Como bien lo definiera Neil Armstrong en ese momento: "Este es un pequeño paso para un hombre, un salto gigantesco para la humanidad".
Es lo que constituye una auténtica y verdadera hazaña.
La hazaña basada en arrojo, coraje, decisión, planificación y...financiación.
Son factores esenciales que se requieren para acometar cualquier empresa trascendente y dificil.
Demandó enorme esfuerzo, una capacidad de realización extraordinaria, la creación de piezas mecánicas, tecnología y aparatos únicos.
Los pasos previos a través de los proyectos Mercury y Gemini, hasta llegar a Apollo.
Seres humanos que arriesgaron la vida misma, ante lo ignoto que era el ámbito espacial entonces.
Astronautas que dieron sus vidas, en medio de ese proceso. Virgil Grisson, Edward White y Roger Chaffee murieron al probar una cápsula Apollo 1, en tierra, el 27 de Octubre de 1967.
Así se construye una hazaña. De todo eso está constituida.
También por supuesto del orgullo de una nación, y de la decisión política sin la cual --lamentablemente-- nada es posible. Se necesitó un lúcido presidente John F. Kennedy, que planteó el desafío de llegar a la Luna.
Y se precisó un Congreso que aprobara semejante osadía. Y así se procedió.
Sucesivos gobiernos fueron restando importancia al programa espacial, hoy estancado en orbinautas (como les llamo a los que no van más allá de la Estación Espacial Internacional), y sondas no tripuladas que sí, pueden llegar hasta Plutón, pero...no se ha retornado a la Luna, y ni siquiera se cumplió el propósito de que este 2015 sería el año de la llegada del ser humano a Marte.
Se habla ahora de 2023. Pero si no se aceleran las acciones, se le dota a la NASA de todo cuanto precisa, y fundamentalmente los políticos no se dan cuenta de que el Espacio es el destino manifiesto de la humanidad, pasará esa fecha y aún estaremos por ver cuándo se llega a otro planeta.
Es que a todo el coraje, la tecnología, y la decisión, hay que agregar algo esencial: consciencia del momento histórico que vivimos quienes habitamos este planeta, cuyos recursos comienzan a escasear, cuyo clima está notoriamente alterado, y cuyas perspectivas a mediano plazo, no son por tanto las mejores.
Cuando los que tienen en sus manos decidir si una nación se proyecta definitivamente al Espacio de manera permanente, no tienen consciencia de la importancia que ello implica, lo que se tiene es cortes y más cortes presupuestales, reducción de empleados, contratos y sub-contratos con empresas privadas, errores graves a veces, y depender de terceros para ir y retornar de la Estación Espacial Internacional.
Para un país que fue capaz de producir el Saturno V, y de contar con héroes como Neil Armstrong, Michael Collins y Edwin Aldrin, lo actual es profundamente lamentable. Refleja una enorme falta de visión.
Los problemas humanos, los temas sociales, no pueden distraer la atención del gran objetivo espacial, y menos sustituirlo.
Son válidas ambas preocupaciones, cada una en su respectivo ámbito y nivel.
Yo espero que esto cambie en el futuro. ¡Y pronto!
Es hora de construir una nueva hazaña.
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