Sunday, February 26, 2012

Las cosas de la vida....

Tal vez no exista mejor símbolo del amor que éste corazón que está
conformado por dos que se hacen uno. Dos entrelazados de manera inseparable, casi como una "cinta de Moebius".

No los pueden separar la distancia geográfica, las diferencias de edad o las diferencias culturales.

Hay algo más intenso y más fuerte que todo eso, algo para lo cual no existen palabras que lo puedan explicar, pero que les une con potencia increíble.

La mente, un análisis frío y detenido de las situaciones de cada individuo, de pronto les indica que deben irremediablemente separarse para siempre. Que lo mejor para ambos tal vez, quizás, sería aplicar una cirugía drástica, que separara a ambos corazones, definitivamente.

Para que cada cual continuara latiendo independientemente, libre.

Pero la tal cirugía, si bien separaría los corazones y los dejaría libres, tal vez también podría implicar la muerte de ambos, porque solos no pueden seguir latiendo, porque sólo tienen vida estando juntos.

Entonces, ¿qué hacer?

En momentos en que se debatía la operación quirúrgica, y toda la razón abogaba en favor de la misma, los corazones latieron más intensamente que nunca, y se transparentaron en un diálogo único, todo el sentir del uno al otro como no lo habían hecho anteriormente. Y supieron que el amor que siempre tuvieron había de pronto alcanzado una cúspide a la que nunca antes habían llegado.

Esos dos corazones se hicieron más uno, como jamás lo habían sido antes.

Y ahora, en tanto la vida continúa, y hay que enfrentar la racionalidad, lo conveniente y adecuado, lo que a todos parece bien, lo que hay que hacer en mérito a considerar inocentes terceras partes,
y rebajar la relación de esos dos corazones a un nivel que es en realidad un sinsentido, sin embargo, --como tras bambalinas-- ambos corazones siguen siendo uno, latiendo al unísono.

Saben que se necesitan mutuamente, indispensablemente, irrenunciablemente.

¿Dónde y cómo terminarán esos dos corazones? Sólo el Ser en Sí lo sabe. Pero también el Ser en Sí, que es la fuente del Amor por excelencia, sabe qué es lo que une a esos dos corazones. Y sabiéndolo, como sabiendo el Amor que tiene por cada uno de esos seres, es posible que se abra un futuro insólito, sorprendente....

Todo cabe, en las cosas de la vida...

Nota: el escrito precedente es una alegoría.



enigma

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