Sunday, October 25, 2015

HACIENDO EL AMOR: ¿plenamente o con restricciones? Parte II



“EL HOMBRE DEJARA A SU PADRE Y A SU MADRE Y SE UNIRA A SU MUJER, Y LOS DOS SERAN UNA SOLA CARNEGénesis 2:24

Palabras de Jesús: “y los dos serán una sola carne; así que no 
 son ya más dos, sino una carne.” Marcos 10:8




Dije en mi anterior artículo que la relación afectivo-sexual plena se vive sin restricciones de ningún tipo, y con una entrega total de los cuerpos.

Quisiera ahora completar el tratamiento de este tema abordando algunos otros aspectos que considero importantes y que pueden ser de gran ayuda para las parejas estables (casadas o no). 

El principal órgano sexual

Una vez le preguntaron a un sexólogo, cuál era el órgano principal del sexo, y sin dubitaciones contestó: el cerebro.

Y el cerebro no por lo que hablan los neurólogos de las endorfinas, la dopamina y otras sustancias que activan sectores cerebrales, sino porque es allí donde primero que nada se genera el gusto por el cuerpo de la otra persona. El deseo de tener sexo con ella, y una vez en esa circunstancia, el deseo de hacer y de recibir un montón de cosas que caben todas ellas, en una relación amplia y total.

El lenguaje ocupa un lugar muy importante en la relación sexual. Primero que nada, hay que dejarse de formalidades. Las cosas por su nombre, como se les llama popularmente, porque ese es el lenguaje de la intimidad. 

En segundo lugar, no se concibe una relación muda, en silencio. Caben los susurros, las exclamaciones, pero también decirse cosas, como expresar la satisfacción que se está sintiendo, como querer más de algo, como gustar hacer tal o cual cosa. Todo tiene que ser  dicho explícitamente, porque eso enciende más la relación, la hace más disfrutable aún, la completa.

Cuando pasan los años, cuando ya la pasión inicial se ha ido aquietando y la relación ocurre espaciadamente, no hay aquel fuego que cada uno de los integrantes de la pareja quisiera encontrar en la otra parte, es cuando hay que añadir “sal y pimienta” a la relación.

Evitar la rutina

Entonces, no hay que ser repetitivo, ni restringir la actividad sexual a la cama. Cualquier parte de la casa en cualquier momento puede ser el escenario de una estupenda relación: la cocina, la sala, el baño, o el escritorio. Y cualquier momento del día puede ser el apropiado, basta las ganas de hacerlo.

Lo fundamental: romper o evitar caer en rutina. Tales días de la semana, o a tales horas. Para un sexo vivido en plenitud cualquier día y todos los días son buenos, y a cualquier hora también.

Alguien me dirá: sí, todo suena muy lindo, ojalá pudiera ser así, pero ¿y si hay niños en la casa?

Pues hay que aprovechar las horas en que los niños no están. Cuando se fueron al colegio, cuando quedaron por el fin de semana con los abuelos, o en casa de amiguitos/as. Esas cosas hay que coordinarlas previamente para que tengan lugar y la pareja quede sola.

Las escapadas de fin de semana de la pareja sola, hacia lugares diferentes dentro de un propio país, es algo más que aconsejable. El cambio de ambiente, de lugar, el pasar horas juntos sin tener que hacer cosas en el hogar, todo eso contribuye a sentirse felices y por tanto facilita también una disfrutable relación.

Tomarse unas vacaciones. Un viaje hacia un lugar no conocido, puede traer junto a la memoria de momentos muy gratos, una renovación de la fuerza emocional que lleva a tener sexo.

Condimentar la relación

Y hay otras formas de condimentar la relación. Hacer sesiones de fotografía y después verlas juntos y comentarlas. Ver juntos películas para adultos, de las cuales se pueden extraer ideas de cosas a hacer, o simplemente excitarse. Hacer juegos cuasi-teatrales, como la doctora o el doctor y su paciente, el o la masajista, la jefa o el jefe y su secretario/a, la señora y el mayordomo o el señor y la mucama.

Y también hay juegos de mesa divertidos, donde según se avance lanzando el dado, hay que irse quitando la ropa, o hacerle determinada cosa al otro o la otra. 

Eso para no hablar de las lociones, los aceites, lencería especial muy seductora, vibradores, dildos y otros aparatejos.

Para que la relación sexual se viva en completa libertad, antes de una primera vez, los participantes deberán asegurarse mutuamente mediante exámenes por VIH que están libres de semejante virus; y deberán intercambiarse el resultado de cada uno, que estará escrito en un documento.

Luego, la pareja tendrá que ponerse de acuerdo, también para gozar con total libertad su relación, si ella va a utilizar píldoras anticonceptivas, o si él va a usar condón. Ella puede tener razones de salud para no usar píldoras anticonceptivas, o un Dispositivo Intra-Uterino (DIU), en cuyo caso el hombre –si hay penetración—deberá usar condón, y que no se pongan excusas, porque la calidad de los mismos y su material aseguran que no hay pérdida alguna de la sensibilidad, y al contrario, pueden ayudar a demorar la eyaculación.

Una palabra final: la relación afectivo-sexual no se tiene para buscar el orgasmo, se tiene para disfrutar a pleno el acto en sí, por lo tanto, la clave es con pequeñas pausas, prolongar la relación por dos, tres o más horas cada vez.

Una relación así de intensa y prolongada provee enorme placer y da una gran satisfacción, uniendo fuertemente a la pareja y dándole estabilidad. 

enigma
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