Aflora con naturalidad aquella conjunción inefable de palabras que no han de entenderse de pronto tanto por su significado intrínseco, sino en armonía con otras para formar un todo que nos provoca un impacto anímico-espiritual.
Hoy tengo el gusto de compartir con Uds. dos poemas escritos por dos mujeres.
La primera, una uruguaya que ganó reconocimiento universal, la Profesora María Eurenia Vaz Ferreira (Montevideo, 13 de julio de 1875 - 20 de mayo de 1924).
La segunda, es C.L.O. (México, 18 de Noviembre de 1971) algunos de cuyos trabajos reproduzco porque los hallo meritorios de un reconocimiento.
Hacia la noche
Oh noche, yo tendría
una palma futura, desplegada
sobre el gran desierto,
si tú me das por una sola noche
tu corazón de terciopelo negro,
y yo, al compás de su morena sangre,
canto con las ondas beatas el sacro silencio.
Mi canto será vivo
sólo por el deseo
de serenar la cuotidiana angustia...
Oh noche, yo te quiero
sin el fulgor de luminosos astros,
sin marinos clamores
y sin la voz que finge
en los cráneos sonoros el rumor de los vientos.
Oh dulce noche mía, oh dulce noche!
Aunque el glorioso pájaro del alba.
rompa después mi lapidario ensueño,
un polvo de inquietud arda en mis ojos,
y me seas de nuevo
sólo una palma antigua, replegada
sobre el gran desierto.
María Eugenia Vaz Ferreira
Oh noche, yo tendría
una palma futura, desplegada
sobre el gran desierto,
si tú me das por una sola noche
tu corazón de terciopelo negro,
y yo, al compás de su morena sangre,
canto con las ondas beatas el sacro silencio.
Mi canto será vivo
sólo por el deseo
de serenar la cuotidiana angustia...
Oh noche, yo te quiero
sin el fulgor de luminosos astros,
sin marinos clamores
y sin la voz que finge
en los cráneos sonoros el rumor de los vientos.
Oh dulce noche mía, oh dulce noche!
Aunque el glorioso pájaro del alba.
rompa después mi lapidario ensueño,
un polvo de inquietud arda en mis ojos,
y me seas de nuevo
sólo una palma antigua, replegada
sobre el gran desierto.
María Eugenia Vaz Ferreira
Tienes el alma de hierro
¡Tienes el alma de
hierro!.
eres un luchador
incansable,
para ti no hay
imposibles,
y por eso te amo, y te
respeto...
te adaptas muy
fácilmente y
vives hoy sin
miedos...
Con la autoestima muy
alta,
eres bueno y
apasionado,
sencillo y sensible...
nunca dejas de
sorprenderte por
esas pequeñas cosas de
la vida...
y además, ¡las
describes tan bien!...
si, tu tienes el alma
de hierro...
eres maleable e
invencible...
indispensable en esta
tierra...
honrado y derecho...
un hombre valiente...
nunca conocí tanta
fuerza y carácter
tantas ganas de vivir
y ser feliz
eres inagotable,
sensible, y muy afortunado...
pero no es una
coincidencia ha sido tu disciplina,
tu esfuerzo, la
dedicación y el perfeccionismo...
ese don de mirar y
observar, lo que nadie ve...
tienes el alma de
hierro...
forjado con miedo,
experiencias duras,
soledad y trabajo...
y aún así ¡tan
noble!...
si, tu tienes el alma
de hierro...
y yo, sólo te pido una
sola cosa:
¡que nunca dejes de
quererme!.
C.L.O.
Milton W. Hourcade
Textos protegidos por derechos de autor
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