Wednesday, March 2, 2016

LIBERTAD DE EXPRESIÓN: DERECHO ESENCIAL



Discurría en mi último artículo respecto a que la libertad debe ejercerse con responsabilidad. Que la alternativa a un régimen represivo, no es la anarquía, el abuso de prerrogativas personales que afectan el vínculo con los congéneres y la sociedad toda.

Tampoco la alternativa es someter la Constitución y las leyes de un país, a las veleidades de un determinado partido o movimiento político, y reprimir la libertad de expresión, para sólo alentar y facilitar aquellas expresiones que respaldan a un gobierno dado.

La responsabilidad que le cabe a todo gobernante, es justamente asegurar la libertad en toda su extensión, y en particular, la libertad de expresión. 

Cuando una y otra vez verificamos que hay regímenes que se quejan de la prensa o las redes sociales, y quisieran poner una mordaza a las expresiones de libertad en esos medios, nos damos cuenta qué importante es mantener la  vigencia de la libertad de expresión como un derecho fundamental.

Basten algunos ejemplos para ilustrar el problema al que me refiero.

La ex presidente de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, declaró públicamente: “Clarín y La Nación son una "fábrica de mentiras y operaciones políticas".  Eso lo dijo el 27 de Julio de 2015, refiriéndose a dos importantes diarios de su país.

Afortunadamente esta señora ya no ocupa más su cargo.

El presidente de Venezuela, (o mejor debería decir, el dictador institucionalizado) Nicolás Maduro, acusó a los medios de comunicación de su país de azuzar las compras de pánico y de originar el  desabastecimiento de algunos productos básicos, el cual se ha intensificado en los últimos meses.

El mal manejo de la economía de ese país, de lo cual es responsable su gobierno, es culpado a los “medios de comunicación”.  No sólo es buscar un chivo expiatorio, sin asumir la responsabilidad que le cabe por el desastre económico en que ha sumido a su país, sino que de paso indica claramente su desagrado con una prensa que refleja la realidad, y no la oculta.

Evo Morales, en el poder desde 2006 y a quien se le cerró la posibilidad de candidatearse para la gestión 2020-2025, culpó al "imperio y a las redes sociales" por el resultado de la consulta, con el 51,29% de los votos en contra, al 99,82% de votos escrutados.

Morales se llevó un merecido castigo, ya no engaña a nadie, y está envuelto en escándalos de corrupción que le vinculan a su ex mujer, y una compañía china, donde están involucrados cientos de millones de dólares.

Pero otra vez, en lugar de reconocer sus falencias, y que la demagogia ya no funciona, prefiere acusar “al imperio” (el pobre no se actualizó desde los años70) y a las redes sociales (¡faltaría menos!), por su derrota.

Siempre los malos son los otros. Los gobiernos que fracasan y fallan, los gobiernos corruptos o ineptos no asumen responsabilidades. Y les molesta que se les señalen.

No es extraño que en algunos países latinoamericanos haya planes “mordaza” con deseos de aplicárselos a la prensa.

Típico de estos regímenes es canalizar fondos oficiales a programas radiales, de TV y publicaciones que les son favorables, que les son obsecuentes, a amanuenses (que no son periodistas en el verdadero sentido de la profesión), en tanto que desean dificultar si es que no pueden cerrar por decreto,    aquellos medios de comunicación que les molestan por decir la verdad.

De esto no escapan las redes sociales, los twitteros y blogueros, que también son perseguidos cuando no arrestados.

Y la disyuntiva es bien clara. El contraste es diáfano.

De un lado, quienes darían su vida por defender el derecho a la libertad de expresión aunque no les fuese favorable, y del otro, quienes prefieren el ocultamiento, el esconder sus miserias, y gustan sólo de medios serviles, cercenando totalmente la libre expresión.

La libertad se ejerce con responsabilidad.

Y la responsabilidad de todo gobierno democrático es asegurar la amplia libertad de expresión.


enigma
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