Porque la poesía transita un lenguaje especial, diferente, que es capaz de transmitir intensamente sentimientos, como no lo logra la prosa.
Por eso, en este mes de Abril, dedicaré varios blogs a la Poesía.
Serán poemas de autores/as conocidos/as y de anónimos o mías.
Y por una cuestión de elemental cortesía, comienzo por dos damas.
Una es Gabriela Mistral, de Chile, consagrada mundialmente.
Otra es C.L.O., no conocida, de México.
Aquí, sus poemas:
BESOS
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral
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Hacerte el amor
Hacerte
el amor,
es
volver a nacer, resurgir llena de ti,
más
viva que nunca, más despierta, y más partida a la mitad...
porque
te llevas una gran parte de mi...
tuyo
es mi amor, mi fe y mi voluntad...
y al
besarte y al tocarte, me recorres y me sabes tuya...
yo te
amo, y te pienso, habitas aquí, en mis entrañas, jubilosamente...
dolorosamente... tiernamente...
Mi
piel y mis sentidos te pertenecen y sólo responden a tu llamado...
y es
que no hay nadie en este mundo, nadie, capaz de propiciar en mi este milagro,
esto
que siento: tan sublime y tan sobrehumano... sólo tú luz de mi vida,
cuando
me tocas, cuando me hablas, cuando me besas...
sólo
tu me enciendes, y me haces vibrar...
y no
me canso de besarte y de mojar mis labios en los tuyos...
nuestras
lenguas, se hacen una sola entrelazada...
¡cuánto
te quiero!... ¡y cuánto te amo!
Hacerte
el amor,
es
tocarte y recorrer tu piel, poco a poco, suavemente,
mirarte
a los ojos, y saber que estas conmigo en cuerpo y alma...
recorrer
un camino delicioso por tu aroma, y tu sensibilidad,
es
palpar y aferrarme a tu vida, aquí y ahora...
es
reconocerte y saber que desde siempre has sido mío... y que nunca te irás de mi
corazón, porque somos uno solo...
siento
tu fuerza, y tu masculinidad... tu voz, cálida y obscura...
mis
dedos te buscan, y te identifican todo entero... recorren tu espalda, por tu
cuello y por tu pecho... te buscan, y saben que eres tú... no hay nadie más que
tú...
y en
tu transpiración y tu esfuerzo, me fundo y me compenetro: nos combinamos tan
bien!... juntos ¡somos perfectos!...
Hacerte
el amor,
Es
llorar de alegría, de emoción, de nostalgia y tristeza, ¡de un gran placer!
es
ser tocada por mi amor, mi alma gemela, esa otra parte de mi ser,
que
anduvo perdida, para volvernos juntos en este mar de pasión,
un
monstruo invencible e inderrotable... nos hacemos inseparables
tu,
capaz de alterar mi piel con tan sólo un susurro... con tus palabras y tus
poemas... con tu manera de ser, y de sentir... eres mi hombre...
y en
nuestra comunicación... sólo tu me entiendes y sabes de qué estoy hecha...
y
sabés donde encontrarme, y cómo llamarme... y yo te correspondo... y sabes que
yo
soy
el único ser en esta tierra que te comprende, que te intuye y te adivina...
Y
así, juntos, mojados, nos abrazamos y somos cómplices, amantes... latiendo y
viviendo!
C.L.O.
Milton W. Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor
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