Pensamientos, sentimientos, reflexiones con sinceridad y profundidad, compartidas abiertamente.
Prosa, poesía (a veces) y música selecta, para un encuentro diferente entre quienes quieren participar de mi blog.
Unos amigos del Estado de Washington, me enviaron esta oración.
La he hallado llena de sustancioso contenido, equilibrada y hermosa.
En este tiempo de Navidad, y al aproximarse el Año Nuevo, me ha parecido que valía la pena compartirla con ustedes.
Espero que también la hagan suya.
Aún quienes no comparten mi fe, pueden compartir los conceptos que en ella están. De eso estoy seguro y así lo espero.
Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyos son el hoy, el mañana, el pasado y el futuro. Al acabar un año más, quiero decirte gracias por todo aquello que recibí de Tí. Gracias por la vida y por el amor, por las flores, por el aire, por el sol, por la alegría, por el placer y por el dolor, por lo que fue posible y por lo que no lo fue. Te ofrezco todo lo que hice, el trabajo que pude realizar, las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Te presento a mi familia, mis hijos, los amigos de siempre, las amistades nuevas, los antiguos amores, y al amor de mi vida . Los que están cerca de mi, los que pude ayudar, y aquellos con quienes compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría. Mas también, Señor, hoy te quiero pedir perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra dura e inútil, y por el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías, por el trabajo mal hecho, perdón si vivi sin entusiasmo, por la oración que poco a poco fui aplazando y que ahora vengo a presentarte, por todos mis olvidos, descuidos y silencios, nuevamente te pido perdón. Que los próximos días sean siempre bendecidos. Detengo mi vida delante del calendario y te presento mis días, que únicamente Tú sabes si llegaré a vivirlos. Hoy, te pido para mi, mis parientes y amigos, la paz, la alegría, la fortaleza, la prudencia, la lucidez y la sabiduría. Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz. Cierra mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoistas o que lastimen. Abre mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu se colme únicamente de Tu Gracia y Bendiciones para que las derrame por donde quiera que pase. Señor, a mis amigos que leen este mensaje, llénalos de Tu Bendicion, Sabiduría, Paz y Amor. Y que nuestra amistad dure para siempre en nuestros corazones. Lléname, también de bondad y alegría, para que todas las personas que encuentre en mi camino puedan descubrir en mí un poquito de Tí. Danos siempre días felices, y enséñanos a repartir felicidad. Amén
Ella tiene valores tremendos. Inquieta, creativa, inquisitiva, curiosa, profesional hiper-responsable, trabajadora hasta el cansancio, con un amor enorme por sus seres queridos, sensible, cálida, poetisa, romántica, apasionada, enojadiza, diz que debil, temerosa, vergonzosa, y de pronto como altiva, fuerte y dura...es una mezcla muy dificil de definir de una sola manera. Variable, con altibajos, con contradicciones intrínsecas muy dificiles de entender, con "marchas y contramarchas" como ella misma lo ha definido, ella es así.
Es una especie de ovillo o de complejo existencial de todo ello, que la hace única, y en medio de todo, y a pesar de todo, adorable.
Ella es así, al menos así la capto, la siento.
Y he encontrado una canción, que dice bien cómo es ella, y lo que ella significa para mi.
La canta estupendamente, --como nadie más-- el gran Charles Aznavour.
Y he elegido una interpretacion suya, en un ambiente de Navidad --muy adecuado para este tiempo que vivimos-- y con una correcta traducción al español, de la letra en inglés.
La canción se titula simplemente "She", "Ella", y aquí la comparto con ustedes, y con ella....que espero lea mi blog.
Como quien no quiere la cosa, ha pasado ya prácticamente un año más.
Uno más en la brevedad de nuestras existencias humanas individuales.
Uno más que añadió experiencias tal vez nunca antes vividas, situaciones jamás imaginadas si quiera, drama y alegría, euforia y desazón, profunda tristeza y enorme gozo.
Asi se van conformando nuestras vidas.
De todas esas situaciones variadas y diferentes aprendemos, o deberíamos aprender una lección.-
Muchas de esas situaciones, hacen desarrollar habilidades o capacidades que nos sorprenden a nosotros mismos. Que desconocíamos poseer.
A lo largo del año que hemos vivido, hemos podido hacer nuevas amistades, y eso en lo personal es para mi muy importante. Porque las amistades son nuestra propia cosecha, son lo que vamos suscitando con nuestro hacer, y nuestro ser.
Y en medio de esas amistades, una, una muy singular, muy especial, que no puede resumirse o reducirse a una amistad como todas las demás. Porque lo que comenzó como una amistad fue creciendo hasta transformarse en el sentimiento más excelso que el ser humano puede desarrollar. Uds. ya saben cuál es, no necesito decirlo nuevamente.
Y ha sido ese sentimiento el que ha dado nuevo sentido a mi vida, el que ha fortalecido mi alma, el que me dio sostén en las horas más dificiles que me tocaron vivir, con una expresión solidaria, y de cercanía --superando la distancia geográfica-- mediante los instrumentos de la comunicación.
Hoy por hoy es mi signficante, mi razón de ser, y lo que quisiera pudiera ser mi futuro seguro para 2011. Eso no sé si será posible, pero lo aguardo con expectativa, y con fe.
No sé qué me deparará 2011. Pero sí sé qué quisiera que me deparara. Y fundamentalmente, es un nuevo comienzo, diferente, distinto a cuanto he vivido, un verdadero desafío, pero que asumo con responsabilidad y con férrea voluntad, si tengo la ocasión.
Pero el Ser en Sí nos conoce, y sabe qué es lo mejor para cada uno de nosotros. De modo que este año que se avecina ya está puesto en oración. Porque espero de la Divinidad, repuestas en el plano real, a mis sueños y anhelos más grandes. Y principalmente, a poder vivir la belleza, la cotidianidad y compañerismo, el compartir, que se sintetiza y da en el grupo humano fundamental, cual es, la pareja.
Llevo meses viviendo en soledad, y ésta, con su silencio atroz, deshumaniza, y es como una cárcel sin rejas.
Espero definitivamente romper esa soledad en 2011. Espero iniciar un camino de vida nueva, y anhelo hacerlo con quien se ha adueñado legítimamente de mi corazón.
Si me equivoco, si erro, está entre las posibilidades de todo ser humano. ¡Pero estoy decidido! Porque mi apuesta esencial es al amor.
Esta es una frase que he oído decir muchas veces en boca de políticos o de analistas de la política, cuando se refieren a las ideas, o el discurso, o los comentarios que alguien ha hecho sobre una situación, y las propuestas que en base a la misma formula.
O bien cuando un determinado gobierno toma ciertas decisiones, que hacen recordar a otras anteriores del mismo o de otro gobierno.
La frase tiene un tono obviamente peyorativo. Significa en otras palabras, que ya se sabe lo que va a pasar, que ya se conocen los resultados de ciertas prácticas o políticas, o hacia adónde apunta un discurso. Y es la esencia del asunto lo que se rechaza.
Se rechaza en función de la experiencia anterior. Se sabe que no es positivo, constructivo, bueno, en definitiva.
Entonces la frase proferida públicamente, también es una advertencia. Es como decir "no se vuelva a hacer lo mismo que ya se hizo, o a decir lo mismo que ya se dijo, pues no tuvo buenas consecuencias".
A veces, lo mismo ocurre en las interrelaciones personales.
Se mantienen en buen nivel, avanzan, se superan, llegan cada vez más alto, o bien pueden correr el peligro de caer en algún error, en decir ciertas cosas, en manejar ciertas ideas, o cierto esquema mental, que ya se usó y que no tuvo buenas consecuencias.
Y ahí tambén cabe aplicar la frase "esa película ya la vimos".
Hay personas que obran como por ciclos. Son como una montaña rusa. Tienen ciclos altos, en que descuellan en su inspiración, en su sentir, en su decir, y tienen ciclos bajos, en los cuales vuelven a cometer los mismos errores, a caer en los mismos esquemas de razonamiento que son deteriorantes y que no conducen a nada bueno a la postre.
Recordando a Sigmund Freud, diría que podrían asimilarse a "ciclos de eros" y "ciclos de thanatos".
En la psicología freudiana, eros, también es referido como líbido, o energía libidinal, o amor. Es el instinto de vida innato a los seres humanos. El deseo de crear, que favorece la productividad y la construcción. Eros batalla contra el instinto destructivo de la muerte o thanatos, también reconocido como el instinto que lleva a la extinción.
Por su parte, el teólogo Thomas Jay Oord, define a eros como a respuesta intencional para promover por sobre todo un bienestar total al realzar o apreciar lo que es valioso y bueno.
Ideal para todos es evitar ser cíclicos, y por el contrario andar en un camino siempre ascendente. Cierto que pasamos por estados de ánimo variados, y que éstos pueden tener que ver con el hambre que tenemos, con lo qué comimos, o cómo nos trataron en el trabajo, o en el hogar.
Y entonces nos puede afectar la depresión, el sentirmos sobrepasados de problemas, de opciones a considerar, de resoluciones a tomar,o de una situación que arrastramos de tiempo y quisiéramos de golpe, como mágicamenente, borrar todo eso, evadirnos de todo eso, y como no podemos, entonces hasta llegamos a volvernos agresivos.
Pero...ocurre que como todo eso que nos ha hecho sentir aplastados, excedidos en lo que podemos sobrellevar o soportar, sigue estando ahi, si le agregamos el deprimirnos o ponernos agresivos, no hacemos sino empeorar aún más la situación propia.
De modo que es bueno controlar el dia a día, en lugar de que lo cotidiano nos controle y hasta nos absorba y nos desdibuje respecto de quiénes realmente somos y cómo somos.
Es bueno que también busquemos nuestros escapes, nuestros alivios que --como válvulas de seguridad-- nos liberen de la presión interior que nos está sofocando.
Una buena música puede obrar como un sedante y reconfortante alimento espiritual. Una película cómica nos hará reir y nos provocará distensión. Un buen momento de sexo liberará no sólo energía física, sino tambíén emocional, y nos hará sentir renovados.
Hay muchas maneras pues, de evitar caer en esos estados de ánimo negativos, que finalmente hacen daño a las interrelaciones personales.
Y por otra parte, tenemos que fortalecernos interiormente para hacer frente con determinación, a la vez que con calma anímica, a los problemas que se nos puedan presentar cotidianamente, los que no nos deben agobiar, sino que deben ser estímulos para nuestra planificación y nuestro control de las situaciones.
De esta manera se puede evitar ser cíclico/a, adquirir mayor estabilidad emocional y enfocar todo con buen ánimo, con sentido constructivo, con bondad, con la voluntad de hacer que los otros/as se sientan bien, procurando siempre la armonía y la paz.
Sin perder de vista además, el amor, base y fundamento de todo cuando de superior puede desarrollar el ser humano.
1 .f. Sonido o conjunto de sonidos articulados que expresan una idea
2 .Representación gráfica de estos sonidos
Tal vez en razón de mi profesión que me obliga a vivir de las palabras, escritas y dichas, atribuyo un valor absoluto a las mismas.
Las palabras expresan no sólo una idea, como dice el diccionario, también expresan emociones, sentimientos, compromisos, promesas, planes, análisis, proyectos, planteos, opiniones, etc.
En lo personal, no digo algo que no pueda sostener con convicción plena. Si no, prefiero callar.
Callo cuando no sé.
Callo cuando no domino un tema y respeto y concedo la palabra a quienes de ese tema saben.
Callo cuando tengo dudas y aún no tengo resuelto un tema.
Pero fuera de esas circunstancias, me expreso. A veces a riesgo de ser mal entendido, a veces a riesgo de crearme un problema por ser claro, preciso, manifestarme sin ambajes, sin hipocresía, con transparencia. Por pensar con mi propia cabeza, por ir contra-corriente, por ejercer mi independencia y mi libertad.
Por todo ello, atribuyo a la palabra un valor fundamental.
Y por eso mismo, me cuido mucho de lo que digo, y cuando digo algo, respondo con responsabilidad a lo que he expresado.
Siento que la palabra me compromete, y la palabra me obliga. Me obliga a ser coherente, me obliga a no desdecirme o a expresarme irresponsable y/o livianamente. De modo que cuando digo algo, así pasen años, o meses, o días, respondo con mi persona por eso que he dicho.
Por supuesto que a veces con el tiempo se puede variar de opinión, y justo y leal es entonces decirlo también, y explicarse para los demás.
Pero las palabras comprometen y obligan. Nadie puede deshacerse de ellas así no más. Como si lo dicho no hubiese sido dicho. O como si aunque fue dicho, no tuviese ninguna fuerza, no impusiese ningún condicionamiento, no determinase una conducta, una actitud, una manera de ser y proceder.
Mucho más se ahonda esto, cuando se trata de la palabra dada o empeñada.
Supongamos que alguien dice:"Te doy mi palabra que iré al consulado".... pero nunca va.
Supongamos que le recuerdas a alguien: "Tienes que llamar por teléfono a esa persona..." y la respuesta que obtienes es: "Sí, lo haré."....pero ello no sucede.
Sobre este aspecto, alguien que firme Carlos escribe en su blog.
Al respecto nos comenta paginaabierta.com que a través de la palabra y de nuestros actos, revelamos si somos íntegros o no. La seriedad, honestidad y responsabilidad con lo que decimos y hacemos refleja nuestra Integridad.
El incumplimiento de la palabra es un acto de violencia, de desconsideración, de deshonestidad. No hacer lo que se dice, la impuntualidad, incumplir los acuerdos, son actos hostiles, que resultan una burla y una falta de respeto hacia los demás, que comprometen nuestra seriedad e integridad personal, y además fomentan el conflicto y la discordia.
A todos nos tranquiliza y nos hace sentir confiados, estar o relacionarse con alguien que hace lo que dice, que está comprometido con su palabra y la honra cumpliéndola, alguien que cumple lo que dice que hará, sea lo que sea, y en caso de que realmente no vaya a poder hacerlo, lo comunica con tiempo y se disculpa por su incumplimiento. Cuando alguien actúa así, transmite seguridad y confianza, factores clave para una relación sana en cualquier ámbito. Según su breve nota biográfica, Carlos es Ingeniero Industrial-administrador, abogado.EGADE (ITESM), UC Postgrados maestrías en Administración de empresas mención mercados, recursos humanos; Calidad y Productividad; educación Doctorado en Educación Profesor titular e investigador Area de Postgrado de Faces UC. Coordinador Programa de postgrado gerencia de la calidad y productividad. Concuerdo totalmente con lo que expresa esta persona a quien --dicho sea de paso-- no conozco personalmente.
Traje a mi blog su cita, porque de alguna manera, es bueno demostrar que los criterios con que me manejo no son exclusivamente personales, tan sólo míos, o vinculados a mi personal experiencia de vida.
Se verifica entonces que hay valores universales, por lo que fue un feliz hallazgo para mi, encontrar tan clara definición sobe lo que implica la palabra dada, y su violación.
En resumen, las palabras tienen un valor intrínseco importante, insoslayable. No se las dice o escribe porque sí, arbitrariamente, o por entretenimiento, o diversión. En último término, las palabras nos revelan ante los demás, son una manera concreta de darnos a concer.
Es pues de total necesidad que pensemos muy bien siempre, qué vamos a decir o a escribir. Y una vez expresado, es imprescindible que nos hagamos responsables de ello.
Eso es lo que implican las palabras. ¡Vaya si serán importantes!!
Si en estos momentos habitas el hemisferio boreal, es posible que te sientas cansado/a, triste, abatido/a, deprimido/a.
Más allá de razones estrictamente objetivas que puedan haberte llevado a una situación tal, existe también una razón propia de la estación invernal. Los días son más cortos, las horas de luz mucho menos, y hay más días grises, nublados, con lluvia, o nieve…
Todo eso propende a experimentar lo que se llama técnicamente “S.A.D.” (Seasonal Affective Disorder) o sea, Afección Afectiva de la Estación. La sigla en inglés dice mucho por sí misma, pues significa “triste”.
Esta situación es conocida popularmente como “winter blues”, o sea “las tristezas del invierno”, y realmente afectan a muchas personas.
Hay varias formas de combatirla.
Una es tratando de aumentar las reuniones sociales, los cocktails, bailes, etc. donde el dapartir con otras personas, participar en una rueda de chistes, etc. ayuda a mantener el ánimo y divertirse.
Otra es usando unas lámparas especiales llamadas genéricamente “Happy Light”, Luz Feliz, que dan una iluminación similar a la luz solar. Pero estas lámparas son muy caras. Hace años ya que los médicos recomiendan encender muchas luces en el hogar, para tenerlo lo más iluminado posible, pues la presencia de luz contribuye al buen ánimo, y a sobrellevar de mejor manera esta difícil estación del invierno.
Otras actividades invernales como esquiar, para quienes pueden y gustan de practicar ese deporte, o juegos de mesa con amigos o familiares, o momentos románticos junto a una estufa a leña mientras se liban unos tragos de una bebida espirituosa, también pueden ayudar a dejar atrás ese ánimo de derrota, y a sentirse agradablemente.
En lo personal, el invierno no es justamente mi estación preferida.
Me provoca siempre una felicidad muy particular, cada vez que alguien me entiende, me comprende.
Y tal vez unos de los mayores gozos existe cuando dos o más personas se entienden entre sí.
Entenderse significa en buena medida conocerse. Confiar mutuamente, creer sin dudar. Pero entendenter también implica calzar los zapatos de la otra persona, en una palabra, meterse en su tesitura humana y desde allí apreciarle, valorarle, comprender la situación en que se encuentra y desde la cual vivencia sus experiencias, elabora sus ideas, y le brotan sus sentimientos.
Entenderse significa pues en cierta medida atravesar la coraza defensiva que cada uno de nosotros tiene, para ver como transparentemente, el interior de los otros.
Entenderse es pues hacer suyo propio al otro/a, asimilarlo/a, admitirlo/a, y estar dispuesto/a a andar juntos.
Entenderse es también descubrir la cantidad de coincidencias, de formas de sentir y pensar iguales o similares, es identificarse a uno mismo con y en la otra persona.
Pero el acto del entendimiento, y la búsqueda del entendimiento, significa reconocer las propias falencias, las propias equivocaciones, estar dispuesto/a a enmendarse, y por sobre todo, querer la armonía con los otros/as. Entonces, cuando hay entendimiento se siembra un presente mejor, se fundamenta un futuro promisorio, y se edifica entre los seres humanos, la paz.
Podemos estar felices por unas horas, o unos días, como cuando nos vacacionamos por ejemplo. Porque conocemos un lugar nuevo, porque fundamentalmente hemos salido de la diaria rutina, hemos dejado a un lado las obligaciones, nos olvidamos del reloj.
Ser feliz, en cambio, es un estado permanente que habla a nuestra calidad de vida. Ser feliz se enraba con la cotidianidad, con lo de todos los días, con lo que es o debiera ser una situación permanente en nosotros.
Somos felices cuando con nosotros tenemos a alguien que nos ama, que nos tolera, que nos corrige, que nos ayuda, sostiene, alienta, aconseja, hace suyos nuestros problemas, piensa por nosotros, nos sugiere soluciones o nos las ofrece luego de buscarlas personalmente.
Somos felices cuando se nos comprende, se nos perdona, se nos anima, se nos mima, se nos reconoce por cómo somos y quienes somos. Se reconoce nuestro talento, nuestra capacidad de trabajo, nuestra profesión, nuestro sentido de responsabilidad, nuestras ideas, nuestra sensibilidad, nuestros valores.
Somos felices cuando quien convive con nosotros, se siente a su vez feliz y orgulloso/a de ser nuestro compañero/a de vida, cuando pase lo que pase sabemos que estamos uno al lado del otro, respaldándonos mutuamente.
Somos felices cuando sabemos que no estamos solos, que contamos con ese ser maravilloso que junto a nosotros llega a formar parte inseparable e imprescindible de nuestra vida.
Ser feliz entonces se transforma no sólo en un derecho sino en un deber.
Si se es feliz, hay que serlo a pleno.
Y siendo feliz, nos asegura tener mejor salud. Está demostrado que la felicidad fortalece nuestro sistema inmunológico y nos previene de enfermedades, a la par que nos proporciona equilibrio emocional.
Siendo feliz se prolonga la vida, pues la felicidad provoca un equilibrio biológico en nuestro organismo por el cual todos nuestros sistemas funcionan mejor.
Siendo feliz se logran solucionar muchos problemas en nuestro relacionamiento con otras personas, ya que nuestra sonrisa facilita obtener lo que necesitamos, o agradecer a quienes nos han hecho un favor. Todo funciona como sobre ruedas.
Pero si no se es feliz, entonces hay que buscar afanosamente la felicidad hasta hallarla.
Y cuando se la ha encontrado, no hay que dejarla perder, desatenderla, desaprovecharla, o permitir que se levanten barreras u obstáculos que la impidan o posterguen.
Hay pleno derecho a ser feliz. Hay pleno derecho a ser dichosos, ¡ya!
Unos amigos del Estado de Washington, me enviaron esta oración.
