Saturday, October 19, 2013

39 años después...

Hace hoy 39 años, mi esposa y yo anunciábamos a familiares y amigos, con una tarjeta que tenía esta carátula, que había nacido nuestro bebé.

Le pusimos de nombre Juan-Pablo, así, con guión, para ser pronunciado como una sola palabra: Juanpablo.

Pesó al nacer 3 kg. 350, en un parto felizmente normal.
Su primer acto al nacer y ser llevado a la sala donde estaban las cunitas en el hospital, fue mojar a la nurse que lo iba a arropar.

Luego, tuvo la fortuna de que en la Argentina era el dia de la madre, y entonces se lo llevaron a mi esposa a su sala, y estuvo con ella durante muchas horas, posado sobre su pecho, del lado izquierdo, sintiendo los latidos del corazón de su madre. 

Pienso que para él debe haber sido una experiencia única y hermosa. Porque el acto del parto es un acto violento en si mismo. Hay una vida que deja de estar cómodamente en la placenta, para aparecer a un ámbito frío, lleno de extaraños ruidos y hostil.

Pero si luego de eso, ese ser que nació puede volver a sentir el calor del cuerpo de su madre y los latidos del corazón que le acompañaron durante los nueve meses de su gestación, seguramente tiene que ser una sensación agradabilísima y que concede al recién nacido, seguridad.

Juan-Pablo principió por ser un hijo querido y buscado. No llegó por casualidad. 

Y durante todo el embarazo, fue un ser por el cual elevé a diario mis oraciones.

Puedo dar fé que en él, el Ser en Sí nos bendijo. La respuesta fue un niño que creció sano y fuerte. Bueno, cariñoso, respetuoso, y muy inteligente.

Tuvo la dicha de tener una madre estupenda, excepcional. 
También abuelos que cuidaron de él con mucha dedicación y cariño cuando hizo falta.

Con mi esposa dimos pasos muy importantes para proveerle en Uruguay una educación que le preparase para el futuro. Asi, apenas aparecieron unas computadoras británicas que funcionaban corriendo programas en cassettes desde una grabadora-reproductora, él fue a tomar clases de Basic, y llegó ya entonces a elaborar sus propios juegos.

Le adquirimos unas revistas de historia, en que una materia que podria parecer árida es narrada con buenas ilustraciones, que él leía con avidez acompañándose de motu propio con un globo terráqueo donde buscaba los lugares en que ocurrieron los hechos que leía.

Luego decidimos que desde muy pequeño fuese a aprender inglés, y allí primero con beca completa y luego con media beca --debido a sus muy altas notas-- hizo todo el curso hasta que vino a Estados Unidos.

Aquí finalizó la Secundaria con las mejores notas. Culminó el bachillerato graduándose Summa Cum Laude, y luego continuó en forma destacada su carrera hasta obtener su Doctorado en ciencias de la computación, con su especialización en Computer Human Interaction (Interacción Computadora Humana) de la cual es un experto reconocido a nivel internacional. 

Formó su familia y hoy es padre de un niño de 8 años, mientras ejerce su cargo de Profesor en la Universidad de Iowa. 

Sí, estoy muy orgulloso de tener un hijo cariñoso, talentoso, dedicado a su hogar, bueno como persona, y muy inteligente, a la vez que excelente profesional en su especialidad. 

Un hijo  que se preocupa por hacer softwares que sean útiles para personas de la tercera edad, y que ha desarrollado programas exitosos para niños autistas.

Un hijo que también busca hacer posible que estudiantes latinoamericanos vayan a hacer su post-grado en la Universidad de Iowa.

Desde Virginia, le reitero una vez más mi deseo de un ¡Feliz cumpleaños!

enigma
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