Friday, October 23, 2015

¡ESTAR PREPARADOS!

En América Latina, nos falta. Puede que en algunos países más y en otros menos, pero a todos nos falta estar preparados.

Preparados para un deslave, para un derrumbe, para un incendio, para un atentado, para un desastre natural como puede ser un huracán, un terremoto, o un tornado.

Estamos tan ocupados a diario con nuestras propias actividades, y la familia, o las relaciones laborales, o los estudios, que ni siquiera pensamos que esas cosas pueden suceder, y si ocurren ¿qué hacemos? ¿tenemos instrucciones claras de hacia dónde ir, dónde reunirnos con la familia, qué procedimientos aplicar?

Lo más probable es que no. 

Acá en Estados Unidos si una cosa me impresionó fue que periódicamente, en mi lugar de trabajo sonaba la alarma de incencio, y no sabíamos si el incendio era real, o se trataba de un ensayo. Pero todos teniamos claras nuestras instrucciones, y sabíamos cómo proceder. 

Sólo una vez hubo un pequeño fuego que enseguida fue sofocado .  Otra vez hubo un movimiento telúrico --más inimaginable que cualquier otra cosa-- y la gente salió ordenadamente de los edificios y aguardó en la calle a la espera de retornar a sus tareas.

Los bomberos van y evalúan si hay zonas de la edificación que han quedado peligrosas, y si es seguro o no, volver a entrar al inmueble para continuar las tareas.

Todo se hace ordenadamente, sin pánico, pero suficientemene rápido. Además el personal de seguridad se encarga de evaluar la evacuación, el tiempo que llevó y cómo se hizo.

También en EE.UU. he aprendido que una familia tiene que tener sus medidas de emergencia muy claramente delineadas. No sólo hacer un cierto acopio de agua y de alimentos no perecibles (enlatados, por ejemplo), así como contar con linternas funcionando, de pronto algún generador eléctrico, una cocinilla a gas butano si hay corte de energía eléctrica.. Mantas, frazadas, si es invierno, para evitar enfermarse por frío. Y algo muy importante: de tener que evacuar una zona, predeterminar cuál va a ser el punto de reunión de la familia.

Obviamente que los teléfonos celulares ayudan enormemente en circunstancias semejantes. Los familiares se pueden comunicar, saber unos de los otros, dónde y cómo están. Pero que nadie quede incomunicado, aislado, imposibilitado de reunirse con los otros. 

Comercios, edificios públicos, oficinas,etc. todos deberían con regularidad practicar este tipo de movilización, de pruebas, y de entrenamiento a su personal. Y lo mismo a nivel familiar, en cada hogar.

Entonces, la situación dificil, tal vez dramática, no se va a tornar tan grave para quienes hayan tomado las precauciones del caso, y sepan cómo proceder en la eventualidad.

Es bueno que las autoridades dispongan de planes de transporte, evacuación, medios de comunicación, lugares de reunión,  carpas, frazadas,mantas, alimentos,etc.para hacer frente a cualquier emergencia.

Pero lo más importante, es concientizar al ciudadano común de este tipo de cosas, y entrenarle, prepararle para una eventualidad desgraciada, para que no se transforme en tragedia y en luto.

                                  
enigma
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