La mentira, amigos,
es un mal que campea en la sociedad.
Los políticos las
usan durante sus campañas electorales, prometiendo muchas cosas que saben los
pueblos quieren, pero una vez que han llegado a ser autoridades, se olvidan de
todo ello. En una palabra: se han burlado de la gente.
Las o los amantes las
usan para engañar a sus esposos/as, inventando historias inverosímiles para
justificar ausencias, llegadas tardías al hogar o cosas semejantes.
Los embaucadores las
usan para fomentar la ilusión en gente fácilmente sugestionable, que quiere
creer en algo especial, diferente, algo que tiene poderes insólitos, y
organizan excursiones a lugares “sagrados” o les prometen un contacto con
“extraterrestres” que luego –“por un error de fecha”-- no se presentan a la cita. Pero ya cobraron anticipadamente
lo suyo.
Otra forma de mentir,
es aducir tener un título profesional que no se posee.
Por cierto que la
posesión de un título académico habilita en la sociedad para el desempeño de
ciertas funciones, a las que no se podría acceder sin el mismo.
O se le explota para
darse ínfulas de lo que no se es, de lo que nunca se estudió, de lo que nunca
quemó las pestañas.
Así, un actor
uruguayo que hace muchos años está radicado en la Argentina, ha dicho
repetidamente que es “Profesor de Historia”, según título expedido por la
Universidad de la República de Uruguay. No podría haber mentira más grande, por
cuanto que la UDELAR jamás dio cursos ni confirió a nadie el título de
Profesor. En Uruguay a tales efectos, existe el Instituto de Profesores
“Artigas” por cuyas aulas, el individuo de marras, nunca pasó.
Ahora ha causado
revuelo la situación del Vice-Presidente uruguayo, Raúl Sendic, quien
públicamente declaró tener una Licenciatura en Genética expedida por la
Universidad de La Habana, en Cuba.
Puede que este señor
haya estudiado algo en Cuba, pero la universidad de la isla caribeña no
confiere títulos de Licenciado en Genética, y documentadamente se ha demostrado
que su pretensión de tal título, es falsa.
Por supuesto que no
saber nada de genética, no le impide ser vice-presidente, pero… hay una
cuestión fundamental de ética, que sí cuestiona a su propia persona, no importa
qué cargo ejerza, y mucho más cuando es la segunda autoridad máxima del país,
luego del Presidente.
Se me ocurre que si
el señor Sendic tuviese no más que vergüenza, debería públicamente pedir
excusas, y renunciar a su cargo.
No me voy a referir a
la actitud asumida por su coalición política, porque no es mi finalidad ni
interés en este blog asumir temas políticos, sino manejarme en el plano de la
ética y de lo humano.
Pero la debilidad
humana conduce a que haya personas que quieran posar de lo que no son, y si no
tienen, aduzcan poseer un titulo, o bien se manejen de alguna forma para
conseguirlo.
Sé perfectamente que
hay un lugar en la ciudad de México, a pocas cuadras de la Catedral, y a
espaldas de la misma, donde pagando una suma de dinero, le dan a uno un título
de lo que se solicite, el cual luego se puede encuadrar y exhibir con orgullo
como si realmente se le tuviera.
En Estados Unidos de
América, hay algunas universidades privadas, que no pertenecen a la Liga de
universidades reconocidas a nivel de toda la nación e internacionalmente, las
que por un breve estudio de ciertas materias, y el pago correspondiente, expiden
un título de post-grado, ya sea un Master o un Doctorado.
¿Qué nos está
diciendo todo esto? Que hay personas que no tienen la capacidad para hacer un
curso a nivel universitario, pero que quisieran poseerlo, no más que por
orgullo personal, o por darse aires de lo que no son –para no ser menos que
otros que sí tienen sus títulos legítimamente— y entonces acuden a esas formas
incorrectas, torcidas, de obtener títulos que esencialmente, son falsos.
Otra vez, la mentira
está ahí afuera, y galopa de diversas maneras. Está instalada en la sociedad, a
nivel individual y a nivel colectivo.
La corrupción en
gobiernos es otra expresión de mentira, más estructurada, que en sustancia,
permite a un grupo de individuos que se confabulan para ello, obtener ganancias
totalmente indebidas.
Afirmar siempre el
valor de la verdad, educar éticamente desde la niñez, y formar hombres y
mujeres decentes, es lo que se necesita para enfrentar estas variopintas formas
que asume la mentira.
enigma
Textos protegidos por derechos de autor
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