Tuesday, September 1, 2015

LO QUE HACE PENSAR UNA MUDANZA


Me ha tocado mudarme.Y no sólo en mi área, sino de uno a otro Estado, aquí en Estados Unidos.

Esto supone un largo viaje. Por tierra, tres días. Por aire, dos tramos aéreos, y 4 horas en total.

De cada experiencia de vida debemos aprender algo. 

Aunque aún estoy en medio de la mudanza, y por concretarla este mes de Septiembre, ya he extraído de toda esta experiencia un aspecto muy importante.

La mudanza implica tener que decidir qué vamos a llevar con nosotros, y qué no. Qué se deja para otros, se dona, vende o simplemente destruye, y qué es lo que nos importa y con lo cual queremos quedarnos para el nuevo lugar que habitaremos.

Eso implica una rigurosa selección, en la que entran en juego valores. Nos damos cuenta que hemos acumulado muchas cosas que no nos son necesarias,  y de las  cuales podemos prescindir.

Cuando uno se afinca en un lugar, se llena de cosas que a la postre no son fundamentales, esenciales.  Tenemos entonces que aplicar un criterio muy pragmático, y decidir con cuáles nos vamos a quedar, cuáles queremos tener con nosotros allí donde vayamos. Qué cosas --en cierta medida-- llegan a ser parte inseparable de quienes somos.

Debemos pues escoger, debemos seleccionar, debemos saber superar cosas del pasado, con los ojos puestos en el presente inmediato y en el futuro.

Nos damos cuenta también de algo mucho más importante aún: las cosas nos acompañan, nos sirven, nos son útiles, pero...no son nosotros. No podemos depender de ellas o ser esclavos de ellas. Nosotros somos por nosotros mismos, y las cosas responden a nuestros intereses, gustos, actividades, etc.

Por tanto, se aplica aquello muy sabio de ser, como algo superior al tener.

Afortunadamente no dependemos de las cosas, de los bienes materiales que nos rodean, para ser quienes somos.

Darnos cuenta de ello es más que importante.

Cuando hoy hay personas "celular-dependientes", donde el adminículo se convierte en una especie de oxígeno sin el cual no pueden vivir, aprender a vivir despojándose de las cosas, tomando distancia de ellas, es algo sustancial.

Hallo entonces, que una mudanza es una pre-figuración de lo que será para todos, algún día, nuestro viaje final.

Ese en el cual ya ninguna cosa importa. Ese en el cual somos nosotros, nuestra memoria, nuestros recuerdos, nuestras emociones y sentimientos.  Y eso es lo que vamos a llevar a esa instancia. Eso es lo que nos servirá para el trámite futuro.

Las cosas que fueron nuestras, serán el testimonio silente de la vida que fuimos capaces de llevar, de las actividades que desarrollamos, de nuestros gustos e intereses. De nuestra opulencia o nuestra sencillez. Del haber dado valor a lo que lo merecía, y no "cosificarnos", al punto de ser esclavos del tener, del querer tener cada vez más, y de las cosas en sí.

Porque lo que finalmente importa es el espíritu, son nuestra sensibilidad y emociones, es por sobre todo, el amor que fuimos capaces de desarrollar en nuestra existencia.

Esto es lo que me muestra y me enseña una mudanza.

Y en medio de todo, hacerlo con  la esperanza de un futuro aún mejor, y con alegría. Como este conjunto "The Isaacs" que canta "I'm gonna move", Me voy a mudar.


enigma
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