Wednesday, December 30, 2015

ALGARABÍA Y LUEGO....EL SILENCIO

Casi al grito de "¡Feliz Año Nuevo!", renovamos una especie de ritual de celebración por la culminación de un año y el comienzo de otro.

Planes, proyectos, propósitos, evaluación de lo qué pasó, cuánto avanzamos o retrocedimos en lo individual, en lo familiar, en las amistades, en la sociedad, en el país, en el mundo. 

Tal vez muchos, --la inmensa mayoría-- ni piense en todas esas cosas que son realmente necesarias para reflexionar.

La hora es de abrazos, de reencuentros, de alegría, de brindis, del gusto de compartir una mesa, de besarse, de sentir que vivimos un año más y esperamos continuar en el siguiente.

Es la hora de perdones sin necesidad de palabras. Es el momento en que superamos muchas cosas y por sobre todo nos encontramos como iguales, humanos, imperfectos, ¿y qué?, aceptémonos que somos una especie fallida, asumamos nuestra realidad, pero con ella a cuestas, tratemos de convivir de la mejor manera posible.

En una hora así, las palabras huelgan, lo que hay que hacer es festejar, celebrar. 

Conversaciones ruidosas, niños que se divieren jugando, petardos y fuegos artificiales que tuenen en el aire, unos minutos de estruendos y de una atmósfera que se puebla de humo y de olor a pólvora, una reunión que se prolonga hasta altas horas de la madrugada, hasta que nos vence el cansancio, y luego...el silencio. 

Al otro día nos reencontramos aún con rostros somnolientos que sólo despejarán la ducha reparadora.
Como quien no quiere la cosa, hemos empezado un nuevo año.

Tiempo de renovación, momento oportuno para el balance, para conversar de cosas pasadas por las que sentirnos satisfechos u orgullosos. Recordar a quienes ya no están entre nosotros, y el legado que sus vidas nos dejaron. Y prometernos firmemente ciertas metas realistas y realizables, como para no persistir en errores, y avanzar. 

El silencio después de la algarabía, se hace así fecundo.

Y desde el inicio, comenzaremos mejor el año nuevo.

Sabemos que hay cosas inevitables que vienen del año que termina. Hay planes que hicimos hace tiempo. Turismo, viajes, encuentros. 

Pero tendremos que aprestarnos a tomar decisiones. Y a encontrarnos con cosas que no esperamos y que nos vendrán. 

Nuestra experiencia de vida nos ayudará en cada instancia.

Miro por la ventana de mi escritorio, y veo que nuevamente cae lentamente la nieve...es invierno en el Norte, verano en el Sur. 

Y eso hace que los festejos al aire libre, la playa, la comida campestre y cuanto se puede vivir en el verano, en invierno sea reclusión, circunscripción al hogar, y salvo en los ámbitos comunes de las oficinas, o en las grandes ciudades que concentran a los festejantes para ver fuegos artificiales y participar en festivales de música y bailes, todo el resto de una nación, como los Estados Unidos de América, y como tantas de Europa, permanecen calmas, quietas, cuasi silentes. 

Sólo la iluminación especial de muchas casas y edificios nos recuerdan que arrancando con la Nochebuena, estamos en época de las llamadas Fiestas Tradicionales.

Que un espíritu constructivo, de armonía y de paz, nos acompañe en el Nuevo Año. ¡¡Feliz 2016!!


enigma
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Sunday, December 27, 2015

EL PASADO QUE ATORMENTA

Todos hemos cometido errores, desviaciones, o para ponerlo en términos religiosos: pecado. 

Todos hemos pecado por comisión u omisión. Hicimos algo que no debió haber ocurrido, o dejamos de hacer algo que debimos haber hecho.

Esto es básico, esto lo reconocemos todos.

Ahora hay dos actitudes fundamentales ante esta realidad nuestra. La primera es aceptarla, y aceptarnos como somos.  La segunda es quererla negar, rechazarnos a nosotros mismos, entonces eso crea un conflicto interior, un trauma psicológico a veces grave, un sentido de culpa que nos acucia y nos acompaña por el resto de nuestra vida. 

Y eso no es sano. Eso no permite superar lo que nos aqueja. Eso nos ata al pasado, eso nos destruye por dentro y eso nos quita la paz y la armonía que necesitamos para estar sanos.

Debemos asumirnos tal cual somos, debemos querernos a nosotros mismos, debemos perdonarnos en nuestros errores o falencias, y debemos superarlos, pero no negando lo ocurrido, sino sublimándolo.  Sino cambiándole su esencia y perspectiva, o sea, haciéndolo distinto.

La amistad, una amistad sincera, verdadera, leal, que no busca ningún beneficio propio, que es limpia y honesta, que quiere tener el gusto de compartir cosas de la vida en diálogo con la otra persona, y que siente el gusto de un encuentro personal, de compartir un almuerzo o una cena, de beber y reir con ganas, eso, puede muy bien compensar lo que antes fue y dejó de ser una relación romántica.

Si eso se asume como una nueva etapa que supera lo anterior, es sano, está bien, es un paso hacia adelante, contribuye al equilibrio propio y a la paz interior.

Si por el contrario se pone eso en un contexto de culpabilidad propia, entonces todo contacto con la persona, todo diálogo o encuentro se transforma en algo tortuoso, dificil de sobrellevar, que traumáticamente se rechaza, --como quien se tapa los ojos--- algo que no se quiere ver, que no se quiere que ocurra y de lo cual, se busca esconderse, evadirse, desaparecer.

Pero esta actitud perpetúa el sentido de culpabilidad propia. Y entonces, una circunstancia determinada, un lugar, una música, un algo, de pronto, nos retrotrae a lo que no hemos podido, y aprendido a superar. 

Lo ocurrido no puede reverse, está ahí, es parte de la historia fresca, reciente, o de décadas atrás. Nuestra memoria no se desvanece. No nos aqueja ninguna amnesia. Pero lo que podemos hacer con voluntad y calidad personal, es tomar ese pasado, y transformarlo en un presente posible, realizable, llevadero y finalmente gratificante.

Entonces la paz puede reinar en nosotros. Entonces la felicidad y tranquilidad de espíritu retorna a nuestras vidas, entonces disfrutamos un relacionamiento con calidad humana.

Tal vez para algunas personas, es una lección a aprender.
Otros, ya lo hemos procesado.


enigma
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Thursday, December 24, 2015

EL AMOR: ESENCIA DE LA NAVIDAD

Apenas la semana pasada, ví una película ambientada en tiempo de Navidad.

Hay una serie de enredos y desencuentros de una pareja, donde terminan excluyéndose mutuamente, sólo teniendo contactos formales por cuestiones de trabajo, pero evitándose en el posible el uno al otro.

Una circunstancia, hace que se den cita para un almuerzo, dialogan, entre medio de adornos de Navidad y teniendo de fondo  una música propia de la época.

Uno tiene la impresión de que la pareja no puede abstraerse  del influjo de todo ese ambiente. Comienzan unas tímidas sonrisas, la conversación se anima, no se sabe todo lo que dialogan, pero al final, cuando salen del restaurante, en la puerta, uno frente al otro se vuelven a mirar intensamente, y la escena culmina con un abrazo y un beso entre ambos, sello de un etendimiento y una reconciliación que a ese punto parecían más que necesarias y lógicas.

Y viendo esa escena, no pude evitar emocionarme, y pensé: eso es Navidad, eso es el espíritu de Navidad: encontrarse, dialogar, entenderse, hacer las paces, y mirar para adelante, juntos. 

Es el caso de amigos que se reconcilian luego de mucho tiempo de haber antagonizado por algún tema en particular.

Es el caso de los jueces que reducen las penas o dejan en libertad a presos con buena conducta y por delitos mínimos y no violentos.

Es el caso del matrimonio desavenido, que retoma la buena senda de estar juntos luego de aclarar una larga lista de cosas.

Es el padre que perdona un desvío de su hijo. 

Es un país que restablece relaciones diplomáticas con otro con el que de pronto, hubo no sólo antagonismo, sino hasta guerra.

Eso, todo eso, es capaz de impulsar, de alentar, el espíritu de la Navidad.

Es refrescar las cosas, es verlas desde un ángulo más calmo, realmente humano, poniendo ternura y cariño, dándose cuenta de que hay valores fundamentales en juego que vale la pena preservar, y sobre todo, reconociendo en el otro (la otra) a un ser humano, como lo es uno.

Esas diversas y multifacéticas expresiones de buena voluntad, de capacidad de perdonar, de búsqueda deliberada de renovación de vínculos, tal vez sobre bases diferentes pero válidas, todo ello está imbuído del espíritu de la Navidad, que no es otro que el del amor. 

Y al decir el amor, no me refiero exclusivamente al amor de pareja, sino al amor en el sentido más amplio y abarcativo posible.

Si el espíritu de Navidad es capaz de anidar en nosotros, y de animarnos, procuremos mantenerlo durante todo tiempo, y especialmente ante adversidades. 

Porque después de todo, "de tal manera Dios amó...que dio" así escribe el apóstol Juan refiriéndose a Emmanuel (Jesús)

Darse uno mismo en bien y en pro de otros, en una relación respetuosa y digna, es parte de la respuesta humana a ese amor divino que como dádiva nos fue dado en la persona del Maestro de Galilea.

Para todos pues, ¡Feliz Navidad! que haya felicidad en los corazones, haciendo el bien en favor de otros. Queriendo bien, buscando el entendimiento y la armonía. Porque sólo así, vale la pena vivir la vida.


enigma
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Monday, December 21, 2015

SE VIENE OTRA CELEBRACIÓN DE NAVIDAD

Las cosas en nuestras existencias se estropean, pierden valor, sustancia, fuerza, cuando se transforman en rutinarias.

La celebración de la Navidad, como la despedida del Año Viejo y la bienvenida al Año Nuevo, son también rutina, aunque ocurran cada 365 días.

Y esta rutina, les quita contenido, sentido. 
En un mundo tremendamente violento, que sufre los embates del terrorismo, del narcotráfico y sus víctimas, de la criminalidad creciente, de la corrupción rampante, ¿dónde están los valores intrínsecos de la Navidad? 

¿No es acaso hora de rescatar el sentido único de la Navidad, que es la celebración del nacimiento de un niño llamado Emmanuel, en un humilde pesebre?  ¿No es acaso la Navidad una expresión del Sí del Ser Supremo, ante el No de una humanidad siempre desviada? 
¿No pretende la Navidad, ser un llamado al arrepentimiento, al perdón, a la reconciliación, al entendimiento entre los humanos? 

Pero ha caído en rutina. Se ha cosificado, se ha mercantilizado, la persona de Jesús queda escondida tras el viejo gordo y simpaticón de Santa Claus, o como se le llame en cada región.  Cuanto menos se hable de Emmanuel, mejor, porque Él, compromete....

Esa es la cruda realidad. Por eso se ha cambiado el Feliz Navidad, por el más secular Felices Fiestas.

La familia reunida, si lo hace con genuino regocijo y en paz, es un símbolo del niño nacido en el pesebre, porque finalmente, el vínculo que más importa es el amor.

Pero hasta el amor lo hemos rebajado a unos momentos de intimidad, sin compromiso alguno de ninguna especie, sin siquiera existir una amistad. 

Parece que somos una humanidad desgastada, vacía, sin sentido para su misma existencia. 

Es hora de revertir las tendencias negativas. Es hora de afirmar la fé para quienes la tienen, y sostener el derecho a proclamarla, como parte de la libertad de expresión.

Es hora de respetar lo que no entendemos, lo que nos supera, y abrir las mentes a posibilidades ignotas, donde lo único que se nos requiere es tener humildad en nuestro pensar y en nuestro sentir.

Celebremos la Navidad con conciencia, al menos con respeto, y de última, con curiosidad, con ganas de poder entender.

Para todos ¡Feliz Navidad! que la celebren en paz, con tranquilidad, y con profunda alegría.

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Sunday, December 13, 2015

UN POEMA MUY ESPECIAL

Mudarse --como en mi caso-- no sólo implica reinstalarse en otro lugar, sino que al hacerlo hay que ir ubicando escritos, temas, libros, documentos, etc. y al hacerlo, seleccionar entre tanto papelerío, con qué quedarse y de qué deshacerse.

Y puesto a esa tarea, me sorprendió gratisimamente encontrar un poema del que no tenia siquiera memoria.
Claro, ¡lo escribí hace 41 años! Estaba dedicado a Alicia, mi esposa, que por entonces se encontraba embarazada. 

He aquí el poema que le dediqué y que con agrado comparto con ustedes.
A ALICIA
 Alicia, mi amor
parte inseparable de mi vida
Compañera necesaria
imprescindible a mi existencia
Cuánta ternura se desprende de tus ojos
de cuánta paciencia 
has debido hacerte
a mi lado.
Cuánto me has cambiado
y ayudado a superarme.
Si, esa eres tú
mi mujer, mi esposa, mi amor.
Cuando te contemplo ahora
con tus desvelos maternos
tu imagen tibia, suave y hogareña
se me hce aún más tierna
e inefable. 
Tu figura ahora crece
y con ella nuestra esperanza anhelada
cada dia nos acerca más
a la meta querida, buscada.
Cuando sacudida, hasta la fibra 
más íntima de mi ser
intuyo en tí 
todas las fuerzas creadoras 
dándose al unísono en un himno a la vida.
Y cuando pienso
--con sabor nostálgico y dramático--
que un día Dios
dispondrá separarnos
Entonces sé
que este amor que hoy vivimos
se proyecta eterno
por lo fecundo
La vida que vendrá
aún nosotros idos
seguirá diciendo al mundo
del amor que nos ha unido.
Por eso con toda mi fe
y la fuerza de mi alma 
exclamo: ¡Que Dios bendiga
el fruto de tus entrañas!
Alicia, amor mío, mamá...

Buenos Aires, 1o. de Junio de 1974

 
enigma
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Thursday, December 10, 2015

Y ESTA NOCHE MIRÉ EL CIELO...

No hay espectáculo natural más maravilloso, extenso e imponente, que el que nos presenta el cielo, en otras palabras, observar desde nuestro puesto (la Tierra) el Espacio.

Esta es una noche algo fresca pero agradable en Iowa City, y en la Peninsula, lugar donde habito, afortunadamente hay escasa contaminación visual, la que lanzan las luces de las ciudades, que crean especie de bóvedas luminosas tras las cuales es casi imposible observar estrellas, planetas, meteoritos o cometas.

Entonces, munido de mis binoculares, tuve el gusto de salir al lugar de estacionamiento que hay en mi edificio, y de allí ponerme a observar el maravilloso despliegue estelar. Orión estaba casi en el cenit, con su cinturón (las Tres Marías) destacándose. Algo distante de ellas, la nebulosa M42 (o Nebulosa de Orión) que se aprecia como una mancha blancuzca. 

De pronto una luz blanca baja y potente me sorprende. Apunto los binoculares, y veo dos destellos plateados a cada lado, que operan en forma intermitente. Luces estroboscópicas me dije. Un rato más y se aprecian dos luces rojas, una arriba y otra abajo, todo se trasladaba rápidamente y en absoluto silencio...hasta que se escuchó el característico ruido de los motores a reacción.  Un avión que interrumpió la quietud de un cielo diáfano, despejado y hermoso.

Observar el cielo, por el mero gusto de hacerlo, o para aprender algo de los cuerpos que lo pueblan y podemos identificar, es un maravilloso esparcimiento, ya sea que lo hagamos a simple vista, ayudados de unos buenos binoculares, o de un telescopio.

Mirar hacia el cielo, nos da una paz estupenda al espíritu, y algo más, nos redimensiona. Nos hace ver cuán poca cosa somos. No sólo cuán pequeña es nuestra querida Tierra, en medio de la inmensidad espacial, sino cuán pequeña es la especie humana que la habita. 

Cuando se observa el cielo, el antropocentrismo se va por la ventana. 

Volveremos a mirarnos pero ya de forma diferente, con la modestia y humildad que nunca deberíamos perder. 

Y por otro lado, felices de estar, de ser parte de ese todo que es cuanto existe. Felices de poderlo ver, captar sus colores, sus distancias. Conscientes de nuestra finitud pero a la vez de la importancia de ser. 

Y colegir que somos hermanos de las estrellas, que estamos hechos de su misma materia. 

¡Cuánta cosa se aprende,  se piensa, y se siente, al mirar al cielo!

Es un ejercicio que recomiendo a todos mis lectores. Busquen un lugar bien oscuro, donde no haya contaminación lumínica, bien lejos de cualquier centro poblado. Y pónganse a observar el cielo. Es tal vez el entretenimiento menos costoso que pueda haber, pero sin duda, el que más satisfaccion nos va a proveer. 

 enigma
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Saturday, December 5, 2015

ES HERMOSO SER ROMÁNTICO

Sí, lo afirmo categóricamente: es hermoso ser romántico.

Es hermoso sentir el amor profundamente en el corazón. Un sentimiento tan intenso que nos transforma, que nos dispone a sacrificios con total voluntad y gusto, y sobre todo que nos provee una felicidad indescriptible cada vez que estamos con la persona amada.

Y es hermoso también sentir ese romance a flor de piel. De una piel que toca la nuestra y de un ser que se hace uno con nosotros. 

Mirarse a los ojos, anhelantes el uno del otro. Unir las bocas en besos prolongados, de lenguas que se entrelazan. Sentir que los corazones laten más rápido, y que la respiración se entrecorta. 

Darse cuenta que hay un momento en que el silencio es más elocuente que las palabras. Y que sólo podemos repetir como un mantra: "te amo, te amo, te amo", mientras abrazamos y somos abrazados, mientras las múlitiples caricias recorren nuestros cuerpos, mientras una enorme satisfacción se apodera de nuestro interior.

Y se es romántico también, cuando entre los seres amados hay una distancia geográfica que los separa y que ambos son capaces de superar. Hoy con la "magia" de la internet, y la conexiones al instante. ¿Qué cantidad de cartas, de mensajes y de chats se pueden intercambiar? ¿Cuántos encuentros por Skype se hacen posibles? ¿y cuántas fotos pueden cruzarse para que cada uno tenga del/la otro/a la más reciente imagen?

Todo eso es un compendio humano por excelencia, constituye las innúmeras formas en que los seres humanos somos capaces de vibrar intensamente al conjuro del amor, y la variadas formas de expresarlo y hacerlo vigente.

Pienso que un amor así, nunca muere. Aunque las circunstancias de la vida determinen que la pareja no pueda concretar sus aspiraciones más queridas y deseadas, aunque la distancia geográfica siga estando, aunque pase un tiempo sin saber el uno del/la otro/a, sin embargo, un lugar, una circunstancia, una música, traerá el recuerdo siempre vivo del ser amado.  

Para quienes pueden ver plasmado en realidad ese amor romántico, desprendido de formalidades, que trasciende socio-convencionalismos, pero que es auténtico y honesto en su esencia, lo que les espera es la corona de la felicidad total.

Para quienes no, hay un dejo de tristeza, que a veces puede llegar a ser angustia, porque en el fondo el corazón sigue queriendo sentir tan intensamente, y tan hermosamente como en su momento lo vivió. 

Y sea como sea, la imagen de la persona amada y los momentos vividos con ella, no se borran nunca más. 
Este mismo blog ha sido testigo de un romance de tal calibre. Un romance que comenzó por ser una fabulosa experiencia de comunicación cibernética. 

Con un material valiosísimo que está en este mismo blog, más cartas y varios escritos, quisiera elaborar una novela. Una novela romántica,que contendría buena dosis de aventura y de misterio.

Creo que haría el solaz de los lectores, tanto hombres como mujeres, aunque especialmente mujeres. Y sólo espero poder encontrar un editor que confíe en mi capacidad de escritor y se interese seriamente en publicar la novela para una difusión por toda la América Latina.

Si alguien tiene conexión directa, amistad, o es en sí mismo un editor de libros, por favor, pido me contacten: enigma0458@gmail.com

Desde ya, mi sincera expresión de gratitud.

 enigma
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