Thursday, June 24, 2010

EL PODER DE LA ORACIÓN

Hortensias - Jardín de Alicia

Orar…costumbre extraña, rara, perdida, o desconocida para millones en este mundo materialista, depravado, duro, violento, insensible y corrompido de hoy.

Orar…¿en qué consiste?

Para mi es un diálogo íntimo con el Ser en Sí (la Divinidad, Dios, Gran Espíritu, o como quieran llamarle).

Y son millones los testigos y los testimonios sobre el poder de la oración. Sobre que la oración funciona, y posibilita resultados.

Médicos prestigiosos, han escrito libros reconociendo desde su ángulo cientifico, que efectivamente hay algo, algo pasa, algo que está más allá del alcance de la ciencia, cuando hay oración de por medio.

Alguien ateo, tal vez, o simplemente agnóstico, dirá que el sólo pensar en la oración le rechina. Que no puede aceptar tal cosa…y sin embargo, me consta personalmente que en situaciones extremas, hasta los ateos más militantes son capaces de acudir, apelar y reconocer el poder de la oración, y ellos mismos llegan a orar.

¿Acaso en vez de ser un diálogo íntimo con el Ser en Sí, la oración puede ser una predisposición de nosotros mismos que generamos –hasta inconcientemente—una fuerza, un poder capaz de actuar en nosotros mismos y en otros y que produce efectos?

¿Acaso la oración despierta o desata en nosotros mecanismos que no conocemos a ciencia cierta, pero que están y operan, tal vez a un nivel paranormal, pero que efectivamente producen resultados tangibles?

¿Será que el sistema nervioso central, y las endorfinas, dopaminas y serotoninas tienen todas juntas algo que ver?

Pues finalmente, amigos, no me importa si Uds. pueden conceptualizar la oración como un diálogo íntimo con El Poder, La Fuerza y La Inteligencia cósmica que está en todo y en todos, pero que trasciende a todo y todos, a quien yo llamo el Ser en Sí, o si Uds. piensan que es un mecanismo que se desata, libera o pone en acción, a partir de nuestra voluntad y está en nosotros mismos.

Lo importante, lo sustancial, lo que cuenta, es que la práctica, el ejercicio de la oracion, libera un poder, y que ese poder actúa directamente, y a distancia. Que ese poder es capaz de modificar situaciones, cosas, estados de ánimo, y de lograr objetivos que a la postre, resultan verificables.
De modo que yo les recomiendo el ejercicio de la oración.

Asi como para el cuerpo es importante el ejercicio físico, así para el espíritu es importante el ejercicio de la oración.

Y si se efectúan ambos, --pues somos una unidad bio-psico-físico-espiritual—entonces accedemos a las óptimas condiciones como seres humanos.

Piénsenlo, y dispónganse a hacer el ejercicio de la oración.

Alguien me preguntó una vez ¿cómo se hace para orar?.

Lo más curioso es que se trataba de una persona activa en una iglesia.


La pregunta en principio me sorprendió. Casi que le hago la contrapregunta: ¿cómo, tanto hace que estás en la iglesia y me preguntas cómo se hace para orar?, (¿acaso no lo has aprendido, acaso no te lo han enseñado, acaso no lo has practicado?).

Pero no hice ninguna contrapregunta, porque entendí perfectamente la situación de esta persona, y como ella, de millones quizás.

En la iglesia no se enseña a orar. Se hacen oraciones en la misa, o en el culto evangélico, pero ese no es el orar personal, intenso, dedicado, profundo. Esas casi son oraciones de fórmula…y que me perdonen sacerdotes y pastores, pero la eficacia de tales rezos u oraciones, la pongo en duda.

En cambio, la oración por la que preguntaba esa persona, era una práctica intensa, profunda, que requiere predisposición animica y física, y que puede verse ayudada por factores físicos del entorno, para hacer del ejercicio y la práctica de la oración, algo realmente eficaz.

De eso escribiré mañana. Se los prometo.





enigma

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