Friday, November 23, 2018

SOY UN VIAJERO DEL TIEMPO


Es obvio. He recorrido un considerable camino en mi existencia, y por eso, tengo las características típicas de un viajero del tiempo.

En el trato con las personas, si no les conozco y son de cierta edad o tienen un cargo de importancia, les trato de usted y no les tuteo, a menos que dichas personas lo hagan.

El tuteo en algunos países es generalizado. No sé si las personas de más edad con ese artilugio se sienten más jóvenes, o qué, pero en lo personal no es de mi agrado.

Yo tengo una formación que me indica por sobre todo el respeto hacia la otra persona.

Creo en Dios, no en los “hermanos del cosmos”, ese engendro explotado por negociantes y embaucadores.

En relación con leyes, reglamentos y normas, las cumplo, pero me molesta enormemente cuando son impunemente violadas. 

Escribo sin faltas de ortografía. Me expreso con fluidez. Gusto de la lectura y la buena música. 

En mi cuerpo no hay perforaciones ni tatuajes.

No me embriago y jamás he siquiera probado droga alguna.

Estoy libre de humo y respeto el medio ambiente y mi biosistema, ergo: no fumo. 

Creo en la amistad auténtica, me hace sentir muy feliz y la promuevo cuanto puedo.

Busco y digo la verdad. Suelo ser explícito, pero también sé callar, mantener un secreto. 

Por sobre todo sinceridad, honradez, lealtad, son mis valores inalterables. Cuando empeño mi palabra en algo, la cumplo, y si no puedo cumplirla explico por qué. 

Me hago responsable de mis dichos y mis hechos. Soy coherente.

Tal vez por evidente, ni siquiera debiera agregar que siento un gran placer en escribir, de lo cual éste y otros blogs son testigos.

Sí, me considero por todas estas cosas un viajero del tiempo, pero uno que practica gimnasia, que usa su PC o laptop por horas, que se maneja con varios idiomas, y que siempre tiene como meta el amor, así como que es su tema predilecto.

Por supuesto, también uso mi celular, pero no abuso de él. 

Y por supuesto estoy en Twitter y en Facebook, prefiriendo a este último. Me gusta chatear, y Whatsapp así como Skype son dos auxiliares muy buenos en ese sentido.

Comparado con las generaciones de jóvenes actuales, soy un viajero del tiempo.  Llevo en mi ser los rasgos de alguien que le distinguen como diferente, alguien de un ámbito con otros parámetros y otros valores. Los que –considero-- vale la pena seguir haciendo vigentes hoy.


Milton W. Hourcade
Protegido por derechos de autor

Sunday, November 18, 2018

TROUBLED, AND NOT.

     

I envy those people who ignore, who do not understand, who do not worry for transcendent things, for the country in which they live, for children and youth, for all humanity.

In their ignorance, they are happy. Their problems are of small stature and are at close range.

I'm not like that.

It worries me to see how is the country where I was born.

I worry about how things are going in the country where I live.

And I'm worried about the international scene, what governments, leaders, etc. do

I can not help it, it's part of me, of how I am.
 Maybe that's why I practiced journalism, and that's why for 44 years I worked in that area. And I feel that I'm still a journalist because that one takes it inside. That I am a witness but also comment the reality.

But ... I also need and require personal balance, inner peace, moments of fecund rest, affection, hugs, kisses, family, friends, sympathy, support, encouragement.

We all need it, simply because we are human.

That's why I share this with you.

So that you know, so that you agree -I hope so- and that you try to live each day by extracting from it as much as possible, but without stress, staying calm at the worst moment, without asking the body more than what it can give, respecting the natural limitations that one could have.
 At the end of everything, the feelings constitute the area of ​​the encounter, of understanding, of the pleasure of being together, of sharing this world that we have to inhabit here and now.

As a mankind, I think we are centuries away from maturing. We are just some hurried teenagers, irascible, fighters, lustful, fearful and hypocritical.
We live in a confrontation with nature to which we consider until today an element to exploit and plunder, instead of respecting it, to feel united to it in such a way to harmonize.

Our buildings are an aberration. Our technology disassociated from moral values ​​only makes things easier, but also facilitates crime, destruction, and death.

We have mistaken the way. There will be a time when we start again, from an almost zero, with a devastated, destroyed humanity.

Or maybe migrating to other planets we’d find our true raison d'etre and a philosophy of life totally different from the current one.

The most we can aspire today is to have a private corner of our existence, where no one can put their noses, and where we can freely rescue much of the happiness to which we are entitled and we deserve.

 At the title.


Milton W. Hourcade
 

Friday, November 16, 2018

ATRIBULADO, Y NO.


Envidio a esas personas que ignoran, que no entienden, que no se preocupan por cosas trascendentes, por el país en que viven, por la niñez y la juventud, por la humanidad toda.

En su ignorancia, son felices. Sus problemas son de pequeña estatura y están a corta distancia.

No soy así.

A mi me preocupa ver cómo está el país en que nací.

Me preocupa ver cómo van las cosas en el país en el cual vivo.

Y me preocupa el panorama internacional, lo que hacen los gobiernos, los líderes, etc. 

No lo puedo evitar, es parte de mi, de cómo soy.

Tal vez por eso ejercí la carrera de periodismo, y por eso durante 44 años trabajé en esa área. Y siento que sigo siendo periodista, porque uno eso lo lleva dentro. Que soy testigo pero además comento la realidad.

Pero…también necesito y requiero de equilibrio personal, de paz interior, de momentos de reposo fecundo, de cariño, de abrazos, de besos, de la familia, de mis amigos y amigas, de simpatía, de acompañamiento, de aliento.

Todos lo necesitamos, simplemente por el hecho de que somos humanos.
Por eso comparto esto con ustedes. 

Para que lo sepan, para que concuerden –espero que así sea—y para que procuren vivir cada día extrayéndole el máximo posible, pero sin estresarse, con calma en el peor momento, sin pedirle al cuerpo más de lo que éste puede dar, respetando las naturales limitaciones que se pueden tener. 

Al final de todo, los sentimientos constituyen el área de encuentro, de entendimiento, del gusto de estar juntos, de compartir este mundo que nos toca habitar aquí y ahora.

Como humanidad toda pienso que nos faltan siglos para llegar a una maduración. Somos apenas unos adolescentes atropellados, irascibles, peleadores, lujuriosos, temerosos e hipócritas.

Vivimos enfrentados con la naturaleza a la que consideramos hasta hoy un elemento a explotar y expoliar, en lugar de respetarla, de sentirnos unidos a ella de tal manera de armonizar.

Nuestros edificios son una aberración. Nuestra tecnología desasida de valores morales, sólo facilita hacer cosas, pero también facilita la criminalidad, la destrucción y la muerte.

Hemos errado el camino. Habrá un momento en que empecemos de nuevo, desde un casi cero, con una humanidad devastada, destruida. 

Otra tal vez, emigrando hacia otros planetas encontremos nuestra verdadera razón de ser, y surja una filosofía de vida totalmente diferente de la actual.

Lo más a que podemos aspirar hoy, es a tener un rincón privado de nuestra existencia, donde nadie puede meter sus narices, y donde con total libertad podamos rescatar buena parte de la felicidad a que tenemos derecho y nos merecemos. 

A lo del título.


Milton W. Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor
 


Friday, November 2, 2018

RECORDANDO LO BUENO, OMITIENDO LO MALO, VIVIENDO EL HOY




Desde mi escritorio y a través de la ventana, veo sacudirse los árboles con sus hojas marrones del otoño y sus ramas secas, que no volverán a tener hojas hasta dentro de varios meses.


La naturaleza nos enseña que todo es cíclico, que todo retorna, que todo tiene su tiempo. Que la vida continúa, y que perecederos como somos, nuestro paso por el mundo seguramente dejará huellas imborrables en muchos de quienes nos han conocido, tratado y con quienes hemos compartido trozos de vida.


El pasado puede superarse, pero nunca borrarse. No somos hoy, sin él. Lo llevamos en nosotros.


Lo que pasó, pasó, pero ocurrió, fue realidad, y nos queda adentro para siempre, lo vivimos con intensidad, es parte ineludible e irrecusable de quienes somos hoy.
 

Sería artificial pretender que ese pasado nunca fue, nunca existió, y fabricarnos una actualidad en base a una ficción. Algo así como decir: declaro que soy feliz, que estoy lleno de alegría…y creérmelo.


Si tengo reales motivos actuales para sentirme feliz y estar alegre, no será por un esfuerzo propio por auto-convencerme que debo estar de ese ánimo. Si no, sigue siendo una ficción.


Si el pasado ha sido sustancialmente malo, es sano y lógico evitar recordarlo, pero con la conciencia clara de que siempre está dentro nuestro.


Si el pasado ha sido muy feliz, si nos dio alegría, si nos hizo sentir que nuestra existencia era hermosa y que valía la pena vivirla, ese pasado jamás puede eliminarse, aunque una ruptura del mismo nos haya causado con igual fuerza e intensidad, dolor, angustia, pena y hasta depresión.


Lo que sí podemos hacer, es procurar no recordar aquello que nos causó dolor, lo que abrió una profunda herida que lleva tiempo sanar. 


Esto no quiere decir que tengamos que vivir tristes, amargados, derrotados. Eso no, jamás. 


Podemos tener hoy motivos de alegría, de felicidad, de paz interior que son muy importantes para recuperarnos, para rehacernos. Pero somos conscientes que no somos los mismos que fuimos. Que hay una parte nuestra que nos fue arrebatada.


No es cuestión de no aferrarse al pasado y a los recuerdos tristes, como dice el gran poeta mexicano Jaime Sabines.  

Por el contrario, el problema se plantea cuando recordamos los tiempos felices, plenos, hermosos.  Esos que anhelamos tener hoy también.


Viene a mi memoria la samba “No te puedo olvidar” que cantaba aquel conjunto folklórico argentino entonces famoso: “Los Fronterizos”.  Y en el acá reciente, la hermosa canción que canta Enrique Iglesias quien en forma positiva expresa “Nunca te olvidaré”.


El pasado se supera, pero no se borra.


Y la alegría no es una forma artificiosa de auto-convencerse. Tiene que surgir verdaderamente de dentro. No es tampoco el momento feliz pasajero. Es un estar permanente.


Otro poeta, el uruguayo Mario Benedetti habla de “defender la alegría”. 

Pero Benedetti no se confunde: juega con antinomias (como es su estilo) y al final de su poema dice: “y también de la alegría ”. ¡Cuidado pues! 

No es una alegría prefabricada, antojadiza, circunstancial, sino verdadera y honda. Por eso convoca a defenderse de la alegría misma.


Recoger toda esta sabiduría, nos sirve para mirarnos objetivamente, para no crearnos una imagen falsa de nosotros mismos, para vivir con realismo.


Y al final de toda esta reflexión, otro poeta nos trae un mensaje pragmático y sensato. 

Se trata de Quintus Horatius Flaccus, simplemente conocido como Horacio, que vivió en la época del emperador Augusto, en Roma, y que escribió esta frase que ha trascendido los siglos:  "Carpe diem quam minimum credula postero", “Sácale provecho al día, confiando lo menos posible en el futuro.”



De la larga frase, sus dos primeras palabras hoy aparecen escritas en camisetas y hasta en nombres de empresas: “Carpe diem”: sácale provecho al día, y francamente considero que nos invitan a vivir el hoy.

En eso estoy.



Milton W. Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor.