Thursday, June 10, 2010

SI FUERA POSIBLE VISITAR EL PASADO


¿Lo han pensado Uds. alguna vez? Apuesto a que sí, con mucha imaginación de por medio, seguramente, pero…¡qué extraordinario sería viajar en la dimensión tiempo!

Claro, hay ciertos impedimentos que parecen lógicos: un cohete no puede llegar antes de haber partido, una persona no puede ser antes de haber nacido.

Hay limitaciones, pero si fuese posible volver al pasado, y reparar las cosas que uno hizo equivocadamente, de seguro que nuestra vida transcurriría de manera muy diferente. En cierta medida seríamos otros, pues las experiencias de vida que se habrían acumulado en nosotros, serían diferentes.

Pero tal vez no quisiéramos volver al pasado para rehacerlo todo, sino para efectuar ciertos ajustes, de pronto para anular o borrar ciertas actitudes, cosas que dijimos o escribimos, cosas que hicimos, y hacerlas –ante la misma situación—de una manera muy diferente. Y luego volver al presente, habiendo subsanado un error.

¡Cuánto mejor nos sentiríamos! –se me ocurre-- ¡cuánto mejor sería nuestro presente!

La lección que de esto se desprende, dado que aún no hemos podido desarrollar la tecnología que nos permita viajar en el tiempo, (o alguien ya la desarrolló pero se mantiene en el más absoluto secreto) es que tenemos que tener mucho cuidado entonces con lo que hacemos, decimos, y decidimos hoy, porque eso tendrá proyección hacia al futuro, indudablemente, y proyección sobre nosotros mismos.

De modo que debemos medir muy bien lo qué decimos, cómo lo decimos, a quién, cuándo, dónde, en medio de qué circunstancias, y fundamentalmente, antes de decir algo, medir qué consecuencias podrá tener, qué esperamos como reacción a lo que hemos dicho. O qué reacción hemos pensado que obtendríamos.

Y si todo ello es válido para lo que decimos, cuánto más para lo que hacemos o no, a quién, cuándo, dónde, en referencia a qué.

Vale pues la pena pensar que nuestro presente, es el pasado de nuestro futuro. Hagamos de cuenta imaginariamente que del futuro viajamos al pasado que es este nuestro presente. Y entonces, decidamos lo mejor en este presente, para que se proyecte adecuadamente al futuro.

Y si hay algo que corregir, que clarificar, que enmendar, que modificar, hagámoslo ya, cuanto antes mejor. No retrasemos el momento en el tiempo, porque éste urge. Lo que tengamos que hacer por mejorar el pasado del futuro, que es éste nuestro presente, repito, ¡hagámoslo ya!.

Y para vehicular esas modificaciones y cambios, lo mejor es mantenerse en contacto, comunicados con el entorno, con quienes son nuestros compañeros y compañeras de vida cotidianos en el trabajo, el estudio, el barrio, etc. Y por supesto, con las amigas y amigos, cercanos y lejanos geográficamente.

Nosotros somos ellos, porque de alguna manera, ellos nos con-forman, ellos nos modelan, ellos marcan parte de nuestro paso por esta existencia, lo hacen paralelamente a nosotros, desde sus existencias.

Así que comunicación y contacto, son dos elementos que se transforman en fundamentales, sea lo que sea que queramos hacer.

Valoremos pues todo vehículo que nos pone en contacto, y usémoslo. No nos cerremos nunca al diálogo, porque éste –aunque difícil, aunque torpe, aunque a veces brutal o despiadado, en tanto se mantenga-- es como una luz al final de un túnel oscuro. Nos guiará, nos sacará de la oscuridad, nos llevará a una realidad mejor que haremos juntos.

Así que dialoguemos, estemos en contacto, hagamos todas las modificaciones necesarias cuanto antes, a este presente, para que se proyecte de la mejor manera posible en el futuro, el futuro de otros congéneres, familiares, amigos, vecinos, compañeros de estudio, trabajo o entretenimiento, y el futuro nuestro personal, o sea el futuro que estaremos con-viviendo.



enigma

No comments:

Post a Comment