Saturday, April 29, 2023

DIALOGANDO CON NIÑOS: VERÉ CÓMO ME VA

Es interesante que a esta altura de mi vida se me plantee el desafío de dialogar con niños.

Pero no es con dos o tres, en una conversación personal. Es con toda una clase de cerca de 40, de  un sexto año escolar.

Y por cierto es para mi un gran desafío. Me gusta la curiosidad de los niños, sus preguntas, el querer saber más de algo.

Pero no tengo fogueo en este tipo de encuentros, lo confieso.

A lo largo de los años de investigación del tema OVNI, hoy UAP, he tenido reuniones con profesores de secundaria y universitarios, con alumnos de secundaria de tercero y cuarto años, pero no con chicos que aún no han llegado a la adolescencia.

La prueba la pasaré el martes 2 de enero a partir de la hora 9 mía, las 11 de la mañana en Uruguay. 

Será por una hora, y espero que al final, las maestras por lo menos me pongan un Bueno. Si llegase a un Sobresaliente, francamente me sentiría muy feliz.

¡Y estos niños quieren saber del tema UAP!

¿Por qué se les ocurrió ese tema? Pues porque la prensa --escrita, oral y televisiva-- hizo mucho ruido por la presencia de un oficial de la Fuerza Aérea Uruguaya, y tal vez algún integrante más de la Comisión del Arma que investiga las denuncias de UAP por parte de la gente.

El grupo investigador se trasladó a Paysandú donde aparentemente hubo varias personas que vieron algo extraño. Desconozco los detalles de lo avistado porque no se dieron a conocer. 

Se mencionó una cifra desde mi punto totalmente exagerada, de que los investigadores habrían recogido "más de 100 denuncias" de gente que dijo haber visto algo extraño en el cielo. Pero no se especificó ningún detalle que permitiese atisbar siquiera cual ha sido el contenido de esas denuncias.

Ha pasado ya más de un mes, pero la CRIDOVNI no se ha expedido al respecto. No se conoce que haya llegado a ninguna conclusión sobre los datos que recogió.

Pero ese acontecimiento de la ida a Paysandú por aparente gran cantidad de denuncias, acicateó el interés de los niños por conocer del tema.

Personalmente estoy muy agradecido a la Directora y Personal Docente de la Escuela No.1 del Departamento de Artigas por esta invitación.

Espero no defraudarles.


Milton W. Hourcade

 

 

Monday, April 17, 2023

RECORDANDO A MI ESPOSA ALICIA - (Noviembre 22 de 1944 - Abril 18 de 2020)

 

Conocí  por primera vez a Alicia, cuando yo tenía 28 años y ella 23.

Entonces era Maestra de Enseñanza Primaria. Culminó su carrera de docente como Directora, y apuró su jubilación para poder acompañarme en mi vida en Estados Unidos. Pienso que de haberse quedado en Uruguay seguramente hubiera llegado a Inspectora.

Como educadora tenía un don natural para enseñar. A veces sin material adecuado en una escuela o en el salón de clase, les pedía alguna cosa en el momento a los alumnos, y les impartía una enseñanza de la que no se iban a olvidar más. Su capacidad didáctica era excepcional.

Como esposa, en nuestra vida conjunta durante 39 años, Alicia tuvo la virtud de acompañarme en todo momento. Cuando estuve empleado y cuando quedé sin trabajo. Cuando mi sueldo fue mediocre y cuando tuve un sueldo digno.

Conmigo vivió en Buenos Aires, durante mis estudios de post-grado, y allí nació nuestro hijo Juan-Pablo. En las vacaciones de la mitad de mis estudios estuvimos por dos meses en verano viviendo en la ciudad de Salto. Retornamos a Montevideo, donde pasamos juntos otros 15 años, hasta que me surgió la oportunidad de ejercer el periodismo en la Voz de América, en Washington D.C., a donde llegué el 12 de Julio de 1989.

Entre medio, en la década de 1970, viajamos juntos a Europa, visitando Suiza, (incluídos los Alpes y un ascenso el Mont Blanc), y París.

Alicia y nuestro hijo llegaron a inicios de 1990, y allí comenzamos una etapa de vida importante, donde hubo que adaptarse y actuar en medio de una cultura y una sociedad distinta.

Ella hizo un curso de inglés, y se manejaba bastante bien con un idioma que le costaba mucho, pero entendía y se hacía entender.

Fue también la etapa del desarrollo no sólo físico sino intelectual de nuestro hijo que de adolescente, llega como estudiante liceal y culminará en la Universidad de Maryland, obteniendo su Doctorado en Ciencias de la Computación.

Alicia conocerá entonces a Silvia,  la novia de nuestro hijo, con la que se llevan muy bien, hasta el día del feliz casamiento, celebrado en California, porque la chica era de allí. Fue la oportunidad para nosotros –como padres del novio— de conocer a nuestros consuegros.

En el Norte de Virginia, primero vivimos en la ciudad de Falls Church. Cuando ella y mi hijo llegaron, yo había alquilado un apartamento. Poco tiempo después, compramos un apartamento. Nos adaptamos perfectamente a la zona, pero buscamos más comodidad, y nuestra última morada juntos fue una townhouse en la ciudad de Annandale.

En esa casa, que tenia un lindo fondo, Alicia desarrolló su gusto por la jardinería, y mantenía un cuidado permanente de sus plantas y flores.


Alicia siempre había gozado de una extraordinaria salud. Mi hijo y yo podíamos caer con gripe, pero ella, trabajando con niños que son una fuente de contagio, jamás se resfriaba siquiera. Por eso –ya viviendo solos pues nuestro hijo  había obtenido su cargo de Profesor en la Universidad de Iowa City—mi enorme desazón cuando una biopsia dio que tenía cáncer inflamatorio de mama.

Ella se mantuvo serena ante la noticia, yo rompí en llanto y repetía en inglés “that´s not fair” (eso no es justo).

A partir de ese momento me prometí acompañarla todo cuanto pudiera, a pesar de que tenía un trabajo  como contratado en la VOA, porque me había jubilado en 2007, y estábamos en 2008, pero era una tarea de sólo 5 horas diarias, lo que me permitía llegar a casa temprano.

Me dediqué a ella totalmente, acompañándola a sus visitas médicas, a sus tratamientos con radioterapia y quimioterapia, a suministrarle oxígeno y los medicamentos en sus dosis adecuadas. Recibía en casa a una nurse y periódicamente a un médico.

Vinieron luego sus tres estadías hospitalarias, hasta que llegó el día en que fuese trasladada a un hospicio. Recuerdo que seguí con mi vehículo a la ambulancia que la llevaba, estuve con ella hasta que le adjudicaron su cama. Era el mediodía, debía ir a casa a alimentarme algo, para luego retornar. Todo el camino de regreso a mi casa lo hice con mi alma desecha, haciendo el esfuerzo por no llorar porque corría el peligro de tener un accidente pero por momentos me fue imposible evitar que mis ojos no se empañaran. Fue un momento terrible, y lo tuve que vivir en soledad. Al día siguiente llegó mi hijo, y su compañía fue un consuelo para mi.

Alicia había entrado en coma. A partir de la mañana pasamos todas las horas juntos. Al mediodía él salió del hospicio para ir a almorzar, y al momento tuve que salir corriendo para ubicarlo antes que se fuera, porque la nurse que atendía a Alicia me acababa de decir que en cualquier momento podía ocurrir su deceso.

Mi hijo volvió, y en una pequeña capilla dentro del hospicio, quedamos los tres. Uno a cada lado de la cama donde Alicia hacía esfuerzo por respirar. Mi hijo le tomaba de una mano. Entre medio vinieron personas amigas, que nos dieron su aliento y consuelo. Seguimos esperando el desenlace que recién ocurrió a las 4:37 PM.

Cansados físicamente, y  apesadumbrados espiritualmente, mi hijo y yo retornamos al hogar en Virginia.

Había sido el final para una mujer estupenda. Una mujer compañera, sencilla, inteligente, empeñosa, gran madre. Una mujer que enfrentó su grave enfermedad con tremenda fortaleza espiritual, trabajando cuanto pudo, no rindiéndose al mal. Una tarde, hablando con la Oncóloga me dijo: “su esposa está viva por el gran espíritu que tiene, otra haría más de medio año que habría fallecido”.

Tal vez el mejor recuerdo de ella, sea su sonrisa. Porque cuando Alicia estaba feliz, reía con ganas. Como en la foto, al celebrar la Nochebuena el 24 de Diciembre de 1995.

Milton W. Hourcade

 

 

 

Sunday, April 16, 2023

LA SEMBLANZA DE UN HOMBRE SENCILLO PERO MUY VALIOSO: HERMANN JEGERLEHNER

Estuve pensando en él desde el mes pasado, pero las actividades en
Montevideo absorbieron mi tiempo. 
 
Ahora, calmo, en mi hogar, quiero aprovechar el momento para recordar en forma pública a quien fuera un muy querido amigo, un amigo con mayúscula, con quien compartiéramos muchas horas de vida, visitándolo en su apartamento, y en las reuniones del C.I.O.V.I. del que fuera co-fundador. Me refiero a HERMANN JEGERLEHNER.
 
Asistió a la reunión fundacional del Centro, el 29 de Abril de 1958, y a partir de allí, fue uno de los puntales de la institución. 
 
Jegerlehner escribió artículos para la prensa, dictó conferencias públicas, viajó a Brasil y Argentina donde sostuvo diálogo con el Dr. José Escobar Faría (en San Pablo), y con el Comandante Omar R. Pagani, de la Armada (en Bueno Aires).
 
Participó directamente en innúmeras investigaciones, muchas de las cuales se realizaron en departamentos del interior del Uruguay.
Siempre me acompañó en gestiones hechas ante la Fuerza Aérea Uruguaya. Integró la CRIDOVNI en representación del CIOVI y luego a título personal.
 
Llevó meticulosamente la hemeroteca del Centro, y fue la persona de total confianza que administró las escasas finanzas que el CIOVI tenía con el aporte de cada uno de los integrantes de su Consejo Directivo.
 
Recibió en su hogar al Dr. J.Allen Hynek dando lugar a un momento de sociabilidad muy grato con el destacado asesor de la USAF y su secretario para América Latina, el Dr.Willy Smith.
 
Con su apellido suizo-alemán, era un problema tener que enseñar la pronunciación correcta a periodistas, especialmente en la televisión.
Su apellido debe pronunciarse como IEGUERLENER. Tal vez por eso, en el Banco Central donde trabajaba, le llamaban "el suizo", la familia le llamaba "Buby", y nosotros en el Centro, simplemente "Ieguer".
 
Por su manera de ser, se hacía querer y respetar mucho. 
 
Su repentino fallecimiento, el 30 de marzo de 1989, a los 53 años de edad, nos tomó por sorpresa y fue un rudo golpe para todos, y muy en especial para mi, ya que a lo largo de los años devine en amigo de toda su familia.
 
Estuve en su sepelio, llevé con otros su féretro, y me había hecho el propósito de decir unas palabras en el cementerio, pero llegado el momento no pude, tenía un nudo en la garganta que me impidió hacerlo.
 
El último acto de investigación que Jegerlehner cumplió por el CIOVI ocurrió cuando fuimos juntos al Aeropuerto Internacional de Carrasco para conocer las características, alcance, y capacidad de detección del radar que allí funciona. Fue poco antes de que falleciera.
 
En la actualidad, y cada vez que voy a Montevideo, me reúno con su familia, de lo que han dado cuenta fotos. 
 
Hermann Jegerlehner, laborioso y dedicado, fue un valor humano imprescindible para el CIOVI.Era el epítome de un hombre bueno.

Y fue un valor como ciudadano, como esposo, como padre, como amigo.

 

Thursday, April 13, 2023

MONTEVIDEO SIGUE SUCIO Y HORROROSAMENTE PINTARRAJEADO


En mi anterior artículo el elogié un "Montevideo Más Amable", refiriéndome a sus habitantes y el relacionamiento inter-personal.

Eso es válido y tiene que continuar y extenderse.

Ahora me toca abordar algo muy lamentable y que en lo personal me provoca dolor y desazón.

Montevideo tiene todo para lucir como una ciudad hermosa.

Desde edificios clásicos (aunque no se ha desarrollado un sentido de amor por la historia y de preservación de esas obras arquitectónicas, como ocurre en muchos otros países, y Europa nos da el ejemplo), hasta mantener el aseo en calles y plazas, y hacer que se respeten los frentes de los edificios --o toda parte que luzca públicamente-- impidiendo, reprimiendo y castigando toda violación a dicho respeto, que se concreta en pintarrajeadas que no dicen nada, o que a veces que contienen obscenidades.

Quienes cometen esos atropellos seguramente son adultos, que operan en las madrugadas, cuando casi nadie los ve, y son capaces de treparse  a alturas hasta para enchastrar la parte del frente de la hermosa y nueva cúpula del Planetario de Montevideo, sin importar los costos que la obra ha tenido y que ha pagado cada habitante de la ciudad.

Me daría más que vergüenza traer a un extranjero a la Biblioteca Nacional, porque su frente está totalmente enchastrado. Y eso se tolera y hasta prohija.

Frente al propio edificio de la Intendencia Municipal, como en una gran burla, hay un monumento a Wilson Ferreira Aldunate (destacado político uruguayo), que ha sido enchastrado. 

La impudicia de esos sujetos llegó al extremo en que una vez llegaron a pintarrajear parte del monumento al prócer nacional, el Gral. José Artigas en plena Plaza Independencia.  El atropello fue tan extremo, que rápidas fueron las medidas para borrar el atentado.

Así lo han hecho con el monumento en la Plaza Cagancha, y basta recorrer la calle Colonia en pleno centro, para ver lo aborrecible y deleznable que resulta verificar que desde Facultades, a casas particulares, todo ha sido pintarrajeado. 

No hay consigna política ni nada que justifique semejante actividad. Menos, el hinchismo futbolero por un determinado club.

Los que se divierten enchastrando, cada vez logrando una imagen más miserable de la ciudad, deben pagar las consecuencias de sus atropellos. 

Se pueden aplicar medidas para advertir y luego impedir y reprimir tal actividad. Y hacer pagar a los pintarrajeadores por sus violaciones a la propiedad. Claro, es difícil pedirle a una comunista que haga eso. Y me pregunto cómo alguien con decencia ética y dos dedos de frente puede haber votado a semejante persona, con los antecedentes de una gestión deficiente en ANTEL, y el costo excesivo y nunca justificado del ANTEL Arena.

Y si cupieran dudas, una recepción al nuevo Presidente del Brasil, y un acto donde llevó cantantes populares de Argentina, significaron millonadas en dólares, --dinero no recuperado en absoluto-- que termina pagando el habitante de Montevideo, sin recibir a cambio una ciudad limpia y prolija.

Se impone una campaña mediática sostenida y bien llevada pidiendo a los ciudadanos que cuiden "un Montevideo limpio y prolijo". Pero junto con eso, hay que terminar con los "hurgadores", esa gente que en carros tirados por caballos (!!!), en bicicleta o a pie, revuelve en los recipientes municipales de residuos, y tira hacia afuera todo lo que no les sirve en aras de encontrar lo que buscan y de pronto ni siquiera encuentran.

Y hay que terminar con los enchastradores de paredes. Cuando se finalicen con esas actividades, y se recuperen paredes enchastradas, la ciudad comenzará a lucir como debe ser, como nunca debió dejar de ser, y como los montevideanos se merecen.


Milton W. Hourcade