¿Acaso no tengo tantas cosas escritas casi a diario en este blog, que necesitaba demostrar mi capacidad como literato?
Y sin embargo, la cuestión no es tan facil.
Trataré de explicarme. En primerísimo lugar considero al amor como el sentimiento que nos define como humanos.
He dicho muchas veces --a pesar de que incluso alguien pretendió persuadirme de que no era posible-- que soy un enamorado del amor. Y sí lo soy, porque para mi el amor es un excelso valor humano. El máximo. Es un valor que se aprecia como tal, que se respeta, pero sobre todo, ¡que se vive!.
Doy gran importancia a los sentimientos. En mi experiencia de vida, los coloco por sobre el pensamiento, a pesar de que éste también nos distinga y personalmente me adhiera en forma pragmática a la racionalidad.
A lo largo de décadas, he sido conocido por una actividad a la cual he dedicado gran parte de mi vida. La investigación y estudio de un tema en particular. Por ello estoy internacionalmente reconocido, se me considera un experto.
Agradezco profundamente todo ese reconocimiento, pero he llegado a un punto en que he sentido que me era imprescindible demostrar que soy más que un ente pensante, un investigador y estudioso.
He llegado a la instancia en que me planteé a mi mismo el desafío de demostrar que por sobre todo soy un ser humano que siente profundamente, que tiene un corazón que late, y una pasión capaz de manifestarse. Y pretendo que se me considere como tal.
Nada mejor entonces que demostrarlo a través de una novela, porque esta implica personajes, vida, circunstancias, conflictos, alternativas.
Y particularmente una novela romántica implica nobles sentimientos de amor, de afecto profundo, de comprensión de situaciones, de empatía, de aquello que lleva a dos seres a sentirse íntimamente ligados en un momento de sus vidas.
Es el amor el que hace que nos preocupemos por la otra persona, que la tengamos presente desde la mañana a la noche, que no podamos vivir prescindiendo de ella, que ella sea el motor de nuestro propio existir; que ella determine nuestro presente y nuestro futuro.
Y de eso precisamente he querido tratar, abordar, y discurrir escribiendo la novela.
Novela que por otra parte, tiene como sustrato fundamental una realidad. Lo vivido concretamente por una pareja.
La novela apela a la ficcion sólo para cubrir los nombres de los protagonistas, para modificar sus personalidades hasta cierto punto (lugares de encuentro, sus trabajos, etc) y para imaginar situaciones no ocurridas, pero que son pretextos para dar pautas reales de los sentimientos que las fundamentan.
Sé que la novela está bien escrita. Sé que tengo una forma de escribir diferente a la de muchos. No es intrincada ni pasada, hace pensar y hace sentir por simpatía con lo que ocurre. Y sobre todo, logro atrapar al lector, que quiere seguir leyendo, a quien le intriga qué pasará con los personajes.
Esto no lo digo por mi. Es lo que me han dicho algunas personas que han podido leer la novela antes de publicarse.
Por eso confío en su éxito, por eso confío en que Uds. también la disfruten, y paralelamente confío en que se pueda verme como el hombre integral que soy.
Finalmente, ofrezco la novela como una forma de solaz y esparcimiento, para quienes gustan de la lectura. Una manera con la cual quiero llegar a los lectores, para que estos sientan placer leyéndome. Para que saboreen el producto que tienen en sus manos.
Desde ya les agradezco que lean mi novela, y les pido la comenten.
enigma
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