Son los Reyes Magos, y vienen con sus bolsas cargadas de ilusiones, de pedidos, de cartitas enviadas, de suspenso, emoción, intriga...¿traerán lo que les pidieron?, ¿traerán algo más de lo pedido?...
Los niños van a la cama temprano, porque mañana se levantarán como por un resorte apenas despierten, y suelen dormir como con un ojo abierto.
Por cierto que es muy diferente que cuando van al colegio. Aquí les gana la curiosidad, la expectativa, el entusiasmo.
Y luego, a romper los papeles, y ver qué hay dentro de los paquetes, o bien, a encontrarse con la estupenda figura de una brillante y hermosa bicicleta. De una pelota de fútbol como la del último mundial, con una muñecota que de sólo verle la carita da ganas de comérsela a besos...
O la casita de muñecas. O el equipo comleto de camiseta, pantalon, medias y zapatos de fútbol. O el tablero de basketbol.
Claro que los más grandes, y los ya muy grandes, también participan de la llegada de los Reyes Magos.
Tal vez les espera un auto cero kilómetro, o una cámara de video, o un equipo completo de cámara, lentes, tripode, para tomar buenas fotografías.O el último iPod, o la última iPad, o el celular Samsung, o el juego electrónico.
Pero también, la camisa, corbata, perfume, chal, medias, baby-doll, cartera, guantes, collares, pulseras, relojes, anillos, y tantas otras cosas que hacen que los adultos vuelvan a su niñez, porque andan jugando a las escondidas.
¿Donde y en qué momento se ubicará lo que trajeron los Reyes? ¿quién irá primero a "recibirlos"? No se dirá que no es un juego lindo, divertido, y después de todo, disfrutable.
Las sorpresas, las sonrisas, los abrazos y besos al día siguiente, a la mañana del 6 de enero, compensan todo lo anterior.
Es la magia de la llegada anual de estos Reyes Magos, que evoca a aquellos sabios de oriente que en sus camellos se acercaron hasta el pesebre donde naciera el niño Jesus, y le llevaran presentes, oro, incienso y mirra.
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