Todos estamos consternados por su poder destructor y su tamaño.
A los tremendos vientos de hasta 239 kilómetros por hora, se unió fundamentalmente llover a mares (1 metro 32, superando la máxima continental de todos los tiempos fijada en 1 metro 21) , y crear verdaderos ríos y correntadas en lo que hasta hace unos días eran calles y rutas.
El área de devastación del huracán, es mayor que las ciudades de Nueva York y Chicago juntas.
Son decenas y decenas de miles los evacuados, y cada ciudad ha procurado darles refugio.
En medio de esta gran tragedia humana --la pérdida para siempre de bienes materiales y de cosas que tienen un valor espiritual único para las personas-- será un esfuerzo gigantesco reconstruir las ciudades y luego de un tiempo extenso, volver a la normalidad.
Pero entre tanto, este huracán ha tenido dos virtudes fundamentales. Superar la diaria división político o ideológica que --promovida por ciertos "periodistas"-- busca dividir al pueblo y provocar el enfrentamiento de sectores.
La tragedia une, y une con amor fraterno, con solidaridad básica, con lo mejor que cada quien tiene de humano, para sacrificarse, para socorrer a otros, para salvar vidas.
Y esto se ha venido dando constantemente desde hace cinco días, y se sigue repitiendo en cada ciudad de Texas afectada por el terrible huracán.
Son propios tejanos, pero son gentes provenientes de otros Estados que han llegado con sus vehículos, con lanchas, con helicópteros, o a pie, para meterse en el agua, y sacar de sus casas o vehículos a quienes han quedado atrapados.
El gobierno ha respondido con una movilización de la Guardia Nacional sin precedentes. 12 mil efectivos de la Guardia Nacional de todo Texas convergen hacia las áreas afectadas.
La Guardia Costera, ha dispuesto de nueve helicópteros y siete aviones de carga, desde sus bases en Houston, Texas y Nueva Orleans, Louisiana.
Llegaron también a Houston efectivos del Ala 106 de Rescate de la Guardia Aérea Nacional, procedentes de Nueva York.
La Armada decidió enviar al navío de asalto anfibio USS Kearsarge y al navío de desembarco USS Oak Hill para contribuir con las tareas de rescate.
La Infantería de Marina está contribuyendo con unidades de botes inflables y 7 helicópteros.
La Agencia de Logística de Defensa ha provisto de 11 generadores de electricidad, 50 mil galones de gasolina, y otros tantos de combustible diesel y contribuirá con más.
Aún se aguarda la partida especial que el Congreso vote para apoyar el esfuerzo de reconstrucción de las áreas afectadas.
Entre tanto, la permanente tarea de personas anónimas, en gran cantidad, continúa rescatando gente de sus hogares y vehículos, proveyendo auxilio, y sobre todo, salvando vidas.
Esta ímproba labor, surge de un sentido solidario, de corazones sensibles, de personas que aún a riesgo de sus propias vidas --como el caso de un policía fallecido en su esfuerzo por ayudar a otros-- pasan horas y horas, sin medir descanso ni hambre, porque la misión es más importante.
Y lo digo respecto de hombres y mujeres que se han puesto en rescatistas sin pertenecer a ninguna organización. Que han sentido el llamado fundamental de darse en bien de otros.
No sólo el huracán Harvey ha convocado a la unidad del país, sino que ha sacado a luz los rasgos más característicos del estadounidense. Entre ellos, y en forma destacada, su resiliencia, o sea, la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro.
enigma
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