Monday, January 11, 2010

EL REPOSO DEL GUERRERO

Así se llamó una película de 1962, con la famosa Brigitte Bardot.

No viene al caso la anécdota de la película, pero sí su titulo, pues muchas veces me siento como un guerrero que necesita reposar.


Un guerrero que lucha contra el sueño para levantarse de la cama y saludar la mañana.


Un guerrero que tiene convicciones firmes en algunos temas, y no las cambia por nada, y sabe que esas convicciones a veces le llevan a enfrentamientos duros con ocasionales adversarios.


Un guerrero que lucha contra la ignorancia, contra la mentira, contra la superchería, contra los negociantes, y contra la guerra, porque ama la paz.


Un guerrero que vive intensamente el andar del mundo, cada día.


Un guerrero que pelea por la verdad, por la ciencia, por la racionalidad, pero sin enfrentar la misma a la fe, elemento esencial que nos coloca en un camino ascendente hacia la conexión con la Divinidad.


Un guerrero que repudia la hipocresía, el cinismo, las apariencias de lo que no es, y las distorsiones ideológicas.


Un guerrero que también siente solidaridad por los necesitados, que ayuda siempre que puede, que ahora más que nunca tiene que lavar platos, cocinar, tender camas, estar atento a medicamentos, acompañar a citas médicas, y por sobre todo, atender con prestitud a su esposa enferma.

Un guerrero que soporta tensiones, que pasa nervios, que se enfrenta a sustos y los supera, que atraviesa momentos de estrés, de angustia, de frustración, y de indecibles dolores del alma.


Y ciertamente que hay momentos en que este guerrero anónimo, necesita un reposo. Un remanso.
Necesita no sólo encontrarse consigo mismo, sino tener un descanso del físico y del alma.

Tal vez a la sombra de un árbol, recostado a su tronco.
O tal vez, su espalda contra un monticulo de arena, la brisa acariciando su rostro, y el murmullo de las olas, hablándole al oído.

Sí, el guerrero necesita también de reposo. Y es una necesidad vital. Es una necesidad de salud.


Pero el crudo invierno del Norte, el viento gélido proveniente del polo, las calles aún cubiertas de nieve, indican que este no es aún el momento para el reposo. Ni para el árbol en el prado, ni para la arena y el mar en la playa.


Este es un momento de recogimiento al interior de un lugar calefaccionado, donde casi se hiberna, a la espera de la Primavera…




enigma

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