Saturday, March 8, 2014

LOS ERRORES COMETIDOS se pagan caros

Lucius Annaeus Seneca (simplemente conocido como Séneca, o el joven Séneca) que nació en el año 4 A.C. y falleció en el 45 D.C. es el autor de una famosa frase, citada innúmeras veces en su primera parte, y en latín, pero no en su segunda parte.

La frase completa de Séneca expresa: "Errare humanun est, perseverare autem diabolicum".

"Errar es humano, perseverar en ello es diabólico".

Diabólico no porque se desee voluntariamente cometer un error, o se encuentre una satisfacción en errar, sino porque el error al repetirse, se convierte en algo diabólico, en algo malo, en algo nocivo.

Así al menos, lo interpeto.

Reflexionando en ello, me doy cuenta que en los últimos tres años, he cometido unos cuantos errores, errores estúpidos varios de ellos, y otros, que resultaron a la postre errores, pero estuvieron llenos de las mejores intenciones.

Errores en parte, por falta de experiencia en ciertas cosas.
Errores por haber desarrollado por décadas una vida muy lineal, muy sencilla y simple. Y cuando esa vida se hizo más compleja, acepto que no supe manejar la situación. En otras palabras, no estaba preparado para ello. 

Por eso, más que por ninguna otra razón, cometí errores.

Pero esos errores me acarrearon pagar un precio muy caro, una pérdida enorme, cuyo dolor no puedo quitar de mi.

Enojos que debí evitar, exigencias que no debi plantear, y por sobre todo, falta de discreción, lo que involuntariamente pudo haber causado problemas a otra persona.

A veces. después de haber dicho o escrito algo, me he criticado por haberlo hecho.

¿Cómo no se me ocurrió pensar en el mismo momento, en las consecuencias que eso dicho o escrito podían tener?, ¿cómo reparar después el error cometido?,¿cómo evitar que se me vea con desconfianza, o lo que es peor, no se quiera tener ningún tipo de relacionamiento conmigo?

Y esto me ha pasado con más de una persona, y en más de un ámbito.

Les confieso que a veces me da miedo de mi mismo.

Porque son cosas que no debería haber hecho, pero las hice. 
¿Cómo reparar luego el daño provocado?, ¿cómo restañar heridas? ¿cómo querer ser mirado con respeto, y hasta con admiración?

Es horrible tomar conciencia de los errores cometidos, pero es finalmente un ejercicio sano, porque es la única forma de procesarlos y de evitar volverlos a cometer.

Yo sé que esto es muy humano, que nos pasa a todos, y que no todos --como yo-- con capaces de reflexionar, y menos de tener el coraje de hacerlo públicamente, de compartirlo como lo hago yo aquí. 

Pero justamente lo hago para bien de todo quien me lee. Para que piense en sus propios errores, algunos seguramente graves. Para que piense cómo han afectado a otros, cuánta carga de sufrimiento pueden haber provocado sin quererlo.

Y lo fundamental: gestar el espíritu de conciliación, de entendimiento, de perdón, de "volver a empezar", de animarse unos a otros, con comprensión de que somos humanos, no perfectos, para abrir un nuevo capítulo, mejor en su calidad, en el relacionamiento interpersonal.

 enigma
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