INFINITO...

"aprendí que no importa los días, ni los segundos que dure un infinito, que basta con reconocer el instante justo en el que nace ese infinito y sentir ese terremoto de sensaciones, aromas, sabores, caricias, latidos, deseos, vértigo, impulso, el tiempo que sea, el tiempo en el que ese infinito viva, en los infinitos vas aprendiendo que lo que vale es el instante, el nanosegundo, el día por día vivido, que no hay nada más exacto que el presente, que las promesas aunque hechas con amor y con el alma no son seguras, que lo único cierto es hoy y ahora, este instante en el que puedes entregarlo todo y recibirlo todo, ese infinito que vive en un nanosegundo."

Tomado de "Espacios del Alma".

Quizás sea empequeñecer demasiado las vivencias, y su vigencia.

Porque ese "infinito" que resulta no ser tal, dura meses, y las más de las veces años. Y podría durar para siempre. 

Después de todo, depende de un entendimiento mutuo, de una sintonía perfecta, de una entrega total, de una voluntad sin límites, de un deseo inagotable.

Pero es también cierto que hay que valorar cada instante, cada hora, cada día. Que lo que cuenta como seguro es el presente, y eso es lo que tenemos que atender y a lo cual dedicarnos.

El futuro es posible y hasta cierto punto previsible, pero nunca seguro.

Y si una seguridad ha de haber en las relaciones humanas, es la de la sinceridad a rajatabla, la de la confianza mutua sin retaceos ni prejuicios, y el gusto de compartir cada momento y todos ellos.

enigma

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