Y puesto a esa tarea, me sorprendió gratisimamente encontrar un poema del que no tenia siquiera memoria.
Claro, ¡lo escribí hace 41 años! Estaba dedicado a Alicia, mi esposa, que por entonces se encontraba embarazada.
He aquí el poema que le dediqué y que con agrado comparto con ustedes.
A ALICIA
Alicia, mi amor
parte inseparable de mi vida
Compañera necesaria
imprescindible a mi existencia
Cuánta ternura se desprende de tus ojos
de cuánta paciencia
has debido hacerte
a mi lado.
Cuánto me has cambiado
y ayudado a superarme.
Si, esa eres tú
mi mujer, mi esposa, mi amor.
Cuando te contemplo ahora
con tus desvelos maternos
tu imagen tibia, suave y hogareña
se me hce aún más tierna
e inefable.
Tu figura ahora crece
y con ella nuestra esperanza anhelada
cada dia nos acerca más
a la meta querida, buscada.
Cuando sacudida, hasta la fibra
más íntima de mi ser
intuyo en tí
todas las fuerzas creadoras
dándose al unísono en un himno a la vida.
Y cuando pienso
--con sabor nostálgico y dramático--
que un día Dios
dispondrá separarnos
Entonces sé
que este amor que hoy vivimos
se proyecta eterno
por lo fecundo
La vida que vendrá
aún nosotros idos
seguirá diciendo al mundo
del amor que nos ha unido.
Por eso con toda mi fe
y la fuerza de mi alma
exclamo: ¡Que Dios bendiga
el fruto de tus entrañas!
Alicia, amor mío, mamá...
Buenos Aires, 1o. de Junio de 1974
enigma
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