Saturday, December 1, 2012

DESINTOXICÁNDOSE


Confieso que a veces cuesta tomar la resolución, pero por la salud mental y espiritual de uno, hay que hacerlo.

Me pasó hace décadas en Uruguay, que leía una publicación que había sucedido a otra. El formato era muy parecido, el tamaño el mismo, pero...el contenido difería de tal manera con la categoría y el nivel intelectual que tenía la anterior, que me planteé seriamente dejar de leerla

Me hizo mucho bien. Porque leerla terminaba por ser tóxico. Por intoxicar la mente y el alma, por hacer ver las realidades de forma sesgada y tergiversada, y lo que es peor, por alentar sentimientos revanchistas y vengativos, que jamás conducen a nada positivo y productivo.

Así me pasa con algún canal de televisión aquí en Estados Unidos, cuya prédica constantemente recalcitrante y medieval, me resultan harto difícil de soportar, de modo que prácticamente nunca lo miro.

Recientemente me ha sucedido con algunas personas que por estar vinculadas conmigo y haberlas aceptado en la categoría de "amigos", aparecían con sus escritos e ilustraciones en mi página de FaceBook.

En primer lugar, rechazo la coprolalia. Me resulta inferior y degradante que haya personas tan groseras que no sepan decir algo si no emplean palabrotas. No tolero que en mi muro aparezcan esas expresiones. Son una afrenta para quien las lee.

Así que esa fue la primera serie de personas que fui dejando fuera del criterio "amigos", para evitar su aparición en el llamado "muro".

Pero la verdadera intoxicación provenía de personas que tratando ciertos temas llegaron a cansarme por su ignorancia, su proclividad fácil a la fantasía, a creerse cualquier disparate y lo que es peor, a publicarlo y darle así lugar y difundirlo para que muchos otros lo absorban.

Me parece propio de personas inteligentes, sobrias, cautelosas en el tratamiento de ciertos temas, no repetir acríticamente cualquier cosa que aparece por ahí, y menos cuando se trata de fuentes reñidas con la lógica, la ciencia, y el sentido común.

Publicaciones totalmente fantasiosas y conspiranoicas, no son fuente genuina de información confiable. Son "ciber-basura", subproductos para mentalidades ignorantes y crédulas.  Me resultaba desdoroso y agotador tener que estar una y otra vez corrigiendo errores, aclarando cosas puntualmente, combatiendo la ignorancia o la tendencia a fantasear de gente que se deja llevar por historias y novelerías que son de su agrado, pero que no contribuyen en nada al verdadero conocimiento de las cosas. 

Por largo tiempo este año, toleré ver esas manifestaciones errabundas, y traté de hacerme tiempo a corregirlas, a poner las cosas en justos términos, a ayudar a pensar (al menos esa fue mi intención). Descubrí andando el tiempo, que mis comentarios eran sistemáticamente borrados, y sólo aparecían los de aquellos que se suman al coro de los entusiastas de lo imposible, o de lo ridículo, o de lo absurdo.

Hasta que realmente me harté, y dije: no va más. Y como cirujano con un bisturí, procedí a extirpar de la lista de "amigos" a esas personas desvariantes. No tengo nada personal contra ellas, pero me dan mucha pena que pierdan su tiempo y vida persiguiendo cosas ilusorias, irreales, o francamente trucos y falsedades.

Les aseguro que me hizo mucho bien. Me siento mucho mejor. Me da una paz interior y una tranquilidad que no tenía antes.

Es una desintoxicación, porque francamente leer esas cosas o ver esas imágenes, y la interpretación de las mismas, era una molestia diaria.

Creo que es bueno tomar decisiones como estas a las que me refiero.

Darnos cuenta que algo nos hace daño, nos hace mal, nos provoca malestar anímico, no se compadece con nuestros criterios más acendrados, o con nuestros valores, y resolver hacerlo a un lado. 

Se los aconsejo.

 

enigma

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