción de la especie, y su prolongación en otro cuerpo celeste.

Entre el crímen y la honradez. Entre la justicia, y la degradación total.

Todo eso es cierto.

Y cuando oigamos de guerras y rumores de guerra, preparémonos, porque el tiempo está cerca.
Y lamentablemente, a eso nos llevan. Al matadero atómico.

Siempre hay “razones” para la guerra…nunca parecen haber suficientes razones para la paz.

Además hay paces verdaderas, y paces hipócritas. Paces para durar para siempre, y paces por conveniencia estratégica, paces oportunistas.

Miren al mundo y sus principales actores, y miren cómo se van moviendo las piezas en el “tablero de ajedrez”.

Ah! tontos y cómplices, vendidos y miserables, indignos y siervos de la mayor de las ignomnias.

¿Cuándo será el día que dirán la verdad desnuda?, ¿cuándo descubrirán su verdadera naturaleza?, ¿cuándo contarán sus concupiscencias en público?

Pero los inocentes, estemos atentos, con los ojos bien abiertos. Sin dejarnos confundir por los eslóganes que llevan al rebaño al despeñadero.

Andando bien asidos de aquellos principios fundamentales que cimentan nuestras propias existencias, libres, independientes, auténticas.

Y sobre todo ¡no temamos!

Porque de pronto, como ladrón en la noche, sin anunciarse previamente, sorpresivamente, inesperadamente –para quienes no conocen ni entienden—una fuerza más poderosa que todas las fuerzas se hará presente.

Alguien irrumpirá en medio de ese “tablero de ajedrez” humano, y confundirá todas las piezas, y estropeará todas las estrategias y tácticas, y se acabará el juego, y empezará a regir un orden distinto, un orden superior.

Será el momento de la catarsis y la transformación. El momento transicional hacia un futuro radicalmente diferente.

Amigas, amigos, el tiempo está cerca….mucho más cerca de lo que algunos imaginan o suponen.

El número que comienza con el nuevo siglo y culmina con el que corresponde a los Apóstoles, tiene la clave.

Como decía el maestro Emmanuel: “El que tiene oídos para oir, oiga”.



enigma

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