Confieso que a veces cuesta tomar la resolución, pero por la salud mental y espiritual de uno, hay que hacerlo.
Me pasó hace décadas en Uruguay, que leía una publicación que había
sucedido a otra. El formato era muy parecido, el tamaño el mismo,
pero...el contenido difería de tal manera con la categoría y el nivel
intelectual que tenía la anterior, que me planteé seriamente dejar de
leerla
Me hizo mucho bien. Porque leerla terminaba por ser tóxico. Por
intoxicar la mente y el alma, por hacer ver las realidades de forma
sesgada y tergiversada, y lo que es peor, por alentar sentimientos
revanchistas y vengativos, que jamás conducen a nada positivo y
productivo.
Así me pasa con algún canal de televisión aquí en Estados Unidos,
cuya prédica constantemente recalcitrante y medieval, me resultan harto
difícil de soportar, de modo que prácticamente nunca lo miro.
Recientemente me ha sucedido con algunas personas que por estar
vinculadas conmigo y haberlas aceptado en la categoría de "amigos",
aparecían con sus escritos e ilustraciones en mi página de FaceBook.
En primer lugar, rechazo la coprolalia. Me resulta inferior y
degradante que haya personas tan groseras que no sepan decir algo si no
emplean palabrotas. No tolero que en mi muro aparezcan esas expresiones.
Son una afrenta para quien las lee.
Así que esa fue la primera serie de personas que fui dejando fuera
del criterio "amigos", para evitar su aparición en el llamado "muro".
Pero la verdadera intoxicación provenía de personas que tratando
ciertos temas llegaron a cansarme por su ignorancia, su proclividad
fácil a la fantasía, a creerse cualquier disparate y lo que es peor, a
publicarlo y darle así lugar y difundirlo para que muchos otros lo
absorban.
Me parece propio de personas inteligentes, sobrias, cautelosas en el
tratamiento de ciertos temas, no repetir acríticamente cualquier cosa
que aparece por ahí, y menos cuando se trata de fuentes reñidas con la
lógica, la ciencia, y el sentido común.
Publicaciones totalmente fantasiosas y conspiranoicas, no son fuente
genuina de información confiable. Son "ciber-basura", subproductos para
mentalidades ignorantes y crédulas. Me resultaba desdoroso y agotador
tener que estar una y otra vez corrigiendo errores, aclarando cosas
puntualmente, combatiendo la ignorancia o la tendencia a fantasear de
gente que se deja llevar por historias y novelerías que son de su
agrado, pero que no contribuyen en nada al verdadero conocimiento de las
cosas.
Por largo tiempo este año, toleré ver esas manifestaciones
errabundas, y traté de hacerme tiempo a corregirlas, a poner las cosas
en justos términos, a ayudar a pensar (al menos esa fue mi intención).
Descubrí andando el tiempo, que mis comentarios eran sistemáticamente
borrados, y sólo aparecían los de aquellos que se suman al coro de los
entusiastas de lo imposible, o de lo ridículo, o de lo absurdo.
Hasta que realmente me harté, y dije: no va más. Y como cirujano con
un bisturí, procedí a extirpar de la lista de "amigos" a esas personas
desvariantes. No tengo nada personal contra ellas, pero me dan mucha
pena que pierdan su tiempo y vida persiguiendo cosas ilusorias,
irreales, o francamente trucos y falsedades.
Les aseguro que me hizo mucho bien. Me siento mucho mejor. Me da una paz interior y una tranquilidad que no tenía antes.
Es una desintoxicación, porque francamente leer esas cosas o ver esas
imágenes, y la interpretación de las mismas, era una molestia diaria.
Creo que es bueno tomar decisiones como estas a las que me refiero.
Darnos cuenta que algo nos hace daño, nos hace mal, nos provoca
malestar anímico, no se compadece con nuestros criterios más acendrados,
o con nuestros valores, y resolver hacerlo a un lado.
Se los aconsejo.
enigma
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