Vamos, venimos,
trazamos planes y proyectos, viajamos, trabajamos, estudiamos, somos padres,
madres, abuelos, amigos, ¡¡estamos vivos!!
Y además de estar
vivos, gozamos de salud.
Tal vez, en el diario
trajinar, en la serie de compromisos, agenda a cumplir, actividades a realizar,
y la rutina cotidiana, se nos escapa tener un minuto para pensar en nosotros
mismos y darnos cuenta del tesoro que tenemos en nuestro ser, al poder ser y
hacer cuanto podemos y queremos.
Quizás, si mirásemos
al nuestro alrededor, descubriríamos cuántas personas a nuestra edad y aún
menores que nosotros, están afligidos con enfermedades que aquejan sus cuerpos
en forma remediable o no. Cuántos padeciendo de dolores físicos, trastornos
varios, y cuántos, envejecidos antes de tiempo.
La intervención
quirúrgica del padre de una amiga, y la operación que tendrá un muy buen amigo,
me ponen de golpe, como un campanazo en mi corazón, con la toma de consciencia
de lo bien que estoy, por lo cual doy gracias al Ser en Sí.
Pero a la vez, me
dispongo a elevar mis oraciones por estas personas y más aún, a ayudar
personalmente en lo que pueda. Me siento
obligado a hacerlo porque para eso estamos, porque eso nutre lo mejor de
nosotros mismos,
porque cuando nos
volcamos en ese amor fraterno y hermoso por otros, realmente nos edificamos
como seres humanos, somos más y mejores.
No olvidemos pues
nunca, lo bien que estamos, la salud de que disfrutamos, y seamos conscientes
de nuestra propia fragilidad, por lo cual, debemos cuidar al máximo nuestro
cuerpo. Eso significa evitar excesos de cualquier tipo. Significa no
intoxicarnos. Significa cero cigarrillo, cero drogas ilícitas. Alcohol con
moderación. Comidas sanas, que incluyan frutas, verduras, almendras, nueces, y
beber suficiente agua cada día.
Practicar deporte en tanto sea posible, y también ejercitar nuestro espíritu. Porque somos una unidad total, de modo que no podemos hacer gimnasia del cuerpo solamente, si no la acompañamos de gimnasia del espíritu, para tener una verdadero desarrollo y equilibrio y armonía en nuestro ser.
enigma
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