Monday, November 3, 2014

LIBERADAS EN LOS 30s, PACATAS a los 40s

Puedo equivocarme en mis apreciaciones, y me adelanto a pedir disculpas si estoy errado, pero hay algo que me choca, y que quiero decirlo bien claro: hay mujeres, y muchas, que en sus 30s actúan muy liberadas --solteras y/o casadas. 

Saben de sus obligaciones, pero eso no quita que si encuentran oportunidad flirteen, y tengan algún romance con alguien que les resulte atractivo.

Algunas se adherirán a la máxima de que "en la variación está el gusto", otras, más sólidas en sus convicciones o en sus sentimientos, se adherirán por un tiempo a alguien, aunque finalmente terminen abandonándole.

El hecho es que están hormonalmente activas --se me ocurre la mejor forma de definirlas. Se les ve seguras de sí mismas, sonrientes, felices de lo que están viviendo.

Pero al llegar a los 40, parece que hay una tradición detrás que les dice: "se acabó la fiesta, es hora de que te pongas seria". Y eso significa, no más ocasiones, oportunidades, salidas, romances, miradas que se cruzan, mensajes en los celulares, o chats en las madrugadas. 

Y entonces de liberadas pasan a pacatas. A "monjas" como dijera una amiga, sin querer en absoluto ser peyorativa para las monjas. 

Pero pasan como a enclaustrarse, a cerrarse al mundo que vivieron hasta ayer, y asumen otro papel. También es cierto que su ceño aparece más veces fruncido, que la sonrisa se va perdiendo, que la alegría de vivir la han dejado atrás, y todo lo que tienen por delante son obligaciones y más obligaciones.

Es dificil para mi concebir que una persona de la noche a la mañana pueda cambiar tanto.

No dejo de ver que al entrar en los 40s se producen en el cuerpo de la mujer una serie de cambios que pueden alterar su salud y que es menester encarar cuanto antes.

El metabolismo comienza a hacerse más lento a una tasa de 2% por década. La densidad ósea se va perdiendo a una tasa del 1% por año. Hay pérdida muscular de 2 a 3 kilogramos en los diez últimos años.

El gran estrés y los cambios hormonales hacen decrecer la líbido,y ese estrés está provocado por el hogar, los hijos, el trabajo, las finanzas, etc. Fruto de ello es que la mujer a los 40 puede sentirse deprimida.

Algunos de estos cambios llevan el nombre de perimenopáusicos, o sea, preceden a la menopausia.  

Algunas mujeres no sienten en sí mismas grandes cambios, excepto irregularidad en su período menstrual, pero otras comienzan a tener arrebatos calóricos, dificultad para conciliar el sueño, y sequedad vaginal.

Como dije al principio, puedo estar equivocado, y las lectoras pueden corregirme, pero buena parte de estos efectos se me ocurre que estas mujeres en sus 40s, que sigen teniendo buena cuota de juventud y de atracción tanto física como intelectual, los evitarían si mantuviesen el estilo de vida que les caracterizó en sus 30s. 

Porque todo está interrelacionado. Una vida con distracciones, con momentos de gozo físico y espiritual, con deseos satisfechos, con un relajarse y olvidarse de problemas, obligaciones, estrés, el trabajo, la profesión, etc. les ayudaría enormemente a mitigar en gran medida el impacto de la pre-menopausia, y de ésta, que les llegará más tarde.

Esto, sin decir que mujeres que han pasado la menopausia, son capaces de tener una riquísima vida sexual, que la experimentan con intensidad y les provoca gran gozo.

Las damas que quieran comentar sobre este escrito, están cordialmente invitadas a hacerlo. Pero creo que todo tiene su sazón y su tiempo. La naturaleza no obra a saltos, y por tanto, si alguien ha estado feliz y conforme con proceder como una persona que se ha liberado de una serie de tabúes, de conceptos arcaicos, de bretes, para vivir más plenamente, es mejor que siga esa vida rica en vivencias, si bien que reduciendo su intensidad, a detener todo de golpe, como quien apaga una luz y se sume en la oscuridad.

enigma
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