Hay gente que por su edad se echa para atras, se abandona a suerte y verdad, ya no lucha, no tiene ambiciones, no aguarda más nada, no mira hacia un horizonte nuevo.
Personalmente, no me rindo ante dificultades, lo único imposible de vencer es la muerte, como trance por el que tenemos que pasar. Pero todo lo demás, antes de ello, es posible si nos lo proponemos con firmeza, si lo perseguimos con afán, y si lo decidimos con convicción.
Ya lo dijo hace mucho el Maestro de Galilea: "quien pone su mano en el arado y mira hacia atrás, no es apto". Hay que mirar para adelante, siempre.
Eso no significa olvidar el pasado, renunciar a lo que nos ha traído a nuestro presente. Más bien se trata de proyectar este presente hacia un futuro, en que se puedan plasmar muchos sueños aún no realizados, muchos anhelos por concretarse, muchas emociones por vivirlas intensamente.
Así me siento yo en momentos en que --luego de vivir 26 años en el área de Washington, Distrito de Columbia, Estados Unidos, he puesto a la venta mi casa, en miras a un futuro próximo, en el que seguiré estando en esta nación, pero, en otro Estado, distante a 3.069 kilómetros de donde me encuentro. Un viaje de más de 13 horas en automóvil, o 4 horas --con una escala-- en avión.
Allí me espera otra ciudad, un apartamento a estrenar, y una vida misma a estrenar. Donde las calles, el panorama circundante, la geografía, la cultura, la gente, son distintas. Diría que es mucho más Estados Unidos, que este conglomerado multicolor, y multiétnico que es el área de Washngton D.C.
Voy a ese futuro con entusiasmo, con esperanza, con el deseo de cumplir muchos sueños aún por realizar.
Voy también a disfrutar la proximidad geográfica de mi familia, la única que tengo aquí. Y eso significa muchísimo para mi.
Doy gracias desde el fondo de mi corazón al Ser en Sí, por la nueva puerta que se abre ante mi, la nueva posibilidad, el nuevo ámbito donde realizarme.
Espero seguir contando con las amigas y amigos que hoy tengo, y ampliar el número y calidad de los mismos.
Aguardo poder tener una mayor vida social de la que me fue posible en el ámbito en que aún estoy.
Y espero también viajar más, rotas las ataduras de una soledad que por momentos se me hizo oprobiosa.
Así estoy hoy. Como siempre, lo comparto abiertamente y con gusto.
Sigo esperando sugerencias de temas, o interrogantes que ustedes tengan. Escríbanme a enigma0458@gmail.com
enigma
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