Sunday, July 12, 2015

GENUINA AMISTAD

La amistad es una de las más estupendas relaciones que podemos desarrollar a lo largo de nuestra existencia.

Mientras la familia nos viene dada, la amistad es algo que se inicia, fecunda, crece y se afianza eternamente, es algo que se cultiva cada día, algo que se lleva profundo en el corazón.

Personalmente, me siento muy honrado con tener un buen número de amigas y amigos sinceros, leales, confiables, que realmente son compañeros de vida.

Un entrañable amigo, a quien puedo llamar con propiedad hermano, sin serlo, es quien por años se ha dedicado a atender las necesidades de mi madre, que vive en un hogar para ancianos, en Uruguay. El pago de cuotas, ropa, medicamentos, etc. han estado siempre en su mira. ¿cómo no ufanarse de tener un amigo así?. Alguien que se preocupa y da de sí, para que una anciana pueda estar confortablemente.

A eso llamo con propiedad, ser un amigo.
 
Estoy por comenzar una vida nueva, en un ámbito diferente al actual. 26 años he vivido en el área de Washington, D.C.
Ahora, me mudaré para vivir a miles de kilómetros más al Norte, pero, teniendo a mano a mi familia.

Ello implica poner a la venta mi casa actual, y entonces toda la tarea inconmensurable que significa una mudanza. Ver todo lo que uno tiene, y comenzar a seleccionar y descartar cosas. Las que uno quiere tener en el nuevo hogar, y aquellas que han cumplido su cometido pero que ya no nos interesa tener.

Armar cajas y cajas con las cosas a mudar. Y por otro lado, poner la casa en orden y mantenerla muy presentable para cuando vengan los potenciales compradores a verla, explorarla y tal vez, elegirla como su futura vivienda.

Y en este momento tan especial en que me encuentro, una amiga a quien quiero mucho, está haciendo otro acto de dedicación y desprendimiento magníficos, al venir desde lejos a acompañarme, para ayudarme en la tarea de la mudanza y el mantenimiento de mi casa en condiciones de ser mostrada a los interesados en adquirirla.

Aquí empacando y allá, desempacando. Así ve ella misma su tarea, y así la está realizando formidablemente.

Estos dos ejemplos son diáfanas demostraciones de amistad. Una amistad que no se queda en el saludo, las palabras lindas, la tarjeta para el cumpleaños, algún elogio, o cosas así, sino que se expresa en actos concretos en que una persona da de sí misma, su capacidad, su voluntad, su tiempo, para el bien de otra, en este caso, en ayudas que son invalorables.

Me siento deudor de estas personas amigas, que actúan así conmigo. Y para ellas, estoy dispuesto a hacer lo que fuese necesario en su bien, si se da la ocasion. Pero tanto mi amigo en Uruguay, como la amiga que ahora está ayudándome, saben muy bien que pueden contar conmigo. Que no les voy a fallar.

Eso es lo que yo llamo genuina amistad.

La amistad nos lleva a saber unos de los otros, a comunicarnos, a inspirarnos y alentarnos mutuamente, a consolarnos si es necesario, a advertirnos peligros, a corregirnos errores, a querernos mucho y bien, a encontrarnos personalmente, toda vez que ello es posible. 

Pero sobre todo, siempre a darnos.


enigma
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