Sunday, July 13, 2014

ABIERTO A RECIBIR AMISTADES

 Vista del frente de mi casa

Siempre lo sostendré: considero a la amistad como una de las relaciones más hermosas que puede desarrollar el ser humano. Un poco menor que el amor.

Amigas y amigos son como flores que adornan y perfuman el jardín de la vida.
Son quienes nos sostienen, alientan, en quienes confiamos, con quienes contamos en caso de necesidad, y a quienes nos gusta complacer con nuestra propia amistad, obsequios, y una forma de relacionamiento de calidad en la cual estamos a su servicio.

Ser ayudadores, ser facilitadores, poner el hombro, todo eso se espera de la amistad, y por supuesto, la comunicación. Que tiene que ser permanente, que no tiene que resquebrajarse o interrumpirse por algún desacuerdo, porque lo esencial es lo que siempre queda: la amistad no se pierde, no se termina.

Y entre las cosas que un amigo puede hacer por otro es poner su casa a disposición.

Si algún amigo/a viaja y recala en Washington DC o alrededores, sabe que puede contar conmigo, siempre y cuando me avise con tiempo.

Mi casa está en un amanzanamiento de las llamadas "town houses" en la ciudad de Annandale, Condado de Fairfax, Estado de Virginia, a unos 30 minutos de Washington D.C. y con facil conexión a importantes vías de tránsito.

Como amigo, estoy abierto siempre a recibir amistades en mi hogar. Sencillo, limpio, prolijo, ordenado, y por sobre todo, con el cariño y afecto propios de la amistad. Un lugar para pasar buenos momentos, para disfrutar la amistad, para compartir un reencuentro.

En estos días, una persona de mi amistad llegará de Uruguay, escapando del crudo frío invernal de allá, para disfrutar del calor del verano boreal, de la amistad que nos une y de la serie de lugares que habremos de visitar, más conciertos, paseos, etc.

Ya lo he hecho en otras oportunidades y lo seguiré haciendo. Entre tanto, mi soledad se interrumpe, y les aseguro que me siento muy bien cuando tengo a alguien con quien conversar, discurrir de distintos temas, y compartir lugares y actividades interesantes.

Y por supuesto que en la amistad siempre existe la reciprocidad. Así como las puertas de mi casa están abiertas para los/as amigos/as, así espero que la de ellos/as estén abiertas para mi.

Todo se hace y se vive con cariño, con el verdadero interés de complacer al huésped, de que se sienta a gusto, confortable, seguro/a. Y de paso, de que se ahorre los gastos que le demandaría alojarse en un hotel.

A mis amigos/as les digo: ¡bienvenidos/as siempre!

enigma
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