Monday, December 21, 2015

SE VIENE OTRA CELEBRACIÓN DE NAVIDAD

Las cosas en nuestras existencias se estropean, pierden valor, sustancia, fuerza, cuando se transforman en rutinarias.

La celebración de la Navidad, como la despedida del Año Viejo y la bienvenida al Año Nuevo, son también rutina, aunque ocurran cada 365 días.

Y esta rutina, les quita contenido, sentido. 
En un mundo tremendamente violento, que sufre los embates del terrorismo, del narcotráfico y sus víctimas, de la criminalidad creciente, de la corrupción rampante, ¿dónde están los valores intrínsecos de la Navidad? 

¿No es acaso hora de rescatar el sentido único de la Navidad, que es la celebración del nacimiento de un niño llamado Emmanuel, en un humilde pesebre?  ¿No es acaso la Navidad una expresión del Sí del Ser Supremo, ante el No de una humanidad siempre desviada? 
¿No pretende la Navidad, ser un llamado al arrepentimiento, al perdón, a la reconciliación, al entendimiento entre los humanos? 

Pero ha caído en rutina. Se ha cosificado, se ha mercantilizado, la persona de Jesús queda escondida tras el viejo gordo y simpaticón de Santa Claus, o como se le llame en cada región.  Cuanto menos se hable de Emmanuel, mejor, porque Él, compromete....

Esa es la cruda realidad. Por eso se ha cambiado el Feliz Navidad, por el más secular Felices Fiestas.

La familia reunida, si lo hace con genuino regocijo y en paz, es un símbolo del niño nacido en el pesebre, porque finalmente, el vínculo que más importa es el amor.

Pero hasta el amor lo hemos rebajado a unos momentos de intimidad, sin compromiso alguno de ninguna especie, sin siquiera existir una amistad. 

Parece que somos una humanidad desgastada, vacía, sin sentido para su misma existencia. 

Es hora de revertir las tendencias negativas. Es hora de afirmar la fé para quienes la tienen, y sostener el derecho a proclamarla, como parte de la libertad de expresión.

Es hora de respetar lo que no entendemos, lo que nos supera, y abrir las mentes a posibilidades ignotas, donde lo único que se nos requiere es tener humildad en nuestro pensar y en nuestro sentir.

Celebremos la Navidad con conciencia, al menos con respeto, y de última, con curiosidad, con ganas de poder entender.

Para todos ¡Feliz Navidad! que la celebren en paz, con tranquilidad, y con profunda alegría.

enigma
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