Tuesday, January 29, 2013

SIEMPRE HAY UN TIEMPO PARA ENTENDERSE

En Estados Unidos de América, en estos precisos momentos se vive una gran expectativa, y en muchos sectores de la población, una verdadera euforia.

Luego de años, los dos partidos políticos, sus líderes en el Senado, se han puesto de acuerdo en delinear un marco para una amplia reforma de las leyes que rigen la inmigración.

Se espera lograr un consenso semejante en la Cámara de Representantes, aunque los debates sean más prolongados y haya alguna dificultad extra.

Cabe tener esta vez la real esperanza de que 11 millones de inmigrantes indocumentados --en su gran mayoria mexicanos-- encuentren su camino para lograr estar legalmente, y hasta llegar a obtener la ciudadanía de esta nación.

Por otra parte, se trata de asegurar que aquellos jóvenes estudiantes universitarios o de enseñanza secundaria, hijos o nietos de inmigrantes --que entraron o no ilegalmente-- pero que en todo se sienten a sí mismos estadounidenses, que juran su lealtad a la bandera de Estados Unidos de América y a lo que ella representa, encuentren su manera de que --una vez que obtengan sus títulos universitarios-- permanezcan productivamente en el país, en lugar de tenerse que ir al extranjero.

Y en un tema debatido como este, se ha llegado a un acuerdo, y sin duda se llegará a un acuerdo definitivo.

Es que cuando hay buena voluntad, amplitud de miras, el reconocimiento de que en un determinado tema se está uno junto al otro, que hay un interés y una forma común de pensar --aunque puedan haber diferencias en detalles-- lo importante por sobre todo es el acuerdo.  Lo importante es capturar la oportunidad, no dejarla escapar, y lograr entenderse.

Pienso que siempre hay tiempo de entenderse. Y que esa es una de las tareas más nobles en que pueden embarcarse ante cualquier situación o problema, los seres humanos. Entenderse, buscar entendimiento, buscar acuerdo, limar asperezas, aclarar situaciones, hablar claro, a corazón abierto. Buscar ser uno con el otro, y no antagonizar.

Eso que es importantísimo en el ámbito político, también hay que bajarlo al ámbito de las relaciones interpersonales  para  aplicar el mismo criterio, los mismos principios.

Búsqueda de entendimiento, comprensión del otro, aunar criterios, llegar a un acuerdo, construir algo juntos. Poner en acción una onda positiva. Creatividad.

Digo todo esto con profunda emoción, porque creo y apuesto siempre a superar diferencias, enconos, enojos, fastidios, y a ir a los aspectos que nos unen, más que a los que nos pueden separar. ¿Es ello posible?  Afirmo categóricamente que lo es.

Claro que demanda despejarse la mente de prejuicios. No poner intencionalmente piedras en el camino. Acompañar al otro, no ofenderle o intentar volverle irascible o en contra. 

Mi país de origen, Uruguay, sufrió durante unos pocos años una dictadura militar. Fue consecuencia de la acción internacionalmente organizada desde Cuba, de  una guerrilla que se hizo presente simultáneamente en Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.

Pero el país todo, aunó esfuerzos para retornar a lo que había sido antes: una honrosa tradición democrática. Y hubo una serie de reuniones entre militares y líderes politicos, para discutir la salida hacia la democracia. 

Fueron instancias muy particulares las que se vivieron entonces. Había enormes expectativas. Presiones de todos lados. El esfuerzo de los líderes polílticos, muchos de ellos con sus partidos proscriptos, por buscar un entendimiento y una salida, que pemitiera un futuro diferente. 

Y en esas circunstancias, visita a Uruguay el Rey de España, Don Juan Carlos de Borbón. Y en una reunión que tuvo con políticos pronunció una frase, que fue el consejo que les dió para llevar adelante las negociaciones con los militares. Una frase que ha quedado grabada para siempre en mi memoria, pues contiene gran sabiduría. Les dijo el Rey: "no tenséis la cuerda al punto que se rompa". O sea, en el tira y afloje de las negociaciones, no llevar las cosas a tal extremo que las conversaciones queden rotas para siempre.

En cualquier circunstancia humana donde puede haber discrepancias serias, diferencias importantes, es bueno que los actores recuerden ese sabio consejo: "no tenséis la cuerda al punto que se rompa". Porque si ello ocurre, se cierra el futuro. No hay posibilidad de nada. Es una situación en que nadie gana y todos pierden.

Por eso con total convicción, sostengo que siempre hay tiempo para entenderse. Para considerar las razones de la otra parte, para contemplar su peripecia humana concreta, y para ver qué se puede hacer juntos.



enigma
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