Alicia llegó a mi vida en un momento muy especial.
Yo estaba reconstruyendo mi existencia luego de una feliz experiencia en mi primer empleo, y una desdichada experiencia en mi segunda ocupación.
La fe fue mi sostén para llevarme a una actividad que nunca había avizorado anteriormente. Y fue en medio de esa actividad vinculada a la fe que conocí a Alicia.
A partir de ese encuentro en una reunión, ella se transformó en mi objetivo y mi aspiración a lograr, mi unión con ella.
Nos ennoviamos durante dos años, y contrajimos matrimonio el 10 de Diciembre de 1970 por Civil, y el 12 por Iglesia.
Allí comenzamos la aventura de vivir juntos. Una aventura que abarcó 2 años viviendo en Buenos Aires, 1974 y 1975, regresando a Uruguay donde permanecimos hasta que en Julio de 1989 vine a EE.UU. luego de haber ganado un concurso en el que participaron 260 periodistas de toda América Latina, para cubrir 4 vacantes de International Broadcaster en la Voz de América.
En 1990, Alicia y nuestro hijo Juan-Pablo llegaron a Estados Unidos para de ahí en adelante desarrollar nuestra vida como familia en esta nación.
Todos llegamos a obtener la ciudadanía.
La vida aquí significó un cambio cualitativo muy importante. Aquí fue posible alcanzar y disfrutar de muchas cosas que de haber permanecido en Uruguay nos hubiesen sido siempre imposibles.
Alicia fue la extraordinaria compañera en todos esos cambios de domicilios y de países. Adaptándose a todos ellos.
Acá en EE.UU. aprendió a manejar y tuvo su propio automóvil. Resultó una excelente conductora, con una orientación geográfica envidiable de la que yo carezco.
Volcó toda su experiencia y conocimiento docente adquiridos en Uruguay donde fue Directora de Escuela, al desarrollo de la tarea educativa con niños pequeños en un jardín de infantes.
Su labor le prodigó gratísimas sorpresas, como recibir desde Japón obsequios por lo que ella había hecho con el hijo de una familia que había estado viviendo por un tiempo en Estados Unidos.
Otra pareja, al nacer una niña le puso de nombre Alicia, reconociendo lo que ella había hecho como docente por un hijo que tenían.
Cuando luego de años dejó su labor con los pequeños, decidió trabajar como vendedora en una tienda de artículos para futuras mamás y allí volvió a encontrarse con madres y abuelas que le llevaban a conocer a los chiquitos.
Se sintió muy a gusto en esa tarea. Fue muy querida por sus compañeras, hasta que su enfermedad le obligó a dejar la actividad.
Alicia fue mi esposa por 39 años.
Este 22 de Noviembre estaría cumpliendo 76 años.
Milton W. Hourcade